Enviado especial a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
En la ciudad boliviana más pujante y comercial, llega el equipo de Munúa a intentar una victoria que lo deje en carrera, antes de visitar el mítico Maracaná. A las 19.15 de Argentina, las 18.15 de Bolivia, Unión afrontará un compromiso duro ante un rival que también necesita ganar.
Enviado especial a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
“Somos la única ciudad de Sudamérica que se divide en anillos”, dicen con orgullo los santacruceños. “Es muy fácil, yo arranco acá, doy toda la vuelta a Santa Cruz de la Sierra y termino en este mismo lugar”, señalan, explicando claramente que se trata de avenidas que circunvalan la ciudad. “Al principio fueron cuatro, después cinco y ahora son como nueve los anillos”, ostentan, mientras se encargan de dar cuenta de varias verdades, como que esta ciudad es la más pujante, económicamente hablando, de Bolivia. “De todos modos, el sueldo promedio es de unos 300 dólares y eso no alcanza”, cuenta “Pocho”, recomendado a los enviados de El Litoral por uno de los dirigentes de Oriente Petrolero para que nos haga de chofer en estas horas de estadía en una ciudad que presagiaba tormentas durante el día, pero que a la hora del último entrenamiento de Unión, en el Centro de Alto Rendimiento de Santa Cruz de la Sierra, gozaba de un sol que caía a pleno y aumentaba los grados de temperatura.
Los argentinos hablamos de grieta, pero en Bolivia también la hay. Y es geo-futbolera. “Este estadio fue construido en 1940, es un estadio gubernamental, acá ahora entran 30.000 espectadores, pero antes entraban muchos más. Lo que pasa es que en Santa Cruz de la Sierra siempre quisimos que venga a jugar nuestra selección. Y no hay caso. Van siempre a La Paz. Lo que pasa es que cada vez hay menos jugadores de La Paz y la mayoría son del llano, como nosotros. Pero cuando nuestros jugadores van a La Paz, juegan los partidos al cuarto o quinto día que están allá. Y es justo el momento más duro y cuando más se sienten los efectos de la altura”, dicen con razón.
El estadio Ramón Aguilera Costas, “Tahuichi”, tiene un aspecto de viejo y abandonado desde afuera, pero se lo observa distinto adentro. Eso sí, la mañana del día previo al partido hubo que sortear un inconveniente: la falta de agua. Parece mentira, pero con ese “pequeño gran detalle” se encontró la gente de la Conmebol, que lo recorrió minuciosamente e hizo tapar todos los carteles que contenían avisos publicitarios, incluidos los del mismo gobierno. Por eso, la entrada principal –que se mantiene tal cual como hace 82 años- tiene grandes bolsas negras, tipo de consorcio, para justamente disimular cualquier inscripción o cartel que tenga que ver con el gobierno santacruceño.
Emulando a esta cuestión de los anillos que dividen la ciudad y que sirven de referencia a los propios santacruceños (por ejemplo, el estadio está muy cerca del segundo anillo y el hotel en el que concentra Unión se encuentra en el límite del cuarto), Unión llega a esta ciudad no sólo para jugar su primer partido internacional en este país –de manera oficial- sino con el objetivo de convertirse en el “Señor de los anillos”.
Pero enfrente está un equipo que sabe que tampoco puede dejar más puntos en el camino, que está quinto en el torneo local, que viene de golear por 4 a 2 (Suárez, un ex Gimnasia de Jujuy hizo tres goles y el otro fue un golazo de Maximiliano Caire, el ex jugador de Colón, que en esta ocasión jugó de marcador central) y que sabe, como también lo sabe Unión, que el rival a vencer es Fluminense y que, para hacerle sombra, no se pueden dejar más puntos en el camino.
¿Qué se puede saber del equipo?, lo que seguramente el hincha de Unión supone. Que vuelve Brítez a la punta derecha de la defensa, que Calderón y Polenta serán los centrales y que Corvalán irá por izquierda. Que en el medio estará Machuca por derecha, que la dupla de volantes centrales será Nardoni y Portillo (¿habrá alguna chance para Roldán?, difícil para el arranque del partido) y que por izquierda es posible que pueda jugar el “Pajarito” Juárez. Y que arriba, no hay mucho para inventar: Peralta Bauer y Matías Gallegos corren con ventaja.
Oriente Petrolero sabe que tiene que aprovechar la condición de local (aunque su hinchada, que es muy seguidora) también es muy exigente y si transcurren los minutos y el gol no llega, empezará a exigir. Y UnIón sabe que tiene que terminar con esta sequía de visitante que lo convierte en un equipo “bipolar”, que muta considerablemente según el escenario en el que le toque jugar.
El “Oriente” de Unión apunta a ganar el partido. Es una condición indispensable para seguir alimentando sueños en un grupo complicado y dentro de una competencia compleja y exigente, donde un tropezón se puede convertir, de inmediato, en una caída.
Álvez con la mente en Fluminense
El delantero Jonathan Álvez podría llegar en condiciones de volver al equipo para el partido con Fluminense en Río de Janeiro, del próximo 26 de abril.
Por su parte, Leo Ramos tenía chances de hacerlo el sábado ante Racing, pero no va a llegar y se lo va a cuidar. Quizás el encuentro de entresemana con San Lorenzo pueda ser el momento de su retorno al plantel o bien para el partido del otro fin de semana, antes del viaje a Río.
El que evoluciona muy bien es Cañete, ya está haciendo fútbol y se especula que a fines de este mes llegará en condiciones de volver a ser tenido en cuenta, a siete meses de su lesión de ligamentos cruzados ocurrida en el partido con Gimnasia en La Plata, en la despedida de Azconzábal.