El barrio Candioti, la noche y un "rosario" de quejas por ruidos molestos y pocos controles
Vecinalistas de Candioti Sur se reunieron con ediles de la ciudad para hacer sus planteos, en el marco del debate sobre la nueva ordenanza de nocturnidad. Se intenta lograr un "punto intermedio", en el cual la actividad gastronómica se mantenga, pero sin afectar el derecho al descanso.
La clave es lograr consensos mínimos para que los bares y restós pueden trabajar bien, pero sin afectar el descanso de los residentes. Archivo El Litoral / Pablo Aguirre
Lunes 16.5.2022
21:47
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El boom gastronómico y su incontable cantidad de bares y restaurantes ha convertido a Candioti Sur y Norte en, quizás, la "nueva Recoleta", aquella que dejó de ser un "descontrol" cuando se declaró la emergencia nocturna, en 2019, y los boliches se trasladaron a la vera de la Ruta 168. Esto viene generando un conflicto de intereses: por un lado, una actividad comercial que crece y genera empleo; por el otro, las complicaciones que puede generar en los residentes de ambos sectores urbanos.
La reunión entre vecinalistas y concejales, en la Sala Zapata Gollán del Concejo. Foto: Twitter - Laura Mondino
Y lo primero que surge como reclamo es el derecho al descanso nocturno, que se vuelve a veces muy difícil de conciliar por los decibeles altos. Este punto, entre otros, se trató en una reunión donde se sentaron alrededor de una misma mesa vecinalistas de Candioti Sur y concejales de la ciudad. El encuentro se dio en el marco de la discusión sobre la nueva ordenanza de nocturnidad para la ciudad de Santa Fe, que está elaborando el Municipio local.
En este último aspecto, "sabemos que se están realizando reuniones con todos los sectores involucrados, encuestas a vecinos y a los usuarios de la actividad nocturna, es decir, los asistentes a bares y restós. Se realizará luego una reunión con todos los actores para discutir el borrador. Aguardamos que el Ejecutivo nos envíe el mensaje", pone en contexto en diálogo con El Litoral la concejala Laura Mondino (FPCyS), que estuvo presente en la reunión.
Reclamos
"No nos oponemos a la actividad gastronómica -aclara Susana de Ordiz, vecinalista de Candioti Sur, en conversación con este diario-. Pero se está desvirtuando el tema de los ruidos molestos, los horarios de cierre y los bailes, que terminan a las cinco de la mañana. Entonces, el derecho al descanso de los vecinos no existe. Y por favor, faltan controles municipales", cuestiona.
La residente de ese barrio habló de la posibilidad (hasta ahora un trascendido) de que se habiliten los pubs en el sector de la ciudad, con lo cual los bailes serían más frecuentes. "Esto no va. Y no queremos que se llegue a un punto de conflictividad social entre los vecinos, los dueños de los locales nocturnos y quienes asisten a éstos".
"Pero ya tenemos boliches bailables, cuyos horarios se extienden hasta las 5 de la mañana. En Bv. Gálvez, en una esquina, hay un local que tiene un sótano; al lado hay un edificio y los residentes no dan más: no pueden dormir los fines de semana. Se pierde el sentido de convivencia: por nada del mundo queremos que esto termine en una situación de conflictividad social y agresividad. El Municipio tiene que actuar", requiere Ordiz.
La gente está muy cansada, advierte. Hay "apropiaciones" de espacios públicos (veredas, plazas) para colocar sillas y mesas. Incluso hay serios problemas que tocan el orden público, agregó: "Notamos un descontrol en la salida de los bares; dejan botellas y latas tiradas, la gente orina en las paredes de las casas. Imaginate el malestar de la gente...", dice.
"Equilibrio"
"Los vecinos (de Candioti Sur) nos pidieron que tengamos en cuenta varios aspectos a la hora de discutir la nocturnidad. Por ejemplo, el uso de las veredas y espacios públicos para poner mesas, la colocación de parlantes en el exterior de algunos bares, controlar los balcones gastronómicos para que no se expandan, y la posibilidad de aumentar las multas por ruidos molestos. Todas las cuestiones son atendibles", explica la edila socialista.
Es crucial definir y acordar los horarios de apertura y cierre (días de semana, viernes, sábados y domingos), y que los locales nocturnos los respeten, añade Mondino. "Y la insonorización en casos puntuales también se está analizando, es decir, exigir a los locales este tipo de infraestructura", adelanta. Un ejemplo más: se hace una denuncia por ruidos molestos, un inspector va a la residencia del denunciante y evalúa con el decibelímetro los niveles de sonido: "Si éstos dan por encima de lo permitido, también no se descarta evaluar una suba en las multas… Todo esto está en discusión, pero la clave es encontrar puntos de equilibrio", aclara.
"Me parece positivo que los vecinos estén dispuestos a escuchar y debatir, poniendo reglas claras. El espíritu de esta iniciativa es discutir la nueva nocturnidad de la manera más participativa posible", concluye la edila.