Mientras la demanda global de carnes de calidad crece a un ritmo inalcanzable por la oferta productiva, Argentina presenta características únicas para aprovechar este envión que tenemos delante. Entrevistamos a un referente de la cadena que asegura que estamos ante una nueva gran oportunidad.
En la manga. Canosa enfatizó la gran oportunidad que encierra la ganadería para el país.
Argentina, mal que le pese a muchos, es y seguirá siendo un jugador central en el mercado global como productor y exportador de alimentos de alta calidad. Verlo como un problema ha sido un yunque que el sistema productivo ha padecido a lo largo de los años. Verlo como una oportunidad puede significar una luz al final del túnel.
Para la ganadería, la demanda es infinita y crece fuerte, multiplicando nuevas chances de inyectar divisas a toda la cadena. Sobre todo, a caballo del principal recurso forrajero que la sustentabilidad global demanda: el pasto. Así lo entiende el Ing. Agr. Fernando Canosa, asesor privado que publicó un trabajo de proyección que permite ponerle números a lo que sería un incentivo a zonas ganaderas.
"El país se encuentra a las puertas de un gran cambio, donde será más que nunca necesario producir más carnes para seguir abasteciendo fluidamente nuestro consumo (todavía el mayor del mundo por persona), así como también para poder exportar a las diferentes góndolas del mundo", asegura.
Canosa afirma que el mundo come más carne, aunque para dimensionar lo que esto significa, hay que salir un poco de la coyuntura y el encierro en el que estamos el extremo del Cono Sur y mirar el mundo con un gran angular. "A partir de allí nos encontramos con que la parte más importante del mundo como es Asia, y sobre todo el sudoeste asiático, más allá de lo que es China: Vietnam, Indonesia, Singapur o Malasia, vienen creciendo y cuando los pueblos crecen y pueden empezar a mejorar su dieta empiezan a tomar más leche, y a comer más carne".
En esto vale la pena destacar que la carne vacuna es uno de los alimentos de lujo que hay hoy en el mundo. "Si bien a nosotros nos parece algo cotidiano juntarnos a comer un asado, la carne vacuna en el mundo es un bien escaso y esto va a seguir siendo así, porque el crecimiento económico del mundo va más rápido que las posibilidades biológicas de producir carne". Esto significa que ante las señales de mayor demanda por parte de los mercados, "para que yo pueda llegar con un bife a la góndola, tienen que pasar 4 años. Crece más la demanda de carne que la posibilidad de producirla. Con lo cual (y a esto hay que tenerlo claro) más allá de las crisis intermitentes que tenemos nosotros, hay un mundo demandante".
Cambios globales
Según el analista, esto cambió con la irrupción de China a partir del 2012 que en ese momento no importaba carne, y hoy está en los 3 millones y medio de importación. "Y Argentina tiene una oportunidad, salgamos de nuestra coyuntura, todo el Mercosur la tiene, y de hecho Uruguay y Brasil la están aprovechando y nosotros no tanto".
Para Canosa, estamos a las puertas de un momento como fue el año 2015, con un inminente cambio de signo político, y para la ganadería, este no es un dato menor. "En aquel entonces los ganaderos tuvieron una gran capacidad de respuesta. Yo no tengo dudas que a partir de diciembre va a haber la misma capacidad de respuesta, y más pensando en que hay un mundo demandante de carne que nosotros podemos abastecer. Así como en la década del 80 Argentina producía 35 o 36 millones de toneladas de grano, y hoy estamos en 140 millones".
El rol del pasto
En esto, el agrónomo plantea el dilema de ver cómo producimos más pastos. "Lo primero que hay que pensar es que por un lado podemos mejorar en muchas zonas del país. Mejorar a través de la incorporación de prácticas culturales: será el Gatton Panic en el Norte, será el pasto llorón en el oeste, o serán las Alfalfas y las pasturas consociadas en la Región Pampeana".
En este sentido, remarca que vayamos a la zona del país donde vayamos, hay posibilidades, a través de la introducción de especies cultivadas, de mejorar la producción. "Hay posibilidades a través de la infraestructura, a través de una mayor cantidad de divisiones con boyeros eléctricos, una mayor cantidad de aguadas, o un mejoramiento del manejo del campo natural. El tema de las fertilizaciones (biológicas o químicas), etc. Es decir, hay innumerables herramientas tecnológicas, que ya han demostrado posibilidades de producir un pasto bueno, todas estas son las que deberían ponerse en marcha para poder alcanzar, esto que estábamos comentando".
Consultado sobre el dilema exportación versus "La mesa de los argentinos", afirma convencido que "no solo que va a alcanzar, sino que cada vez los Argentinos van a poder seguir comiendo lo que quieran, porque pensemos que lo que producimos nosotros no todo se exporta, sino que el mundo demanda cortes de alta calidad. En cuanto, por ejemplo, por poner cortes paradigmáticos, la cantidad de lomos que se podían vender en el mundo no tenemos la capacidad productiva. Nosotros consumimos fundamentalmente asado, vacío, y los cortes parrilleros; y el mundo consume otro tipo de carne. Entonces creo que lejos de perjudicar el consumo interno, cuanto más exportemos, más carne vamos a tener nosotros y más barata va a ser para el consumidor argentino".
El golpe de la seca
Todavía se están haciendo los tactos, pero seguramente la oferta de terneros en el 2024 va a ser menor que la que hubo este año. Se espera que pueda llegar a haber hasta 800 mil o hasta un millón menos, y esto va a afectar la producción de carne del año 24 y fundamentalmente la del año 25.
"Pero creo que lo importante es tener claro algo. En los lugares donde está empezando a llover (a pesar de que no estamos en primavera) estamos en otoño, para hacer todas las siembras necesarias para poder recomponer el stock de pasto que nos va a faltar en el próximo año. Sin dudas es un año de recomposición de las pasturas. Hay que sembrar todo lo que se pueda y lo mismo va a ser el año 2024 para volver a entrar en carrera".
Oferta y demanda
Canosa argumenta que en los últimos 20 años la producción mundial creció un 27% y el comercio internacional, las exportaciones lo hizo en un 110%: la oferta no alcanza a la demanda. En ese mismo lapso el precio internacional creció un 60% por encima de la carne aviar y porcina; las posibilidades biológicas de adecuar la oferta a la demanda son escasas. "Ante todas estas buenas noticias sobre la demanda, veníamos avanzando en nuestro país en mejoras productivas con aumento del peso medio de faena alcanzando valores récord mes tras mes, llegando a los 232 kg/ cabeza, así como la venta de vacas improductivas y su reemplazo por vaquillonas llevó a mejorar la relación ternero/ vaca a valores por encima del 66%".
"Ante tan importantes cambios nos tocó una tercer Niña consecutiva que trajo aparejado una importante caída de la producción forrajera que nos llevara a una caída del índice de preñez de este último servicio, por lo tanto de la oferta de terneros del 2024".
"Debemos tener en cuenta que la producción ganadera argentina centralmente es sobre el pasto, el 90% de la energía de cualquier corte de carne proviene del pasto que producimos, la variable principal y de mayor peso en nuestra producción de carne es la producción de pasto. Desde ese lugar y teniendo en cuenta que la demanda global de nuestro rodeo es de 36,6 millones de raciones, teniendo en cuenta un 65% de destete y la oferta promedio es de 38,7 millones, el impacto de la sequía será importante. El antecedente más cercano es lo ocurrido con la seca del 2007 al 2009 donde los índices de destete promedio nacional cayeron al 59% y 57%, sobre un promedio histórico del 64%, esta caída de 5 a 7 puntos de terneros logrados podría significar para el 2024 una pérdida de más de un millón de terneros respecto al 2023".
La producción ganadera Argentina se encuentra en un equilibrio muy ajustado en lo que se refiere a la oferta de forraje, para poder no solo crecer sino mantener una producción media estable a través de los años. De hecho, de acuerdo al trabajo de potencial de Producción de Carne Vacuna realizado para la Fundación, "decíamos hace años atrás que podíamos llegar a producir 5 millones toneladas, solo será posible alcanzar esos niveles si hay un aumento considerable de la producción y el uso del forraje producido".
Ganadería sostenible. El autor destaca que los cambios en el escenario político permitirán un nuevo boom productivo.
Estrategias para lograrlo
Por último, enumera el listado de sugerencias para concretarlo: una mejora del manejo de los campos naturales; la incorporación de mayor área de pasturas perennes cultivadas; una mayor división de los potreros mediante boyeros eléctricos para lograr un mejor manejo; la incorporación creciente de fertilizantes para mayor desarrollo de las especies y de leguminosas en gramíneas puras para regenerar nitrógeno del ambiente; gestionar el pastoreo mediante la planificación de una cadena forrajera a través del balance forrajero; el aumento en la cantidad de agua disponible para el ganado para mejorar el uso y manejo de los pastos.
A título de ejemplo, en un trabajo realizado por su consultora, sobre 35 departamentos/partidos de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, se determinó a través de la información disponible que hay 11 millones de has ganaderas, y tomando dentro de esa área los suelos IV,V,VI y VII, o sea suelos no agrícolas, por la información evaluada se podrían sembrar 3,7 millones de has de pasturas cultivadas produciendo un 77%, en una región que esta el 31% del rodeo nacional. Los resultados del estudio permiten proyectar que pueden producirse 10,6 millones de tn más de materia seca que implicaría un incremento de 1,2 millones de equivalentes vacas mas o sea un 15% mas de la carga actual. Este tipo de trabajos de ambientación y estudio del potencial productivo a través del cambio de la realidad actual es posible hacerlo para un campo, y de esa manera ajustar su producción al máximo posible, la tecnología está disponible y es de uso habitual para quienes estamos trabajando en modificar las realidades de la producción y uso del pasto.
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