En la jornada del miércoles se realizó en Santa Fe la Caravana Cultural convocada por el Colectivo de Artistas en Lucha de Santa Fe, que nuclea a diferentes organizaciones e individuos de las diferentes disciplinas artísticas y de la gestión cultural. La cita fue a las 18 (con un comienzo de la actividad media hora después) en Salvador del Carril y Pedro Vittori, en el Parque Federal y a metros de La Redonda.
Esta actividad se da en el marco de las acciones que se realizaron en todo el país -en unas 40 ciudades-, a partir de la convocatoria de la multisectorial Unidos por la Cultura, que lanzó un plan de lucha contra el proyecto de Ley Ómnibus, el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y el protocolo anti protesta de Javier Milei.
Marea roja
La propuesta para la capital provincial fue marchar por la Ciclovía hasta El Molino, en bulevar Gálvez y Pedro Vitorri. La convocatoria solicitaba que todos los que pudieran fuesen de rojo, para sumarse a una propuesta performática que incluyó cuatro "muertes" simbólicas: al sonar de una sirena, los distintos ensambles de percusión participantes que se fueron alternando (Libre Candombe, bombos folclóricos, , percusión Son Ellas, murga Cristo Obrero, La Birrilata) cesaban su toque; todos los que quisieran participar debían caer al suelo, remedando la muerte de la Caravana.
La convocatoria solicitaba que todos los que pudieran fuesen de rojo, para sumarse a una propuesta performática.
Finalmente, un grupo de artistas con consignas positivas (Cultura de Pie, Circo del Litoral, Mafias, Susurradoras, entre otros) "revivió" en cada ocasión al grupo. Dicha performance se repitió con diferentes matices en los árboles grandes antes de cruzar Quintana, el Camco, el Paseo de la Diversidad y la Plaza de El Molino. A la par, muchos participantes fueron con carteles y pancartas, muchos confeccionados en la Biblioteca La Libre.
El cierre fue con un ensamble de tambores afro, que invitaron al baile; también hubo concilios espontáneos para analizar el alcance de la actividad y las medidas a seguir (el colectivo convocante apoya los cacerolazos de los jueves en la misma esquina, como así también también diferentes medidas de protesta nacional). Los cánticos a lo largo de la movida fueron positivos (en sintonía con el clima general festivo de la tarde), defendiendo en todo momento a los organismo de fomento; sólo ante la provocación desde un balcón, en el final del recorrido, se escuchó el "Milei, basura, vos sos la dictadura" de otras movilizaciones.
Cambios cuestionados
Dentro de las reformas que busca la ley ómnibus sobre el sector de la cultura, se propone la eliminación del Fondo Nacional de las Artes (FNA): un ente autárquico creado en 1958 y que cuenta con una planta de 120 trabajadores. El FNA se financia a través del dominio público pagante (DPP), que se cobra por las obras una vez vencido el plazo de protección del derecho de autor. Además, obtiene ingresos por las tasas y multas de la Ley de Propiedad Intelectual Número 11.723 e intereses de préstamos, aportes extraordinarios y títulos. A partir de allí, financia iniciativas artísticas que se consideran de interés cultural y social.
Por otra parte, se estipula que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) continúe en vigencia pero su Fondo de Fomento Cinematográfico quedaría constituido sólo por "un impuesto equivalente al diez por ciento aplicable sobre el precio básico de toda localidad o boleto ,y con los recursos que defina el Presupuesto Nacional". Esto deja de lado la ley 17.741 para sostener las políticas de fomento con el 25 por ciento "de las sumas efectivamente percibidas" por el Ente Nacional de Comunicaciones sobre los tributos de la Ley 26.522, de Servicios de Comunicación Audiovisual.
También se limitan los fondos del Instituto Nacional de la Música (Inamu), a los que "asigne la Secretaría de Cultura de la Nación u organismo que en el futuro la reemplace, dentro del Presupuesto General de la Nación". A su vez, se le quita el aporte del Enacom y se eliminan sus dos funciones más importantes: la protección de la música en vivo y el fomento de la producción fonográfica, la distribución y la difusión de las obras. Por otro lado, se elimina la obligatoriedad de contratar a un músico nacional en un espectáculo musical de un artista extranjero.
Otra particularidad de las reformas tiene que ver con la eliminación del Instituto Nacional de Teatro (INT), que se financia con el 10 % de los ingresos recaudados por el Enacom, un 1 % de de recaudación de Lotería Nacional y un porcentaje de la recaudación de espectáculos teatrales. El INT no creó ningún impuesto nuevo para su financiamiento.
A este panorama hay que sumar el proyecto de derogación de la ley 25.542 que establecía que los editores, importadores o representantes de libros deberán fijar un precio uniforme de venta al público o consumidor final de los libros que edite o importe, decisión que fue rechazada por las cámaras editoriales y de librerías e incluso por la Fundación El Libro, organizadora de la Feria del Libro.
Al mismo tiempo se eliminarían beneficios impositivos de los miembros de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) y se quitaría la posibilidad de que accedan a descuentos del 50% en la adquisición de ejemplares, iniciativa que motorizaba la actividad económica editorial durante la Feria del Libro de Buenos Aires.
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