Que son feos, que transmiten enfermedades, que muerden, que "chupan sangre como los vampiros". La mirada negativa sobre los murciélagos es generalizada, a pesar de que es un mamífero que provee múltiples beneficios al ecosistema.
La bióloga colombiana Ginna Gómez Junco recorre Sudamérica llevando sus conocimientos sobre estos mamíferos voladores. Dictó tres charlas en Santa Fe.
Que son feos, que transmiten enfermedades, que muerden, que "chupan sangre como los vampiros". La mirada negativa sobre los murciélagos es generalizada, a pesar de que es un mamífero que provee múltiples beneficios al ecosistema.
La bióloga Ginna Gómez Junco llevó a escala sudamericana un proyecto educativo que aplica en su país, Colombia, y que tiene como objetivo sensibilizar y cambiar la perspectiva sobre los quirópteros.
Para esto va equipada con lo que denomina la "Murcimochila", que contiene materiales lúdico-pedagógicos, como Lalis y su bebé -murciélagos de peluche- que interactúan con chicos y adultos, mientras Gómez Junco dicta su charla y responde preguntas, apoyada en fotografías.
"A los chicos les decimos que son superhéroes y les explicamos cómo contribuyen los murciélagos al ecosistema", explicó la magíster en Preservación de la Diversidad, especialista en mamíferos y articuladora del área de educación del Programa para la Conservación de Murciélagos de Colombia (PCMCo).
La iniciativa "MurciMochileando por Suramérica" busca generar conversaciones sobre la convivencia del humano con este grupo de animales "al que muchas veces por desconocimiento o por información errónea, le tenemos miedo y lo atacamos sin razón", aportó la bióloga, que ya brindó tres charlas abiertas en Santa Fe y Desvío Arijón.
Llegó al país gracias a la gestión del Programa de Conservación de los Murciélagos de Argentina. También estuvo en Perú, Bolivia, Brasil, y luego irá a otras provincias y seguirá su gira extranjera.
-¿Por qué son importantes los murciélagos?
-Uno de los "superpoderes" que tienen los murciélagos, y de los cuales los humanos dependemos, es que en su gran mayoría se alimentan de insectos. Entonces son fundamentales para el control de los insectos que pueden afectar a los cultivos, por lo cual no necesitaríamos utilizar tantos insecticidas si dejáramos que hicieran su trabajo.
También son fundamentales para el control de los mosquitos que pueden transmitir dengue, malaria o chikungunya. Los murciélagos están cerca de las casas porque precisamente, los mosquitos -que son su alimento- buscan a los humanos, así que si los vemos en los alrededores de nuestros hogares no debiéramos preocuparnos.
Luego, hay otros grupos que están más en la zona centro y norte de Sudamérica y son los que se alimentan de frutas, dispersan las semillas, es decir, las llevan de un lugar a otro para que crezcan nuevos árboles. Son polinizadores al igual que las abejas o los picaflores, sólo que lo hacen de noche.
Después, están aquellos que controlan poblaciones: son los carnívoros que se alimentan de ratones, aves, lagartijas o ranas. De las más de 1.400 especies en todo el mundo, solo hay tres que se alimentan de sangre: dos de ellas, de aves, y una especie, de la sangre de mamíferos.
El mensaje que queremos llevar, entonces, es que por una especie, a la que le tenemos miedo porque toma sangre, matamos a todas las otras.
-¿Esta especie que toma sangre de mamíferos está presente en Sudamérica?
-Correcto, sólo se encuentran en Sudamérica, en ningún otro continente. Y en Argentina, únicamente están en la parte norte del país. Aquí, en Santa Fe, no está presente. Entonces es interesante destruir este mito de que todos los murciélagos se alimentan de sangre, porque no es así.
-¿Surge de las charlas cómo convivir en las ciudades entre el humano y los murciélagos? Porque generalmente se instalan en los edificios altos, en algunos huecos de las casas también, y para muchas personas, no es agradable tenerlos.
-Es una de las preguntas más recurrentes que nos hacen. Lo que les decimos siempre a las personas es que no hay que tenerles miedo. De hecho, ellos nos tienen más miedo a nosotros porque somos más grandes. Además, son animales súper indefensos realmente. Su única forma de defenderse es la mordida.
Y la única forma de que un murciélago nos llegue a morder es porque nosotros lo tocamos o lo capturamos. De otra manera, no hay la menor posibilidad de que nos ataque, ni se pegue al cuello o al pelo.
-¿Entonces, qué se debe hacer ante su presencia en una casa?
-Si hay un murciélago que se mete a nuestras casas, muy probablemente es porque está siguiendo a los mosquitos. Si el murciélago está volando, es decir, está saludable, sin problemas, lo único que hay que hacer es apagar todas las luces y dejar abiertas las ventanas, de tal manera que él pueda salir sólo al exterior.
¿Y por qué apagar las luces? No es que le hace daño la luz, sólo que sus ojos están más adaptados a la oscuridad y les va a ser mucho más fácil encontrar la salida.
En caso de que el murciélago esté caído, empieza a tratar de aletear para avanzar, pero no por eso está enfermo como supone la gente, sino que seguramente no puede despegar del suelo.
En ese caso, lo que podemos hacer para ayudarlo es poner un tachito de basura o una caja encima del murciélago, pasarle una cartulina debajo para encerrarlo dentro y colocarlo en un lugar alto como un árbol, una terraza o un balcón. Y ahí le abrimos la caja para que se vaya.
-Si un grupo de murciélagos colonizó algún lugar de la casa, como pueden ser los rodillos de las persianas americanas ¿Qué recomienda hacer?
-Primero, quisiera aclarar que ellos no están metiéndose a nuestro territorio, sino que nuestras ciudades se metieron en los territorios de los murciélagos. Entre menos bosques, menos árboles haya, tendrán que buscar lugares para ocultarse y vivir. Por eso es que utilizan las construcciones humanas.
Ahora, en el caso de que esto suceda, lo mejor es esperar a que salgan y ver por dónde lo hacen, para tapar el lugar de entrada y salida, porque además son muy flexibles y chiquitos y se pueden meter en cualquier lugar.
Es la única forma porque los podemos ahuyentar con olores fuertes -como el ajo, el azufre, o colocar una ramita de limón con espinillas-, pero son técnicas momentáneas y una vez quitadas, van a volver.
-¿Qué otras sugerencias les das a las personas para convivir con ellos?
-Primero, el contacto cero. Es decir, así como no tocaríamos a un zorro o a cualquier otro animal silvestre porque pueden ser peligrosos, lo mismo con los murciélagos. Aunque no nos van a venir a atacar, si nosotros nos acercamos, les lanzamos piedritas o tratamos de agarrarlos, por supuesto que van a reaccionar.
Hay que dejar que sigan su camino y aprender a convivir y coexistir. Tenemos que ser conscientes de que no estamos solos en el planeta y que los humanos dependemos de los animales para tener comida, para no estar expuestos a tantas enfermedades, etc.
Entonces, quizá la percepción de que "son feos" no cambie, pero el mensaje que queremos dar es que no hay que matarlos y hay que hacer el ejercicio de pensar qué estará comiendo ese murciélago que está al lado de mi casa, porque seguramente estará controlando los mosquitos.
-Uno de los miedos es que transmiten rabia...
-Si la pregunta es que los murciélagos pueden transmitir enfermedades, la respuesta es "sí". Así como nosotros también podemos transmitirles enfermedades a ellos. El hecho de que estemos cada vez más cerca de los animales silvestres, va a hacer que entre todos nos pasemos enfermedades.
En cuanto a la rabia, el porcentaje que puede llegar a tenerla es muy bajo: por cada 1.000 murciélagos, 10 pueden llegar a ser vectores; entonces la probabilidad de que eso pase es muy bajita. En cuanto a que puedan morder a un perro o a un gato, que los cazan, hay que considerar la tenencia responsable de los animales domésticos.
-¿Qué otras enfermedades pueden transmitir los murciélagos?
-La principal es la rabia, pero otras son a través de parásitos del guano, pero eso pasa si lo manipulamos. Hay posibilidad también de que crezcan hongos en las heces de los murciélagos, pero esto solo pasa en cuevas, donde hay ciertas condiciones como humedades.
También es importante aclarar que no fueron los transmisores iniciales del Covid, porque por eso también los siguen matando. Aunque los murciélagos son reservorios de Covid, no tienen del tipo que enferma a los humanos.
No son ciegos ni tampoco ratas
Mediante la Murcimochila, los asistentes a las charlas aprenden, por ejemplo, que los murciélagos tienen caras diferentes, de acuerdo a lo que comen. O se presentan datos curiosos como el hecho de que no son ciegos, sino que ven muy bien, o que no son ratas.
Además, se derriban mitos como el generado a partir de Drácula, "por ejemplo las especies que toman sangre son de Sudamérica y no de Europa", destacó Ginna Gómez Junco.
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