Colón y el desafío de jugar mejor y ganarle a todos en su cancha
Las derrotas con Gimnasia de Jujuy y Agropecuario calaron hondo en un equipo obligado y con pretensiones. De local y con 30 mil personas que lo acompañan, tiene que ser avasallante y triunfador.
La foto del festejo en su cancha debería ser la constante en esta campaña de Colón. No se pueden dilapidar puntos en Santa Fe, como pasó con Gimnasia de Jujuy.
La derrota en Carlos Casares, más allá de que fue totalmente injusta, no dejó de pegar fuerte. Es que se sumó a lo que pasó con Gimnasia de Jujuy en el Centenario y forma parte de esos partidos que un equipo con pretensiones y exigencias, como Colón, no se puede dar el lujo de perder. Gigliotti habló de la gran cantidad de situaciones creadas y tiene razón. Con puntería, sólo con puntería, Colón se traía algo de Agropecuario. Inclusive, hasta podría haber sido la victoria (con el partido 1 a 1, el que estaba más cerca de llevarse todo era Colón). Pero no fue así y el mundo se derrumba cuando a un equipo obligado a ser protagonista le ocurren estas cosas.
Colón debe volver a la victoria urgente, pero también debe entender que más allá de mejorar en el juego (materia pendiente), en Santa Fe tiene que asumir el protagonismo por peso propio. No puede ser que en su estadio, jugando como juega ante 25 o 30 mil personas, vengan equipos como Central Norte de Salta, Chaco For Ever o Gimnasia de Jujuy a manejarle la pelota. De local hay que llevárselo por delante al rival como ocurre con cualquier equipo grande de cualquier categoría. Hacer valer una localía que, en el caso de Colón, es muy fuerte. Y esto no ocurre por más que hubieron partidos que se ganaron, como el de Central Norte de Salta, pero sin jugar mejor que el rival (al menos en el primer tiempo) y necesitando de una actuación descollante de su arquero.
Volverá Forneris y es una buena noticia. La que no es una buena noticia, es la cantidad de jugadores lesionados que ha tenido el plantel desde el comienzo del torneo, la mayoría de ellas musculares. Al equipo se lo ve suelto y muchas veces no declina en el ritmo a medida que pasan los minutos, pero los jugadores se lesionan y sin dudas que es un aspecto a revisar.
Colón ha contado, en estas nueve fechas que lleva de disputa el largo torneo de ascenso (diez si se suma el partido con San Martín de Tucumán por Copa Argentina) con algo a favor: la aparición de algunos jugadores de abajo que cubrieron los eventuales déficit que tiene el plantel. El año pasado, esas apariciones juveniles se dieron en el final, cuando ya había jugadores que estaban apartados y otros que habían llegado a principios de temporada (fueron 18 incorporaciones más las que se hicieron luego), que no dieron resultados (algunos jugadores ni siquiera estuvieron un minuto adentro de la cancha).
Es fundamental la recuperación del protagonismo y la eficacia de local.
Pero no se puede cargar en la mochila de los más pibes la responsabilidad mayúscula que tiene Colón de ir en búsqueda del ascenso. Taborda, Giménez, Gallay, Ibarra, Yunis, Picech y los que se sumaron ahora, como Córdoba, son opciones interesantes pero deberían tener un contexto favorable para que puedan mostrarse. Parece mentira pero en Santa Fe pasa lo mismo: los chicos aparecen cuando las “papas queman”. Hay algunos que se adaptan rápidamente y cuentan con esa personalidad avasallante – o el desparpajo – que les permite ganarse un lugar rápidamente, como pasó con Forneris en el caos que fue el equipo en el final de la temporada pasada. Pero no todos se llaman Forneris.
Hay que empezar bien, pero hay que terminar mejor. Esa parece ser la fórmula ideal en este torneo lleno de trampas y complejidades. Colón arrancó el año pasado y era avasallante, hasta que la caida anunciada por Delfino y no visualizada claramente por los dirigentes, se dio y no hubo forma de recuperarse. San Martín de Tucumán fue muy constante durante todo el año y falló en el último partido, el que no debía fallar; después, quedó “herido de muerte” cuando fue a jugar la parte final del Reducido por el segundo ascenso. Aldosivi, que no había adquirido protagonismo en ningún momento, salvo en el final, jugó el partido de su vida contra los tucumanos y ascendió. Quizás San Martín de San Juan fue la exacta imagen de la regularidad, por eso se quedó con el segundo premio y hoy está jugando en Primera.
Ariel "Pata" Pereyra, el DT de Colón.
El tema es que esta categoría no lo espera a Colón. Y cada derrota provoca daños, genera incertidumbre y hay que estar muy convencido, desde las bases, de que el camino es el correcto. Incluso, a sabiendas de que se deberán hacer rectificaciones. Como por ejemplo, salir a buscar un delantero en el mercado de pases de julio (es un sector de la cancha en el que hay limitaciones y carencias), un volante por izquierda y un volante central de corte defensivo si es que Yunis no se convierte en la opción de recambio, que evidentemente no es Garrido, más acostumbrado a jugar por derecha, ya sea en el medio o en defensa.
Pero es fundamental la recuperación del protagonismo y la eficacia de local. A Colón no debe volver a pasarle lo que le ocurrió en casi todos los partidos de este año, con rivales que le manejaron la pelota (a pesar de haber perdido) y otros, como fue el caso de Gimnasia de Jujuy, que además de jugar mejor, se llevaron los tres puntos de una cancha que debe convertirse en imposible para cualquiera que la visite en esta categoría.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.