Este martes 21 se cumplieron 130 años de la creación del básquetbol como deporte. Fue el canadiense James Naismith la persona que pensó un divertimento para jóvenes en los inviernos largos en la Asociación Cristiana de Jóvenes de Springfield, Massachusetts (cerca de Boston). Así nació el deporte de la naranja que se extendió por el mundo.
En Argentina, uno de los grandes impulsores para su desarrollo en el siglo XX fue León Najnudel. Entrenador dedicado que junto a un grupo de personas ideó lo que hoy es la Liga Nacional de Básquetbol. El periodista porteño Marcelo Nogueira publicó este año una biografía sobre uno de los personajes más influyentes de la historia del deporte argentino.
-¿Cuándo y cómo se te ocurrió hacer un libro sobre Najnudel?
-Ahí lo explico en el libro. No se me ocurrió a mí. Se le ocurrió a León. Surgió dos meses antes de que él falleciera. Él me pidió que le haga un libro. Le dije que era mejor que se lo haga Osvaldo Orcasitas, de El Gráfico, que era muy amigo de él. Él me dijo que no, que quería que se lo haga yo, que empezara a juntar las entrevistas que le habían hecho, que juntara las columnas que había escrito en Olé y que vaya al hospital a grabarlo porque eso sucedió en una habitación del Hospital Británico. Fui a grabarlo al hospital unas semanas antes de que falleciera. Ahí quedó la cosa. Pasaron los años y no sabía cómo encararlo porque no quería hacer una cosa liviana. Quería hacer algo con la investigación relacionado con su vida, con la historia del básquet argentino. Fabián García (director de Básquet Plus) me insistió para que escriba el libro. Finalmente me convenció y así fue que lo hice desde el comienzo de la pandemia hasta que se terminó. Me llevó un año y medio, contactar mucha gente, chequear datos.
-¿Cómo lo podrías definir a Najnudel?
-Mi papá falleció cuando yo tenía 13 años. Es diferente la vida cuando uno se cría sin padre. En el año ’82, lo conocí personalmente y tuve una relación a medida que fue pasando el tiempo muy estrecha. No sé si se llama amistad, pero era de mucha confianza, mucho respeto. Era una persona de consulta permanente, más allá de lo del básquet, también de cosas de la vida. Se cortaba personalmente el diálogo cuando él estaba trabajando en el interior, pero siempre hablábamos seguro dos o tres veces por día por cualquier motivo. Generalmente los motivos eran el básquet. Fue una relación hasta que falleció muy cercana.
-¿Él personalmente cómo era?
-Era un tipo muy generoso. Tan generoso en todos los aspectos de la vida, para compartir sus conocimientos, para compartir cualquier cosa material que tuviera. Era un adelantado por sus ideas. Como dice Adrián Paenza en el libro “León iba al futuro y volvía contando lo que iba a pasar”. Él tenía muchas ideas superadoras. Era un adelantado como entrenador, el método de entrenamiento, cómo manejarse en el vestuario y en la cancha con los jugadores. Era un porteño muy preocupado porque el deporte se federalice. Un porteño que levantaba permanentemente la bandera del federalismo. Por eso la Liga Nacional. En el momento en que empieza la Liga Nacional a tomar más fuerza era justo el momento en que a él mejor le iba en Ferro Carril Oeste, en Capital Federal, donde se concentraba todo el básquet. Se podría haber quedado en esa situación de confort y sin embargo su primera intención era abrir y que la competencia de los clubes se reflejara en la Liga Nacional.
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-¿La Liga Nacional de Básquetbol tuvo éxito porque el básquet porteño precisaba de la competencia del resto del país?
-Lo que hizo fue de alguna manera despertar a distintas plazas históricas importantes como Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Corrientes, Bahía Blanca obviamente como para que se unieran a una competencia federal. No lo veo como una necesidad que tenía el básquet porteño. Hizo la Liga Nacional que hubiera más plazas y más posibilidades de trabajo. La Liga Nacional lo que hace en definitiva es hacer de la actividad del básquetbol una competencia totalmente profesional. Para jugadores, entrenadores y árbitros. Antes de la liga algunos lo eran y otros no tanto.
-¿Cuáles fueron las claves para que la liga se desarrolle y geste los jugadores que terminaron de completarse competitivamente en Europa y en la NBA?
-La competencia a nivel nacional tuvo una visibilidad mayor y además coincidió con una camada de jugadores que eran buenos y un grupo muy importante de jóvenes que le dieron también mucha fuerza. Además, la obligatoriedad de que cada equipo tenga dos extranjeros ayudó mucho para que tenga la competencia un atractivo diferente. Cada federación tenía sus reglas en relación a los refuerzos foráneos. Acá se ordenó todo y eso hizo que la competencia vaya cobrando mucha importancia y visibilizándose en todo el país.
-Hay críticos que dicen que la liga “mató” a las ligas regionales como la de Bahía Blanca, de Capital o la de Rosario. ¿Cuál es tu opinión?
-La liga nacional tiene una estructura competitiva. Un ex jugador muy importante de la década del ’60, Ricardo Alix, decía: “la liga nacional es todo”. Cada uno compite de acuerdo a las posibilidades económicas y deportivas que tiene para hacerlo en cada escalón. La liga nacional de primera división es lo máximo y es una competencia totalmente profesional. Acá no es una cuestión de verlo como que algo mató a otra cosa porque también antes de la liga cada federación tenía sus dos o tres equipos que dominaban cada federación. Lo que se hizo fue reordenar todas las competencias locales en una y dividirla de acuerdo a las posibilidades que tenía cada institución.
-¿Cómo viste el dominio de San Lorenzo que fue aplastante? ¿Eso fue perjudicial para la liga?
-Pasa en la liga nacional. Es cíclico. Pasó con GEPU de San Luis y se cortó. Pasó con Olimpia de Venado Tuerto, con Libertad de Sunchales, con Ben Hur de Rafaela. Lo último conocido parecido a eso es San Lorenzo. Fueron cinco títulos seguidos que nadie había conseguido. Acá era una figura conocida popularmente como Tinelli. Hizo un desembarco económico particular más todo el apoyo. Eso lo llevó a ganar cinco ligas, más dos ligas de las Américas y a tener dos participaciones frente a equipos de la NBA en pretemporada. Eso fue positivo. Le pudo ganar a Quimsa con tremendo apoyo del gobierno de Santiago del Estero.
-¿Cómo ves a Unión que hacía muchos años que no participaba en la división mayor?
-Unión está en un proceso de reacomodamiento dentro de lo que es la elite del básquet nacional. Tuvo su participación en los comienzos de la liga (jugó en primera hasta 1987). Luego económicamente se quedó sin dinero. Como decía Najnudel, esto es para los que pueden y no para los que quieren. Lo está haciendo bien. Con un presupuesto bastante acotado. La temporada es larga. No transcurrió ni el 20 por ciento. Deseo que le vaya bien a Unión porque Santa Fe es una plaza muy basquetbolera, con mucha historia. Podríamos hablar un día de la historia del básquet de Santa Fe.