Colón y esa cancha en la que siempre pierde la memoria
El combo fue letal: la mala actuación del equipo y un escenario en el que jamás pudo, ni siquiera, sacar un empate. Hay que dar vuelta la hoja y pensar en un partido que será diferente ante Argentinos Juniors.
En Primera, Colón perdió las 7 veces que jugó en la cancha de Instituto en Alta Córdoba. Crédito: Agustín Guzmán
Fue un paso en falso. Hubo errores muy claros, como los dos goles de cabeza en jugadas de pelota quieta que se pagó muy caro y que cuesta entender en un equipo que tiene dos defensores de buena altura y juego aéreo como Conti y Garcés. Ninguno de aquellos síntomas positivos que Colón mostró en esta “nueva era” con los refuerzos que llegaron para darle más posibilidades de juego y posesión de pelota, apareció en escena. Colón no tuvo la pelota, los que debían jugar no lo hicieron y ni siquiera se pudo sostener un resultado, en el segundo tiempo (el empate en 1), que podría haberse cotizado muy bien a la luz de lo mal que se jugó.
Gorosito advirtió rápidamente cuáles eran los problemas del equipo. Lo hizo en el primer tiempo cuando lo tiró a Pierotti a jugar por izquierda porque veía que el lateral (Franco), se venía mucho por allí y que junto a Graciani le creaban enormes problemas a Delgado. Lo puso a Perlaza para tratar de encontrar soluciones, en el segundo tiempo, con un jugador de más marca y también de juego. La idea fue la de poblar un poco más el medio. Tampoco le resultó.
El gran problema estuvo en la ausencia de los que tienen que generar fútbol. Instituto lo llevó, al partido, a ese terreno físico en el que Colón no encuentra su mejor expresión. O por lo menos eso fue lo que le pasó en la olvidable noche de Alta Córdoba. Se sintió incómodo, descolocado, en muchos pasajes pecó de impotencia y con jugadores que desaparecieron del partido. O que, directamente, nunca aparecieron.
Debería ser una advertencia y quizás una enseñanza para el día de mañana. Saber que no siempre se va a disponer de facilidades, de espacios y de rivales que salgan a jugar con un esquema ofensivo y regalando libertades.
Colón volvió a perder en la cancha más esquiva de Primera División de toda su historia. Nunca ganó, perdió allí todos los partidos que jugó desde 1980 (aunque solamente haya jugado siete partidos en la máxima categoría) y en las últimas dos derrotas (las de este año y separadas por algunos pocos meses nada más), cometiendo errores groseros y decisivos en la generación del resultado negativo.
Ahora vendrá Argentinos Juniors y luego el clásico. El rival del lunes le va a plantear un partido diferente, a priori, porque es un equipo que sale a jugar y que también viene con un ADN muy remarcado en los tiempos de Milito, que ahora Guede pretende mantener: el buen trato de pelota. Y luego vendrá el clásico con Unión, aunque esta será otra historia en todos los sentidos, porque nada ni nadie puede evitar que un clásico es algo diferente y se juega también de una manera distinta a cualquier otro partido, por más que valga tres puntos como todos.
En lo que Gorosito tiene razón, es cuando menciona que “cuando se pierde, siempre parece que el que está afuera es mejor”. ¿Qué pudo haber sentido Colón?, ¿la ausencia de Batallini?, Pierotti, que lo había reemplazado contra Rosario Central, venía de ser la gran figura de ese partido. Pero se contracturó y claramente se vio que no estaba en las mejores condiciones físicas, algo que necesita imperiosamente porque su juego se basa en la potencia. ¿Paolo Goltz?, es posible que su voz de mando y su experiencia ayuden en momentos críticos o difíciles, pero es Conti el encargado de suplantarlo y no se puede discutir que también hay jerarquía suficiente para que esa ausencia no se distinga. ¿El Conejo Benítez?, su reemplazante fue Wanchope Abila y a los 6 minutos había convertido el gol con el que Colón abrió el marcador y tuvo la posibilidad de ver y jugar de otra manera el partido. Y además, Wanchope hizo un buen partido y hasta pareció prematura su salida de la cancha, más allá de que entró Toledo y también hay nivel suficiente allí.
Hay que dar vuelta rápidamente esta página, analizar estas dos derrotas de visitante consecutivas para que no siga sucediendo y volver a las fuentes. Colón, insisto, tiene ahora jugadores para que el equipo muestre un fútbol que antes resultaba muy difícil de esperar. Cuando, en el torneo pasado, se fue Juan Pablo Alvarez varias fechas antes del cierre del torneo por la finalización de su contrato, Gorosito referenció aquella salida como uno de los aspectos clave en el deslucimiento de su equipo. Hoy cuenta con “varios Juan Pablo Alvarez” para jugar al fútbol. Y ya quedó demostrado en otros partidos.
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