Darío Kudelka: "En la tierra de los campeones del mundo pasan cosas de liga amateur"
Dijo que "el fútbol vive de los parches", que "los técnicos dirigimos con miedo", admitió que debió tratarse con coaching y sicólogos y reconoció que "en Lanús hicimos una campaña para que nos rompan el contrato, pero nos bancaron".
Frank Darío Kudelka estuvo el domingo en un lugar que conoce y quiere mucho, pero no pudo disfrutar de un partido de fútbol porque fue suspendido. "Ultimamente no estoy hablando mucho ni dando entrevistas", reconoció, pero charló con El Litoral. Créditos: Manuel Fabatía
Su opinión vale y pesa. Sabe de lo que habla porque fue entrenador de Unión en dos períodos, trabajó en el club en otros puestos, conoce a su gente y no va a hablar por hablar. Se lo notaba "embroncado" a Frank Darío Kudelka, hoy entrenador de Lanús, con lo que pasó el domingo en la cancha de Unión. Bronca y hasta algo de tristeza a la vez, porque le toca vivir una suspensión de un partido justamente en ese estadio que tanto disfrutó en aquél inolvidable ascenso de 2011 con un equipo con gran funcionamiento. Y justamente por lo que hizo aquél equipo, se empezó a orquestar lo que se denominó "El estadio de la gente", que ha quedado en un sueño que cuesta demasiado que se concrete, al punto tal que ni siquiera se le puso punto final a una de sus etapas, que es la tribuna desde cuyo techo voló la canaleta que cayó sobre la zona de los futuros palcos, dejando al desnudo un vicio de construcción que no pudo desafiar el fuerte viento que hubo ese domingo e3n Santa Fe.
Kudelka aprovechó para quedarse en Santa Fe a visitar a sus afectos, algo que ya tenía planeado desde antes del viaje a Santa Fe.
-¿Te da bronca esta suspensión?
-Los argumentos que se nos dieron de parte de la gente capacitada han sido suficientes porque se podía sufrir una situación no deseada. Hasta ahí, todo bien y entendible. Luego están nuestras ganas de jugar, se notaba la tristeza de los jugadores cuando dijimos que se había suspendido y nadie puede sentirse bien cuando un partido se suspende. Y lo tercero, es que no puedo entender que estando en la tierra de los campeones del mundo, como se denomina al fútbol argentino, se suspenda el partido como si fuese, con todo respeto lo digo, una liga regional o amateur. Me pregunto: ¿Dónde están los organismos de prevención que, a mi entender, debieran tener más perseverancia e insistencia para asistir a ver cómo están esas obras cuando el estadio no está finalizado?. Insisto en algo: está bien suspendido el partido y no quiero que se quite ni agregue una coma a esto que digo. Pero me pregunto: ¿Y antes? Hoy, con estos problemas, no somos una liga de los campeones del mundo.
Unión - Lanús fue suspendido por el desprendimiento de una canaleta del Estadio 15 de Abril. Créditos: Manuel Fabatía.
-¿Pensás que la prevención estuvo "tomada con alambres"?
-Yo no me meto en las vicisitudes de cada club porque las desconozco y no quiero que esto se tome como una crítica por elevación, pero uno accede al estadio y se lo nota en construcción desde hace mucho tiempo. Por eso hablo de ser más "asistidor" en los controles previos. El escenario cultural, social, deportivo, laboral, emocional que es el fútbol para nuestro país, no va de la mano con este tipo de situaciones. Estamos todo el día diciendo que somos campeones del mundo, pero eso pertenece a una elite, no al resto de las cosas que rodean al fútbol. No podemos suspender un partido por este tipo de acontecimientos. No estoy en contra de la decisión, repito, pero nos retrotrae a una Liga amateur.
-Hablemos un poco de fútbol. ¿Por qué reina el exitismo en el fútbol argentino?
-Yo soy un poco extraterrestre y la verdad que pienso sólo en mi equipo y me fijo poco o nada en el resto. Somos una sociedad muy volátil, pasamos de un lado al otro muy fácilmente, es todo emocional y no racional... Sé en qué país vivo y trabajo y no pretendo que en una cancha la gente venga a rezar el Padre Nuestro, porque soy consciente de que no va a ocurrir. Nadie aporta para abortar ese exitismo. Acá vivimos de los parches en todo, en lo edilicio como lo que nos pasó hoy y también en los proyectos.
-Bueno, hay un dicho que puntualiza que el fútbol es un espejo, un reflejo de lo que pasa en el país...
-¡Claro! Lo que pasa es que salimos campeones del mundo y eso tapa, porque vivimos desde la euforia, desde lo emocional. Pero ese título logrado por un técnico fantástico y jugadores fantásticos se logró a partir de un ámbito extraordinario, pero eso se consiguió, porque lo logró un grupo de elite... No es el resultado de un fútbol como el nuestro.
Su momento de gloria en Unión. Quería volver a dirigir al club, llegó cuando Unión iniciaba su octava temporada consecutiva en el ascenso, le costó al principio pero encontró el equipo y fue imparable. El partido con Ferro está a punto de terminar y Unión logra el ascenso en el 2011. Créditos: Pablo Aguirre
-¿Qué puntualizarías para cambiar en el fútbol argentino?
-La infraestructura... Mayores exigencias en ese aspecto... Disminución de la brecha entre los poderosos y el resto... Reducir equipos en la Primera y espero que eso no se cambie... Ahora, si avalamos todo porque salimos campeones del mundo, yo les recuerdo que todos los que salieron campeones no juegan acá. Entonces, ¿qué somos los de acá?, ¿los teloneros?... Te pregunto: ¿tenés lugares cómodos en los estadios para trabajar?
-Obvio que no...
-Y bueno... Todos hablan de la cancha de Barracas Central, pero podría nombrar otros lugares y no quiero herir susceptibilidades... No quiero, porque no corresponde y se me va a malinterpretar... Y de nuestra parte, del lado de los entrenadores, en el juego... Los técnicos dirigimos con miedo a perder, a quedarnos sin laburo, la presión que tenemos nos hace débiles y defectuosos, nos hace no capaces... Y eso es serio.
-¿Eso desmejora el espectáculo?
-Te hago otra pregunta: ¿cuántas veces vas a comentar un partido en una cabina cerrada?... Pocas. ¿no?... Bueno, suponte que estás en una platea y hay gente a la que no le va a gustar lo que decís, entonces te callás... Y no te callás porque sos débil, sino porque defendés tu integridad... Bueno, a los entrenadores nos pasa una cosa parecida.
-Vivir así, ¿te lleva a pensar sólo en el resultado, a no disfrutar?
-Hice bastante terapia para creer en mí y para que nada ni nadie me quite la confianza. No me estoy defendiendo y excusando, pero de eso se trata, de disfrutar más.
-Sacando Lanús para no ponerte en un aprieto, ¿en dónde te sentiste realizado como entrenador?
-En un montón de lugares y también en Unión, en algún momento... Pero con contundencia, te digo que fue en Talleres... Cuando entré, no nos querían a nadie. Pero se revirtió, me sentí cómodo como profesional, disfruté en lo laboral y en lo social, tuve resultados, se armó una buena organización...
-¿Tuviste chances de irte de Argentina y dirigir a alguna selección?
-He tenido muchas y agradezco, incluso en Europa. Son decisiones que trato de tomar con mucha autoexigencia. No me arrepiento. Antes de ir a Chile, tendría que haberme ido a Europa. Pero en su momento no tomé esa decisión, tomé otra, y ya pasó.
-¿Cómo es trabajar con gente como Sand y el Laucha Acosta, jugadores de gran experiencia que están rodeados de pibes?
-Son desafíos, no se elige y a veces las decisiones futbolísticas no van de la mano del sentimiento del hincha. Si los resultados acompañan, no pasa nada. Y si no te acompañan, pasa lo que hablábamos antes. El equipo, el grupo, está por arriba de todos. Pero no se pueden ignorar a esos ídolos. No siempre la decisión futbolística va de la mano con el deseo y el gusto de la gente. Pero ahí aparece la valentía para tomar esas medidas, por más que gusten.
-Lanús tiene un proyecto institucional más allá de los nombres. ¿Encontraste una dirigencia distinta a la del resto del fútbol argentino, que te bancó cuando los resultados no llegaban?
-Si. Hicimos una campaña para que nos rompan el contrato el año pasado, por eso les agradezco a los dirigentes. No pudimos torcer el rumbo de los dos técnicos que hubo antes que nosotros y la campaña fue malísima. Al final del año nos pudieron haber dado las gracias, pero confiaron en nosotros. En otro contexto, no estaríamos más. Sin embargo, en Lanús nos bancaron contra viento y marea.
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