Con un sentido mensaje, Olidio Panigo anticipó por redes sociales que dejará de ser párroco en la Basílica de Guadalupe, ubicada en el tradicional barrio homónimo de la ciudad de Santa Fe.
A través de las redes sociales se conoció la novedad. "Estaré hasta la fiesta de Guadalupe acompañando al nuevo sacerdote", adelantó en un posteo de Instagram.
Con un sentido mensaje, Olidio Panigo anticipó por redes sociales que dejará de ser párroco en la Basílica de Guadalupe, ubicada en el tradicional barrio homónimo de la ciudad de Santa Fe.
"Estaré acompañando al nuevo párroco hasta la Fiesta de Guadalupe de este año y después asumiré otra Parroquia", expresó el religioso en un posteo que publicó la cuenta de Instagram de la iglesia santafesina.
En otro tramo del texto, aclara que "Mons. Fenoy ha decidido enviar otro sacerdote como párroco a la Basílica de Guadalupe".
En el escrito difundido este sábado 8 de marzo, Panigo señaló: "Les pido que recen por mí; no es fácil dejar la comunidad después de casi 23 años de compartir con ustedes y estar junto a nuestra tierna Madre de Guadalupe que marcó desde niño mi vida de fe y mi ministerio sacerdotal".
"Recen también por el nuevo párroco que será designado", auguró.
"Que nuestra Madre de Guadalupe nos manifieste su cercanía y su amor de Madre de una manera especial en este momento", cerró el cura.
El texto compartido está acompañado por una fotografía de Panigo en una de las tantas actividades que encabezó como párroco de la Basílica.
Quien tomará las riendas de Guadalupe aún no fue confirmado, lo cierto es que Panigo estará en la comunidad hasta la fiesta tradicional, que este año se celebrará el sábado 3 y el domingo 4 de mayo.
Será la 126° peregrinación a Guadalupe, un ritual que moviliza a miles de fieles no sólo de Santa Fe sino de otras localidades y provincias de Argentina.
Como bien expresa el comunicado, Panigo arribó a Guadalupe hace 23 años. En una antigua entrevista con El Litoral, el sacerdote reconoció:
“Llegué en un momento difícil de la Iglesia en Santa Fe: Mons. Storni dejaba la Diócesis y había fallecido el Padre Trucco, quien tras 38 años en Guadalupe era el punto de referencia de la comunidad y era reconocido por su trabajo en el santuario".
"Yo venía de una parroquia y nunca había trabajado en uno. En medio de esa situación difícil le dije a la gente ‘vengo con temor y temblor’ porque no sabía cómo enfrentar la situación y entendía que la comunidad vivía un momento difícil por la muerte del Padre Trucco".
"Así, comencé por escuchar, por conocer todo lo que había en Guadalupe y ver qué podía ofrecer con mis características personales. No podía imitar al Padre Trucco, no podía repetirlo porque soy otra persona, pero sí debía tener en cuenta la situación de la comunidad. El gran desafío era cómo acompañarla".
"Creo que el gran reto dentro de una institución es armonizar los valores de quienes la integran. Hoy nos falta esa capacidad de integración; el individualismo de ‘hacer la de cada uno’ está muy presente en la sociedad y tiende a trasladarse a las instituciones".
"Por eso creo que algo fundamental como sacerdote es ser quien reúne al rebaño y quien lo acompaña en medio de su situación, viendo quién necesita ser acompañado y quién tiene talento para aportar y poner al servicio de los demás”.
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