De la Redacción de El Litoral
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Ciudad del Vaticano (Corresponsal Télam)
"Queridos amigos y amigas de Manos Abiertas"... comenzó Francisco a los fieles reunidos este sábado en el Colegio Inmaculada.
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Con énfasis en la "misericordia" que marca el Año Santo que se extiende hasta el 20 de noviembre, el papa Francisco envió un mensaje para desear "un encuentro fecundo" a la comunidad de “Manos Abiertas”, que realiza en Santa Fe su decimocuarto encuentro nacional.
"Queridos amigos y amigas de Manos Abiertas, están reunidos en este Encuentro Nacional que tiene como tema: ’Misericordia, un viaje del corazón a las manos’”, comenzó diciendo el Pontífice en un videomensaje divulgado hoy por el Vaticano dirigido a la organización de voluntarios de inspiración cristiana nacida en 1992 en Villa de Mayo por impulso del jesuita Ángel Rossi, con el lema "Amar y servir".
"Cuando la miseria del otro entra en mi corazón siento misericordia, que no es lo mismo que tener lástima, la lástima es otro sentimiento", agregó el Pontífice a los fieles reunidos este sábado en el Colegio Inmaculada de nuestra ciudad.
"Yo puedo tener lástima frente a un animal herido o a una situación, pero misericordia es otro sentimiento, es cuando la miseria del otro, o una situación de dolor, o de miseria, se me metió en el corazón y yo permití que esa situación tocara mi corazón. Yo diría: es el viaje de ida, el viaje de la miseria al corazón", sostuvo.
"Y este es el camino: no hay misericordia si no se parte del corazón, un corazón herido por la miseria del otro, por una situación dolorosa del otro, un corazón que se deja herir. Es distinto tener buenos sentimientos, eso no es misericordia, son buenos sentimientos", añadió en la comunicación.
En ese marco, Francisco marcó que "es distinto hacer filantropía con las manos, eso no es misericordia, es bueno, no es malo hacer filantropía, pero no es misericordia, es otra cosa".
"Misericordia es ese viaje de ida desde la miseria a mi corazón, asumida por mi corazón, que conmueve mi corazón y que, a veces, lo conmueve de tal manera que el corazón es como una brújula en el Polo Norte, no sabe dónde está parado por eso que está sintiendo", planteó el Obispo de Roma.
"Claro, alguno de ustedes me puede preguntar: ¿Padre, cómo se tiene misericordia y no lástima? Bueno, primero hay que pedir la gracia de tener misericordia, es una gracia, y se la tienen que pedir al Señor", señaló el sucesor de Pedro.
"Pero el único camino para tener la misericordia es a través del propio pecado reconocido por uno y perdonado por el Señor. Sólo se puede ser misericordioso si uno se siente realmente misericordiso por el Señor, si no no podés ser misericordioso", sentenció.