Unión tiene su propia "fiebre de sábado por la noche" con la necesidad de ganar
Es un partido que se toma como bisagra para iniciar el camino de la recuperación o para complicar del todo un cuadro negativo desde el comienzo del torneo. Vuelve Pardo y habrá un par de retoques más en el equipo.
El Tate regresa al 15 de Abril frente a su público. Crédito: Manuel Fabatía
Es una situación crítica desde lo deportivo. Nadie se imaginaba que el arranque de Unión iba a ser de esta magnitud en función de las expectativas creadas. Y hoy las urgencias crecieron y no queda mucho lugar para caidas. Se juega la octava fecha de un torneo de apenas 16 partidos. Casi todos llegarán a la mitad del campeonato menos Unión y Racing que deben un partido. Pero ya es una cantidad suficiente como para marcar una tendencia. Y Unión ha quedado lejos del octavo puesto, necesita empezar a ganar -y seguido- para recuperar ese terreno perdido en estos seis partidos con apenas dos empates y sin victorias.
Cristian González ha tenido tiempo desde la caida ante Huracán, que fue injusta y que no supo evitar por el error de Corvalán en el gol del Globo y la cantidad de situaciones malogradas, para trabajar y darle forma a lo que todavía no consiguió: que aparezca el equipo.
Acá es donde surgen las incógnitas en cuanto a qué idea futbolística soñó cuando fue a la búsqueda de las incorporaciones, en un mercado de pases "normal" que tuvo Unión por fin: sin inhibiciones y con la chance de traer nada menos que nueve caras nuevas, además de las extensiones de contrato de jugadores importantes en el funcionamiento del equipo.
Eso es lo que Unión no ha logrado: funcionamiento. A excepción del partido con Argentinos Juniors (cuando arrancó con un 4-4-2), el esquema fue el mismo del año pasado, pero con intérpretes que no se adaptaron y jugadores que venían del torneo anterior pero que bajaron su nivel. Ese combo lo llevó a tener la obligación de cambiar sobre la marcha en casi todos los partidos, arrancando de una manera y terminando de otra. Generalmente, del 5-3-2 se pasó a otro esquema en el que se sumaron volantes y hasta delanteros para tratar de revertir lo que inicialmente no salió.
Imagen ilustrativa. Crédito: Fernando Nicola
¿Está mal?, no, si se lo mira por el lado de disponer de variantes para cambiar cuando las circunstancias lo aconsejan. Pero lo que revela que el sistema no está dando resultados, es que no sólo no se pudo ganar hasta ahora, sino que hubo que cambiar sobre la marcha en casi todos los partidos.
Unión juega dos partidos clave en estos días. Uno es el de este sábado ante Gimnasia -de local y sin haber podido ganar aún en el torneo- y el otro es el miércoles en San Nicolás, ante Colegiales, por la Copa Argentina. Sobre todo porque esta clase de partidos -el de la Copa Argentina- marca un antecedente: cuando a Unión lo eliminó Gimnasia y Esgrima de Mendoza en Junín, el año pasado, el Kily se enojó mucho y hasta pensó en dar un paso al costado, algo que fue detenido a tiempo por la subcomisión de fútbol.
En principio, la idea es mantener el esquema. El equipo no tiene la profundidad del año pasado en el juego por los laterales (recordar, simplemente, aquel buen nivel de Vargas y Bruno Pittón en ese momento), ni tampoco la capacidad y fortaleza de los delanteros para aguantar la pelota arriba y complicar a las defensas contrarias, como lo hacían Orsini y Balboa. Ninguno de los dos está en el plantel, por lo que habrá que darse un tiempo para que a ellos se los deje de extrañar, pero Unión no tiene la misma fuerza ofensiva y, para colmo, adolece de contundencia (basta con recordar las oportunidades malogradas en partidos que le fueron esquivos en el trámite, como ante Argentinos Juniors).
Kily González. Crédito: Archivo El Litoral
Es el tiempo del entrenador, de encontrarle la vuelta y el funcionamiento a un equipo que no le ha dado respuestas positivas hasta el momento. Llegaron jugadores que no pudieron ganarse el lugar en seis partidos y tuvieron que aparecer soluciones "de la casa", como es el caso de Profini, por ejemplo, al que incluyó como volante central cuando sus últimos tiempos, desde que llegó a Unión, los hizo de marcador central. Fue un acierto del Kily, nadie lo discute. Pero también revela que la salida de Mosqueira dejó un espacio que no pudo cubrir con las incorporaciones. Y a eso, sumarle que no ha podido encontrarle lugar o no ha tenido adecuada respuesta de jugadores como Mauricio Martínez, Fragapane, Julián Palacios, Angulo o Colazo, que llegaron con pretensiones y generando expectativas que aún no fueron satisfechas.
El probable equipo
En cuanto a los once que dispondrá ante Gimnasia, Cristian González tendría en mente algunos retoques, aunque no en el sistema. Por ejemplo, hay que plantear la duda entre Vargas y Gerometta para el sector derecho de la defensa y entre Bruno Pittón y Del Blanco para el izquierdo. Y en el medio, podría haber también algún cambio con la inclusión de algún volante de más manejo de pelota para acompañar a Profini y a Mauro Pittón o Ham, en tanto que la dupla Gamba-Estigarribia se mantendría.
En consecuencia, un posible equipo sería con Cardozo; Vargas o Gerometta, Ludueña, Pardo, Fascendini y Bruno Pittón o Del Blanco; Ham o Mauro Pittón, Profini y Fragapane o Palacios; Gamba y Estigarribia.
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