De necesidad y urgencia: Colón debe ganar en el Cementerio… aunque sea por decreto
No pudo en el debut con Temperley en el Brigadier López y quedó eliminado de la Copa Argentina en Rafaela. Llega Nueva Chicago, otro grande de la categoría, con las mismas dudas que el Sabalero.
Colón necesita sumar de a 3 en el Cementerio. Foto: Fernando Nicola
Parece mentira decir o escribir “a esta altura”, cuando recién se jugaron apenas dos partidos oficiales para el Colón 2025 delAriel “Pata” Pereyra. Pero no haber ganado en el debut en casa ante Temperley junto con la eliminación de la Copa Argentina a manos de San Martín de Tucumán, lo ponen al equipo con una obligación casi impensada en un tercer capítulo.
Para que el barco arranque y para que se calmen los nervios, el Sabalero deberá ganarle a Nueva Chicago este lunes a las 20 en el Cementerio de los Elefantes. La AFA confirmó a Bruno Amiconi como juez principal; tendrá como colaboradores a Maximiliano Castelli y Matías Balmaceda. El cuarto será Matías Billone. Se podrá ver por TyC Sports y por TyC Sports Play desde Santa Fe para todo el país.
Cómo llega Nueva Chicago
Del otro lado viene un rival que está casi igual o peor: no ganó (perdió con San Telmo), quedó eliminado el mismo día que Colón de la Copa Argentina a manos de Gimnasia de Mendoza en San Nicolás y hay muchas dudas acerca de esta primera experiencia como entrenador del “Chapu” Braña en el banco del “Torito” de Mataderos.
¿Qué hará el Pata?
La idea del “Pata” Pereyra, después de esa fallida frase de “actuación excelente” en Rafaela, es tocar lo menos posible el once titular que salió a jugar contra los tucumanos en el Monumental cremoso de la Perla del Oeste. Acaso la principal duda pasa por saber cómo administrará las energías de su mejor refuerzo, que es el “Puma” Gigliotti.
Más allá de fallar el penal demostró que por ahora es el jugador distinto. Como se sabe, a su edad y con seis meses parado en Chile, el plan es “llevarlo de a poco”. Por lo tanto, es posible que el desgaste inicial lo haga el paraguayo Jorge Sanguina y luego aparezca el goleador que todos esperan en el Cementerio de los Elefantes. La otra duda es la vuelta de Gonzalo Bettini en el lateral derecho.
Ariel "Pata" Pereyra. Foto: Gustavo Conti
¿Qué mostró Colón hasta ahora, entre la serie amistosa internacional del Río de la Plata y los dos primeros partidos oficiales en el fútbol argentino? Aparece una idea táctica de hacerse sólido en el fondo con las figuras de Marcos Díaz y Guillermo Ortiz, con el plus de darle a la pelota una salida limpia, donde por ahora es mucho más el canterano Forneris que un Talpone al que se evitó transferir y se le mejoró el contrato.
Esa parte, la del ordenamiento defensivo y el equilibrio táctico, asomó y es positivo. Lo que le falta es la materia pendiente de cualquier equipo que quiera ganar algo o al menos pelear el protagonismo para ascender. No tiene, por ahora, cambio de ritmo, rebeldía, profundidad. No lo tiene desde lo colectivo (esas famosas pequeñas sociedades) y no lo tiene desde lo individual de mitad para arriba.
Si Gigliotti asiste no las puede terminar; pero si va de “9” no le llega limpia y nadie lo alimenta. El mismo “Puma”, en la cancha de Rafaela, lanzó un mensaje optimista, cuando dijo que “en los partidos no nos hicieron goles y eso es importante; los equipos siempre se arman de atrás para adelante”. Es el vaso medio lleno; el otro medio vaso, el del ataque, hoy está vacío.
Acaso cuando el veterano goleador esté “para jugar siempre”, Colón pueda construir con Gigliotti-Sanguina una doble punta de lanza para lastimar a las defensas rivales. Hoy, a priori, ese escenario no aparece. Lo mismo sucede con Barreto: ¿si hubiera opciones en el mediocampo no sería mejor tirarlo de punta en los metros finales de la cancha como jugaba en San Telmo el año pasado?
Colón necesita sumar de a 3. Foto: Fernando Nicola
Siendo una de las figuras del Candombero de Grelak. El libro de pases sabalero se cerró este jueves en la AFA apenas con otro capítulo más de la novela de Facundo Castet; por ahora anotado, registrado pero no habilitado (fútbol argentino, nunca lo entenderías). Pero para quienes esperaban algún plus, otro nombre o alguna sorpresa… eso no pasó.
“Estoy conforme con el plantel que tenemos en Colón”, dice Ariel Pereyra. Como se sabe, el “ancho de espadas” está en recuperación; es el “Chino” Ignacio Lago. Hace un año, cuando Colón arrancaba, Iván Delfino definía a la temporada como una “carrera de largo aliento, donde gana al final el que más resiste”.
A San Martín de Tucumán no le sirvió de nada ser puntero “casi siempre”; a los sanjuaninos les fue un poco mejor. Es cierto y real que “no vamos a ascender en febrero”, pero Colón es un monstruo de cientos de miles de cabezas que en el “mientras tanto” necesita ganar, disfrutar, vivir feliz.
La línea es noviembre, obviamente. Pero el Sabalero tiene necesidades y urgencias en febrero. Debe ganar o ganar; sino el carnaval pasa de largo. No sirve ganar “a lo Pirro”, no alcanza con entrar con 25.000 soldados y 20 elefantes. No luce ganar dos batallas para después perder la guerra.
Pero hoy, el corazón caliente del hincha sabalero que hará temblar el Brigadier, exige ganar la batalla y que sea Nueva Chicago el que entre a un “Matadero” que todo el mundo del fútbol conoce como el Cementerio de los Elefantes.
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