Ni agresores ni agredidos: una nueva propuesta de talleres para niñas y niños
Fue diseñada y desarrollada por el equipo de Espacios Educativos. Tiene como propósito central generar un espacio educativo no formal –en este caso, un taller intensivo– para infancias, con la finalidad de desnaturalizar violencias cotidianas y procurar recursos personales y grupales para afrontarlas.
El objetivo de los talleres es potenciar la posibilidad que las infancias tienen de ocupar espacios de cuidado y ayuda de sus pares.
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“Ni agresores ni agredidos” consiste en dos talleres para trabajar con niñas y niños sobre las violencias que enfrentan diariamente. En los talleres se invita a visibilizar y reconocer los roles en las situaciones de violencia -agresores, agredidos, observadores y protectores- para que cada persona pueda decidir cómo actuar, estimulando los espacios de protección a partir actividades lúdico-pedagógicas que abordan situaciones de agresión, discriminación y violencias cotidianas, y los espacios que cada quien ocupa o puede ocupar.
“En etapas de nuestras vidas en donde se hace difícil convivir en una sociedad en donde se naturalizan las violencias, se hace muy complejo abstraerse de esta situación; fundamentalmente cuando de nuestras niñas y niños se trata. Los conflictos están allí, a la vuelta de esa esquina, y ya no tenemos claro cuándo, cómo ni dónde se resuelven con algún tipo de violencia. Es difícil saber qué hacen nuestras infancias frente a esas situaciones. Si participan activamente, acompañan, se retraen o simplemente observan atónitos algo que ya es de todos los días”, comentó Simoniello.
Por este motivo, el objetivo de los talleres es potenciar la posibilidad que también las infancias tienen de ocupar espacios de cuidado y ayuda de sus propios pares. También se pone énfasis en las acciones que tienen que ver con la autoprotección.
“Evidentemente hay mucho por hacer. Estos talleres pretenden incorporar algunos conceptos que nos parecen centrales para que en conjunto podamos ‘parar la pelota’ y reflexionar. Las niñas y niños son absolutamente capaces a la hora de aprender y mucho más si lo hacemos en un espacio cuidado y lúdico. El taller es un insumo para la reflexión”, afirmó Simoniello.
Facilitadores de Espacios Educativos trabajan mediante recursos y actividades lúdicas, reflexivas e interactivas, para sensibilizar y comprender cómo se construyeron (y construyen) a ciertos grupos de forma negativa, e indagar sobre la posibilidad de accionar mediante recursos no violentos, para generar espacios y acciones de protección.
“Las personas no nacemos violentas: las conductas violentas se aprenden desde que somos pequeños. Y lamentablemente esta no es una realidad ajena a las niñas y niños. Hoy más que nunca, debemos habilitar un ambiente de participación y diálogo, donde el juego se brinde como un espacio de disfrute y aprendizaje, que construya confianza y empatía, para que en la forma de reaccionar no sean ni agresores ni agredidos”, expresó Simoniello.
Talleres para infancias: para aprender jugando que la violencia es cosa seria
El equipo de Espacios Educativos invita a niñas y niños a participar de esta propuesta. Los talleres consisten en dos encuentros de 2 horas cada uno, y están divididos por edad. Para niñas y niños de 7 a 10 años, se realizan el 24 y 25 de febrero. Y para quienes tienen entre 11 y 13 años, son el 3 y 4 de marzo.
En el primer encuentro se aborda la vida de Ana Frank y el contexto del nazismo, focalizando sobre la construcción de otros negativos (tanto en la historia como en la actualidad) y la libertad de ser, pensar y hacer.
El objetivo de los talleres es potenciar la posibilidad que las infancias tienen de ocupar espacios de cuidado y ayuda de sus pares.
“Entender de dónde vienen los motivos de las conductas agresivas es necesario para frenar la violencia de la que son víctimas nuestras niñas y niños, pero también de la que participan en un entorno entre pares. La vida de Ana Frank y el contexto de esta historia nos permite trabajar sobre los prejuicios, estereotipos y discriminaciones que, lejos de ser una cuestión del pasado, siguen siendo violencias que viven y afectan a nuestras infancias y adolescencias. La vida de Ana Frank, su legado, es un verdadero recurso pedagógico”, afirmó Simoniello.
El segundo encuentro está destinado al abordaje de los roles en situaciones de violencia que se dan en la cotidianeidad, fomentando la posibilidad de accionar y participar para generar instancias y espacios de protección, de colaboración y de ayuda. En estos tiempos en que las situaciones de discriminación y agresión se reproducen cada vez más rápido, “Ni agresores ni agredidos” propone espacios para que las infancias puedan obtener herramientas para abordar situaciones de agresión de la vida cotidiana, desde la no violencia.
“Es importante habilitar un espacio de diálogo y escucha, para saber cómo les afecta, qué opinan, qué sienten, y brindarles herramientas para que puedan decidir cómo actuar. Usualmente no nos detenemos a reflexionar con ellos; muchas veces ni siquiera nos detenemos a pensar entre nosotros, los adultos. Los temas pasan y no profundizamos causas, consecuencias y mucho menos imaginamos a nuestros niños allí, en el medio del problema. No reflexionamos si en ‘eso’ que pasó en la escuela, en el club o en nuestra vida doméstica ellos actuaron agrediendo, siendo agredidos u observando. De hecho, si nos llaman de algún lado surge rápidamente la expresión ‘mi hijo jamás haría eso’ y seguimos mirando para un costado”, expresó Simoniello, y agregó: “Por eso en los talleres buscamos potenciar las acciones de protección para que no sean ni agresores ni agredidos”.
Taller para padres y adultos responsables de las niñas y niños
Los adultos ocupan un rol fundamental en las infancias y adolescencias. Son los que colaboran o conforman el contexto de acompañamiento, de cuidados, pero también de construcciones tanto positivas como negativas. “Los niños aprenden, repiten y muchas veces nuestra forma de actuar les marca el camino. La tele está prendida a cualquier hora y las manifestaciones violentas, en donde muchas veces puede haber ‘un otro’ culpable o destinatario de nuestros enojos, construyen escenarios propicios para actuar”, comentó Simoniello.
Por eso la propuesta inicia con un encuentro dirigido a adultos, cuyo propósito es transmitir los mensajes, dinámicas y objetivos centrales que se trabajarán con las infancias que realizarán luego los talleres. Los adultos que inscriben a las niñas o niños no pueden ni deben ser ajenos al contenido que pretendemos transmitir. Las violencias que muchas veces rodean y afectan a las infancias no son un problema exclusivo de las infancias.
“Es necesario, inminente y urgente darnos cuenta que debemos retomar el concepto de la educación en valores. Debemos creer que estamos a tiempo de evitar que casos terribles se repitan, de desterrar odios instalados, de hablar y blanquear sentimientos y actitudes, con nuestras infancias y nuestras juventudes… y con nosotros mismos, como adultos. No nos puede ganar la desesperanza, no podemos creer que no hay nada para hacer y mucho menos podemos sentir que estas cosas le suceden solo a los otros”, finalizó Simoniello.
Para seguir pensando las violencias que afectan a niñas y niños, Espacios Educativos invita a completar el siguiente formulario de opiniones: https://espacioseducativos.ar/infancias
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