Los 150 años de Unión y Benevolencia, y la secular presencia italiana en Santa Fe
En el comienzo del ciclo de recordación y homenaje a la entidad, el disertante Dr. Gustavo Vittori evocó el protagonismo de italianos en el Río de la Plata durante el siglo XVI. También profundizó sobre lo acontecido con la corriente inmigratoria activada por la Organización Nacional de 1853/60.
Referentes de la Asociación Unión y Benevolencia estuvieron presentes en el comienzo del ciclo de recordación y homenaje a los 150 años de existencia de la institución en la ciudad de Santa Fe. Foto: Pablo Aguirre
El viernes pasado, con la charla ofrecida por el Dr. Gustavo Vittori, la Asociación Unión y Benevolencia dio comienzo al ciclo de recordación y homenaje a sus 150 años de existencia en la ciudad de Santa Fe. El disertante fue recibido por las autoridades de la institución y presentado por María Ester Valli, primera presidenta en la historia de la entidad, y por el Ing. Jorge Terpin, de amplia trayectoria en el ámbito de la cultura. El periodista Ángel Gasperin fue el maestro de ceremonias. Vittori dividió su exposición en dos partes. En el primer tramo evocó el protagonismo de italianos en el Río de la Plata durante el siglo XVI; en el segundo, a grandes trazos, lo acontecido con la corriente inmigratoria activada por la Organización Nacional de 1853/60.
Respecto de los arribos primeros, recordó la expedición del veneciano piloto mayor Sebastián Caboto, quien, desviándose de su programado viaje a las Molucas, en el océano Pacífico, ingreso al río de Solís, creó apostaderos fluviales en la ribera uruguaya y, aguas arriba, en la desembocadura del Carcarañá en el Corondá (y de ambos en el Paraná), erigió el fuerte y puerto de Sancti Spiritus, primer asentamiento español en la actual Argentina.
El Dr. Gustavo Vittori contó detalles de la corriente migratoria italiana. Foto: Pablo Aguirre
El disertante expresó que buena parte de la tripulación estaba integrada por marinos genoveses y venecianos, uno de los cuales, el contramaestre Mateo Mafrolo, encabezó una de las columnas que, hacia el oeste y el noroeste, incursionaron en territorios para ellos desconocidos, en busca del camino que los condujera a una sierra henchida de plata, de la que habían tomado noticia en escalas técnicas realizadas en la costa de Brasil.
En 1536, tripulantes italianos, particularmente genoveses, integrarán, aunque en menor número, la armada de Pedro de Mendoza, fundador, en 1536, del fuerte y puerto de Santa María del Buen Aire, abandonado en 1541, para concentrar la tropa aguas arriba, en Asunción del Paraguay. Entre quienes seguirán ese derrotero, manifestó Vittori, estará Bernardo de Centurión (Bernardo Centurione), un marino de origen genovés, cuatralbo (jefe de cuatro galeras de guerra) en la flota del gran almirante Andrea Doria.
Andando el tiempo, uno de sus hijos, Juan de Bernardo, nacido en Asunción, integrará la mesnada fundadora de la ciudad de Santa Fe, bajo el comando de Juan de Garay, en 1573.
Corriente migratoria
En la segunda parte de la charla, Vittori se refirió a la principal corriente inmigratoria -la italiana- que ingresó al flamante Estado argentino, luego de sancionada la Constitución Confederal de 1853 y de consumada la reintegración de la provincia de Buenos Aires al cuerpo de la Nación a través de la reforma constitucional de 1860.
El disertante recordó que, un año después, se crea en Santa Fe la primera Unione e Benevolenza, que será disuelta en 1869 por desacuerdos entre monárquicos y republicanos. Pero pocos años más tarde, en 1873, similar intento, con el mismo nombre, prenderá de raíz en Santa Fe y el país, consolidándose como la institución de Socorro Mutuo para los italianos trasplantados a un nuevo espacio nacional, que, hoy transformada en eminentemente educativa, cumple 150 años de vida.
Hacia 1870, la población de la ciudad era aproximadamente de 11.000 habitantes, de los que un 10 por cierto eran extranjeros, principalmente italianos. Una década antes, Santa Fe sólo tenía cuatro escuelas fiscales primarias (dos para niños; dos para niñas). Reinaba el analfabetismo, había que llevar la modernización a la precaria estructura educativa, y uno de los primeros establecimientos que contribuirán a esa la tarea, será esta institución italiana para asistencia y contención de los inmigrantes, que pronto empezará a enseñarles castellano a los que llegaban del otro lado del mar. Una institución que, en los últimos 40 años, ha hecho una fuerte apuesta por la educación primaria y secundaria, y que no deja de expandir su matrícula y la compra de inmuebles para atender a su alumnado en edificios y con educación de calidad.
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