Hace menos de un año y medio, Colón se coronaba campeón del fútbol argentino. A partir de ese momento, sin hablar de lo estrictamente futbolístico (que también tuvo su decadencia), el club se convirtió en un escenario de violencia que tuvo varios episodios verdaderamente lamentables, que hicieron eclosión con esta situación casi sin antecedentes de detenciones y allanamientos varios.
En Colón “conviven” desde hace tiempo dos facciones totalmente enfrentadas. Por un lado, “Los de Siempre”, que se ubican en el sector “oficial” (la tribuna norte) y por el otro, la autodenominada “La Negrada”, que va a la tribuna sur.
Estos últimos, fueron protagonistas de varios hechos lamentables. Por empezar, no pudieron acceder a las ciudades de Santiago del Estero (cuando se jugó la final con River por el Trofeo de Campeones) ni Paraná (cuando el equipo jugó de local en dos ocasiones a principios de este año, cuando se produjo el resembrado del campo de juego). En ambas ocasiones, los micros que transportaban a esta facción, fueron detenidos y obligados a retornar. Como consecuencia de ello, hubo pintadas en las puertas y paredes del estadio (“Entramos todos o no entra nadie”) y tiroteos a la propia sede del club.
Mirá también"Aprietes" en Colón: detuvieron al vicepresidente Darrás y al jefe de la barraOtro hecho de gravedad, ocurrió en la antesala del partido ante Peñarol de Montevideo, en Santa Fe, por la Copa Libertadores. Se produjo un violento enfrentamiento con armas de fuego, con la policía, en la zona del Fonavi. El resultado fue un simpatizante uruguayo que debió ser hospitalizado tras recibir un balazo, estando adentro del estadio.
Otro hecho muy grave se produjo el día del festejo del primer aniversario del título de campeón, cuando el hermano de uno de los principales cabecillas del sector de “La Negrada” recibió un disparo de arma de fuego en medio de la multitud, que casi le produce la muerte, quedando hospitalizado y con un cuadro muy grave de salud. Fue llamativo que el festejo no se suspendió ante tamaña incidencia y continuó adelante como si nada hubiese ocurrido.
También hubo otros hechos no menores, como el ocurrido en un partido del torneo local, ante Aldosivi, cuando se produjeron corridas y amagues de enfrentamiento en las mismas tribunas del Brigadier López.
A todo esto, la floja campaña del equipo hizo que en la antesala del partido con San Lorenzo se colgase una bandera con una inscripción intimidatoria: “Jugadores y dirigentes, con Colón no se jode” y el dibujo de un revólver. Ese partido terminó empatado, pero días después volvió a jugar Colón y cayó ante Talleres, en Córdoba. Lo que pasó menos de 48 horas después fue “de manual”. Los barras, identificados con el sector de “Los de Siempre”, fueron al predio a “apretar” a los futbolistas que finalizaban el entrenamiento. Pidieron dinero, ropa y que ganen con Argentinos Juniors. Se alzaron algunas voces y hubo un empujón a Paolo Goltz, que reaccionó. A raíz de ello, todo lo que se sabe a partir de las presentaciones que se hicieron como consecuencia de la actuación de los fiscales. Horacio Darrás, uno de los dirigentes detenidos, ex presidente del club, actual vicepresidente y hombre de extrema confianza de Vignatti, estaba presente en el predio en el momento del “apriete”.