Una vecinal de Santa Fe repara una garita ferroviaria para usarla como sede propia
Es la de Candioti Norte. La entidad tiene un permiso de uso de Nación. Es la única vecinal de la ciudad sin lugar propio.
Por fuera. Así se ve el cabín ferroviario N° 5. Tiene grafitis urbanos, pero pronto se pintarán. El lugar estaba en un estado de total abandono. Crédito: Manuel Fabatía
La vecinal Candioti Norte de la ciudad de Santa Fe se encuentra embarcada en una entusiasta y novedosa misión. Está restaurando el interior del cabín ferroviario Nº 5 -en la intersección de calles Pedro Díaz Colodrero y Mitre-, abandonado hace décadas, para constituir allí su sede institucional. Esa entidad vecinalista es la única que no tiene espacio propio en esta capital.
El lugar pertenece a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), ya que forma parte de los ferrocarriles argentinos. En 2022, la vecinal abrió un expediente en esa agencia nacional donde se le solicitó la cesión del inmueble. Y lo que se le otorgó a la vecinal fue un permiso de uso precario del cabín.
Este trámite administrativo estuvo amparado en un decreto del Poder Ejecutivo Nacional, que autoriza a FF.CC. a ceder el uso a entidades de bien público y sin fines de lucro estos espacios que son propiedad del Gobierno nacional, porque Nación no está en condiciones de mantenerlos.
Este fue el primer paso legal que se dio: “Con ese permiso precario podríamos usar el lugar como sede propia, ya que no la tenemos. No obstante, ese permiso es por un tiempo perentorio; nosotros aspiramos a que se ceda a la vecinal en comodato por unos años”, contó en diálogo con El Litoral la presidenta de la vecinal Candioti Norte, Gabriela Fiameni.
Qué es
El cabín ferroviario era desde donde se daban señales a los trenes de pasajeros, cuando éstos existían a lo largo y ancho del territorio argentino: en la década de los ‘90, los trenes fueron privatizados y desguazados.
Entonces, recuperar ese espacio ocioso para un fin social (ser sede y atender las consultas y trámites vecinales) es la meta de la vecinal Candioti Norte. Pero además, dado el contexto de crisis económica, en la actualidad pagar el alquiler mensual de un inmueble particular se hace muy cuesta arriba.
Visita de Urbanismo
Y el próximo lunes 9 de septiembre visitará el inmueble, entre otros funcionarios, Magdalena Ferreyra, directora de Urbanismo dependiente de la secretaría de Desarrollo Urbano y Gestión Hídrica municipal. “Lo que harán es una suerte de relevamiento de las condiciones edilicias en que se encuentra del cabín, y qué sería necesario para restaurarlo de forma completa”, adelantó Fiameni.
Por dentro. Así está quedando la restauración de la histórica garita en Mitre y Díaz Colodrero. Se realizaron trabajos de pintura, mampostería y arreglo de aberturas. Crédito: El Litoral
¿Por qué es importante esto? “Porque nuestra intención es poner en valor el lugar respetando su origen estético, su construcción original y su valor patrimonial. No queremos hacer nada por fuera de eso. Primero, que el lugar sea nuestra sede, porque somos la única vecinal que no tiene espacio propio; segundo, que una vez restaurado, se muestre en circuitos turísticos: que la gente lo conozca”, agregó la presidenta.
En estado deplorable
“El lugar estaba totalmente ‘colonizado’ por las palomas, las ratas, las cucarachas y toda alimaña que uno puede imaginarse. Adentro, estaba todo destruido...”, describió Fiameni. Lo que hizo la vecinal hasta ahora fue limpiar todo, retirar los trastos viejos, para después pintar paredes y aberturas.
El cabín por dentro tiene una dimensión de cuatro por seis metros en la parte de abajo, más la planta alta. Como se dijo, se usaría como sede de la vecinal: para atender las consultas, reclamos y trámites de los vecinos del tradicional barrio de la ciudad. “La gente de ese sector está muy contenta, porque la zona estaba muy abandonada. Ahora, se está mejorando la ciclovía”, apuntó.
Con respecto al techo y las cubiertas, quedan por arreglar algunas tejas, que ya fueron conseguidas por una donación. “Pero el problema mayor que tenemos es la reparación de las cenefas originales francesas, de madera, y que rodean el techo. Para eso sí vamos a necesitar presupuesto, porque son costosas”, lamentó.
Uno de los problemas son las costosas cenefas de madera francesa. Por eso, desde la vecinal solicitan ayudas económicas, pues la intención es respetar la construcción original. Crédito: Manuel Fabatía
“No las podremos reponer nosotros con los pocos recursos que tenemos. Entonces, apelamos a la buena fe de organizaciones y de los estamentos del Estado para que nos ayuden. Todo lo que se intervendrá mantendrá la estética patrimonial”, insistió la presidenta. Fiameni, y contó que en esta “movida” se hace “todo a pulmón”, gestionando recursos para poder avanzar con la restauración de la garita.
Identidad y origen ferroviario
Además, la restauración del cabín tiene relación estrecha con el origen del barrio Candioti Norte, que encuentra su piedra fundacional en la construcción de la Estación del FF.CC. Belgrano. “A esto hay que añadir que tres de nuestros límites son ferroviarios, es decir, las ciclovías. Para nosotros, es muy importante que ese lugar llegue a ser sede de la vecinal. Hay una fuerte cuestión identitaria”, ponderó Fiameni.
En la misiva entregada a la dirección de Urbanismo del municipio, la vecinal subraya este último punto, que es el patrimonio y la identidad cultural. “Nuestra barrio está íntimamente vinculado con la historia del ferrocarril ya que, sus orígenes, se remontan a la época de construcción de la Estación Belgrano hoy ícono de nuestra ciudad”.
“Nuestra idea también tiene por objeto abordar las situaciones complejas y desfavorables del espacio público, para transformarlo en lugar de encuentro y de construcción del nosotros comunitario”, añade la carta formal.
Esto sólo es posible “desde una perspectiva cultural centrada en la tarea de reconocimiento y fortalecimiento de su propio acervo identitario y patrimonio común, que lo recibimos juntos y porque juntos vamos cargándolo de nuevos elementos y significaciones a medida que va formando parte de nuestras vidas cotidianas”, aduce.
Memoria, historia y patrimonio común se sustentan refuerzan la identidad y el sentido de pertenencia de los vecinos, “que luego podrá integrarse a la vida comunitaria de nuestro barrio como sede de la vecinal, institución que nos representa plenamente”, concluye.
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