(Enviado especial a La Plata)
Las ilusiones que despertaba este Unión del Kily, se desvanecieron en 20 minutos. Estudiantes lo “primereó” con virtudes propias, pero aprovechando sobre todo las enormes e inexplicables ventajas que le dio el rival en defensa. El segundo tiempo estuvo de más y apenas sirvió para que la derrota no sea tan abultada.
(Enviado especial a La Plata)
Tres goles en 20 minutos iniciales. Una defensa que hacía “agua” por todas partes y un desorden que se fue transmitiendo de atrás hacia adelante. Unión parecía un equipo “fantasma” en el primer tiempo. Inexistente. No frenaron nunca la subida de Benedetti (dio dos pase-gol) por izquierda ni tampoco la de Eric Meza por derecha. Y ese 3-0 tan prematuro como inesperado e inentendible, le bajó totalmente las energías y las ideas a un Unión que empezó a deambular en la cancha, visiblemente superado en todo por el rival.
Para colmo, Estudiantes se aprovechó de este Unión impresentable del primer tiempo. Al margen de la sorpresa que llevaban Meza y Benedetti por afuera, el buen manejo de pelota y las facilidades para recibir solos de los volantes. Burgos, Neves, Thiago Palacios y Sosa se movieron con espacios, soltura y llamativa facilidad. Todo esto permitido por un Unión extrañamente débil y sin ninguna reacción.
¿Y del medio hacia arriba? Nada. Sin marca y sin juego. Más lento que el rival y sin sorpresa. Arrancó queriendo sorprender Gerometta por derecha, pero fueron un par de proyecciones y decenas de problemas defensivos a sus espaldas. Lo mismo pasó por el otro costado con Del Blanco, mientras que Fragapane y Domina quedaron aislados, sin chances de entrar en juego y perdieron siempre cada vez que la pelota les llegó.
Los enormes problemas defensivos, se fueron trasladando de manera peligrosa al resto del equipo. Y fue así que Unión sufría en todas partes. En el medio no paraban el buen juego de los volantes locales y adelante no inquietaba, al punto tal que la única jugada medianamente peligrosa fue una “mandada” de Pardo, con Domina oficiando de pivote para devolverle la pelota y un remate al arco que se estrelló en la humanidad de un defensor rival. Mansilla, el arquero de Estudiantes, sólo tuvo que esforzarse una vez para atrapar un centro frontal que llegó sobre el área.
Julián Palacios, Verde y Angulo fueron los elegidos por el Kily para que Unión entre con tres variantes a jugar el segundo tiempo. Cambió el esquema, quedaron cuatro atrás, con Mauricio Martínez y Mauro Pittón para contener en el medio y con Palacios y Verde con la obligación de crear. ¿Qué logró Unión?, emparejar un poco el trámite, pero con muy poca profundidad. Después, Gamba y Bruno Pittón se sumaron y allí pasó Del Blanco al medio para darle una mano a Mauro Pittón, ya sin Mauricio Martínez en la cancha. Apenas un par de apariciones de Julián Palacios, pero siempre la impresión fue que lo de Unión era muy forzado, que Estudiantes estaba más cerca del cuarto que Unión del descuento y que el segundo tiempo parecía estar de más.
Estudiantes siguió teniendo situaciones, pero no contó con la precisión y contundencia de ese arranque del partido. Pero la derrota nunca pareció estar en riesgo. Y cuando la impresión era que Estudiantes estaba más cerca de aumentar la diferencia que Unión de achicarla, apareció el pibe Verde en la media luna para recibir la pelota con espacios y colocar un remate que se metió lejos del alcance de Mansilla. Fue uno de los pocos remates al arco de un Unión que al menos tuvo una actitud diferente para no dejarse apabullar en todos los aspectos del juego, como pasó en el primer tiempo.
Sin discusiones el resultado, sin cuestionamientos la derrota y mucha preocupación por el bajísimo nivel en el primer tiempo. Una defensa que se conoce, que no tuvo cambios, que tiene a los mismos del año pasado y que jugó un partido para el olvido en el primer tiempo. De ahí en adelante, un equipo que se fue contagiando y que aprovechó el hecho de que Estudiantes levantó el pie del acelerador en el segundo tiempo, al menos, para que el partido no tenga la llamativa diferencia y falta de equivalencias que hubo en el primero.
El Kily siempre habló de que si algo no podía faltarle al equipo, era el hecho de ser “competitivo”. Pues eso, la competitividad, fue lo que a Unión le faltó en gran parte del partido. El primer tiempo fue impresentable y el resultado pudo haber sido peor si es que Estudiantes mantenía la peligrosidad y contundencia del primer tiempo. Y también si Unión seguía dándole las múltiples, llamativas e inexplicables ventajas que dio en ese primer tiempo olvidable. Preocupante comienzo. Y no sólo por haber perdido el partido. Sino por lo mal que se jugó.
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