En cualquier ranking de PIB per cápita vamos a encontrar a Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein entre los primeros lugares. Pero, para sorpresa de muchos, ninguno de estos países pertenece a la Unión Europea.
El 2024 cerró con un récord exportador al bloque conformado por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. Un acuerdo para potenciar las relaciones con el quinto inversor extranjero en Argentina.
En cualquier ranking de PIB per cápita vamos a encontrar a Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein entre los primeros lugares. Pero, para sorpresa de muchos, ninguno de estos países pertenece a la Unión Europea.
Más bien, entre ellos conforman su propio bloque económico: la Asociación Europea de Libre Comercio o EFTA (Por sus siglas en inglés, European Free Trade Association).
Puede inducir a la confusión el hecho de que este bloque tiene múltiples acuerdos con la Unión Europea. Por un lado, los países del EFTA están adheridos al Espacio Schengen de la UE, por lo que existe libre movilidad de personas a lo largo de los países de ambos bloques.
Por otro lado, desde 1994 se encuentra establecido el Espacio Económico Europeo, integrado por todos los países de la UE y tres miembros del EFTA, con la excepción de Suiza. Este último tiene igualmente sus propios tratados de libre comercio y libre movilidad con la UE, origen a su vez del 60% de sus importaciones.
Naturalmente, la integración entre los dos bloques europeos entra en escena frente a las negociaciones por el Acuerdo de Asociación Mercosur – UE. En junio de 2019 concluyeron las negociaciones por el acuerdo Mercosur - UE, mientras que el cierre con el EFTA se firmó en agosto de ese mismo año.
Frente al nuevo cierre de las negociaciones políticas con la UE en diciembre del 2024, avanzan las negociaciones entre el Mercosur y el EFTA.
Esta semana una reunión entre los cancilleres de Paraguay y Suiza terminó con declaraciones del ministro paraguayo, quién afirmó que las conversaciones entre el bloque sudamericano y el bloque europeo están “muy avanzadas”.
Los progresos toman especial importancia: el 2024 cerró con un récord de exportaciones a este bloque, con Suiza dominando los destinos.
Esto se debe a que Suiza es el principal comprador del oro argentino, que se origina en Santa Cruz y San Juan. De hecho, en 2024 fue destino de cerca del 37% de las exportaciones mineras argentinas, siendo el principal mercado de las exportaciones mineras argentinas.
El año pasado el valor de exportación del oro creció más del 50%, apuntalando fuertemente el comercio en dólares con el bloque. Incluso, Argentina abastece cerca del 14% de las importaciones de plata de Suiza.
No conforme con ello, con inversiones por más de US$ 8.600 millones al segundo semestre del 2024, el EFTA es el quinto inversor extranjero en Argentina.
De este total, Suiza explica el 94% del stock de IED del EFTA en el país. Un amplísimo espectro de empresas suizas tiene inversiones en la economía argentina, con rubros que abarcan desde alimentos hasta joyería.
Más allá del peso del complejo oro y plata en las exportaciones al EFTA, los rubros más dinámicos y con mayor potencial de crecimiento en este exigente mercado europeo son los bienes agroindustriales.
Así como el acuerdo de 2019 desgravaba inmediatamente luego de su implementación el comercio industrial y otorgaba bajas de aranceles y cupos para el agro, se espera que el nuevo acuerdo también traiga novedades en este sentido.
En aquel entonces, los cupos abarcaban un universo de productos que incluía carnes, miel, lácteos, frutas frescas, trigo, maíz, aceites vegetales y vinos. Frente al nuevo acuerdo, las condiciones de acceso de estos productos al EFTA serán fundamentales, ya que el agro de este bloque tiene aún más protección que el sector rural de la Unión Europea, de acuerdo con el BID.
Si bien Argentina ya exporta muchos de estos productos a países del bloque, el acuerdo abriría oportunidades para dinamizar aún más la inserción en estos destinos. Por ejemplo, el acuerdo de 2019 incluía cupos por cerca de 4.000 toneladas de carne vacuna libre de aranceles entre los países del EFTA, además de las cuotas ya existentes en las que Mercosur participa.
Sin acuerdo, aun así, Argentina provee una porción amplia de las importaciones de Suiza: el 26% de las importaciones de carne de caballo, el 24% de los jugos cítricos, el 20% de las pieles, el 11% del aceite de maní, el 8% de la miel y el 7% de la carne bovina importada por Suiza, de acuerdo con la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional.
Asimismo, nuestro país abastece el 39% del maní sin cáscara y el 30% de los moluscos importados por Noruega, que viene creciendo en su demanda de productos argentinos tales como vino, manzanas y miel, entre otros.
Finalmente, Argentina es origen del 46% de las importaciones de pescados y calamares congelados de Islandia, mercado que trae buenas perspectivas para las exportaciones de mariscos.
El intercambio comercial entre nuestro país y el EFTA es marcadamente superavitario hace una década.
Más aún, en aquel entonces el acuerdo del 2019 incluía capítulos sobre facilitación del comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, comercio de servicios, inversiones, entre otros aspectos de profundización de los vínculos comerciales.
Si bien nos encontramos ante un mercado de 14 millones de habitantes, el PIB per cápita del EFTA es cerca del triple que el argentino, por lo que estamos frente a un mercado más diverso y con mayor capacidad de compra, que puede demandar un amplio espectro de alimentos argentinos.
Todos estos aspectos se hacen esenciales para mejorar las condiciones para competir en este mercado europeo. México, Chile, Canadá, Colombia, Perú, Costa Rica, Guatemala y Panamá son las naciones americanas que ya tienen sus acuerdos comerciales firmados con el EFTA.
No conforme con ello, este bloque europeo se anota acuerdos de libre comercio con países de África, Medio Oriente, Asia – Pacífico y en los restantes países de Europa que no integran ni la UE ni el EFTA.
No debemos perder de vista que el EFTA no se encuentra sólo en negociaciones con el Mercosur. A finales de enero de este año firmó un acuerdo de libre comercio con Tailandia, mientras avanza en las negociaciones con Malasia y Vietnam.
En conjunto con los avances entre el Mercosur y la Unión Europea, un acuerdo de libre comercio con el EFTA puede potenciar aún más las exportaciones argentinas al mundo.
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