Por la bajante del Paraná en 1968, ¿se podía cruzar a pie el Riacho Santa Fe?
En aquel año el nivel del río llegó a 0,06 metros. Los archivos fotográficos de El Litoral muestran al riacho casi seco y a personas caminando por un puente improvisado hecho con tablas, a la altura de La Vuelta del Paraguayo. Como hoy, el fenómeno generó preocupación en la actividad portuaria y agrícola de la zona.
Archivo El Litoral El registro fotográfico de 1968 que permanece guardado en los archivos del diario.
El Río Paraná atraviesa desde hace unos meses una bajante histórica, fenómeno que no se producía desde hace 50 años en la región, de acuerdo a las expresiones de los expertos en el tema. Con el nivel por debajo del metro (llegó a los 81 centímetros el 25 de abril y luego apenas repuntó) en el Puerto de la ciudad el poco caudal de agua se manifiesta con una Laguna Setúbal distinta, con extensas orillas, el suelo fangoso y su vegetación a la vista de todos. Incluso, quedaron al descubierto escombros de lo que podría llegar a ser la estructura de un puente anterior al Colgante, construido a principios del siglo XX y derribado al poco tiempo por una inundación.
Como bien explicó Carlos Paoli (especialista del Instituto Nacional del Agua, INA) en una reciente entrevista con El Litoral, entre 1905 y 1971 hubo 11 años en que la escala registró mínimos anuales por debajo de cero, siendo el más marcado el correspondiente a 1944, en que la medida fue de 1,03 metros por debajo del cero y el más reciente, el del año 1969, en que el registro fue de 0,14 metros por debajo del cero. “La mayoría de los mínimos anuales en este período está por debajo de 1 metro, lo que hace que el promedio de dichos mínimos anuales sea de 0,83 metros sobre el cero”, apuntó.
En ese período de tiempo aparece la bajante de 1968 que tuvo al río con una altura mínima de 0,06 metros, según las mediciones históricas en el Puerto local. De ese año se corresponden las fotografías del archivo de Diario El Litoral que acompañan este artículo. Como se ve, el poco caudal del río provocó que se reduzca a su mínima expresión el Riacho Santa Fe.
En el retrato de aquellos años se puede ver la costa de La Vuelta del Paraguayo y cómo un grupo de personas se animaba a cruzar por lo que quedaba del hilo de agua, hacía la orilla lindante a la Ruta Nacional 168 utilizando un improvisado puente con tablas. También se visualizan embarcaciones, sobre todo canoas que eran (y lo siguen siendo) características de esa zona ribereña de la capital provincial.
Archivo El Litoral El registro fotográfico de 1968 que permanece guardado en los archivos del diario.
El registro fotográfico de 1968 que permanece guardado en los archivos del diario. Foto: Archivo El Litoral
Por aquel entonces, se podía arribar al barrio costero por el agua o por el flamante puente que inauguró el gobernador Sylvestre Begnis en 1962, que popularmente se lo conoció como “Palito”. El apodo, como se recordará, se lo puso el Ingeniero Luis Barletta cuando dijo: “Esto más que puente parece un palito”. Esa conexión, que servía para llegar a Alto Verde, fue utilizada hasta 1995 cuando se lo reemplazó por el actual puente “Héroes de Malvinas”.
Como lo contó El Litoral en una producción periodística de 2013, la historia de este barrio se remonta a fines del XIX, cuando las familias comenzaron a arribar al lugar para trabajar en el pujante puerto de la capital provincial. “Sobre el nombre de la jurisdicción hay varias versiones. Hay quienes cuentan que se debe a un barco paraguayo que traía mercadería de contrabando y se hundió, y otros que obedece a un hombre de esa nacionalidad que llegó a la zona y se convirtió en un referente”, explicó este diario en el citado artículo.
Dos artículos periodísticos de diario El Litoral de 1968 reflejaban la preocupación del sector productivo agropecuario santafesino por el poco caudal de agua en la región y los inconvenientes que esto generaba en la actividad portuaria. El primero de ellos, publicado el 15 de abril de 1968 el diario brindaba detalles sobre los problemas que podía provocar la bajante en la actividad comercial de granos en el puerto de la ciudad.
“Dentro del panorama poco alentador que para las actividades portuarias presenta la pronunciada bajante del río, que se anuncia con características excepcionales, una estimación de fuentes cerealistas permite aportar un cálculo optimista con respecto, por lo menos, los próximos 15 días en lo relativo a la continuidad de las operaciones”, indicaba la nota.
En otro tramo del informe se señalaba: “Las perspectivas son ciertamente inquietantes, al punto tal que se vaticina con datos casi infalibles que proporcionan las estadísticas, que la actual bajante superará a la de 1944, que fue de características excepcionales” (N. del R: finalmente no se llegó al nivel del ‘44).
Esa nota cerraba diciendo: “No debe olvidarse que se está corriendo una verdadera carrera contra el tiempo y aunque en general los pasos están en condiciones de mantener un calado de 20 pies al cero, existen algunos sectores donde sería menester efectuar un urgente repaso”.
Archivo El Litoral
Foto: Archivo El Litoral
Unos meses más tarde, el 26 de septiembre de 1968, El Litoral publicó en sus páginas otra noticia donde manifestaba la preocupación por el escaso caudal de agua del Río Paraná. “Inquietud por la pronunciada y persistente bajante del río”, tituló este diario por aquel entonces. En este segundo artículo, se decía que “de un tiempo a esta parte distintos medios de información del país se han hecho eco de la creciente inquietud suscitada por la extraordinaria y persistente bajante del Río Paraná, fenómeno atribuido a obras de un sistema hidroeléctrico que construye Brasil y puede producir —se dice— la asfixia de muchos puertos argentinos”.
De lo que habla el informe es de la construcción de las represas que se instalaron en el vecino país en el Río Paraná. Lo describe citando un editorial de una revista especializada cuyo fundamento sostenía: “Brasil ha construido ya la usina Jupiá y está construyendo otra 55 kilómetros al norte en la isla ‘Solteira’”. Esa represa se comenzó a construir en 1965 y fue finalizada en 1978. Junto a “Jupiá” y “Tres Hermanos”, conforman el “Complejo Urubupungá” que genera energía para los estados de São Paulo, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais y Goiás.
“No hay duda que algo es lo que hace llegar menos agua a nuestro puerto fluvial de ultramar. Y ese algo no puede ser otra cosa que retención de agua en Brasil pues ese enorme caudal de agua no puede ser derivado para riego en una zona donde el régimen es tan alto”, se opinaba por aquel entonces.