Ya con el título en el bolsillo del París Saint Germain (PSG) desde hace dos fechas y con apenas tres por delante en las que no habrá absolutamente nada en juego en la Ligue 1 (el campeonato en Francia finalizará el sábado 21 de mayo), lo único atractivo para el excelso gen competitivo de Messi está puesto dentro de exactamente un mes en ese partido en Londres.
Y junio no es un mes más para "Lío", ya que el viernes 24 estará cumpliendo 35 años y para el Mundial quedarán aún cinco meses por delante. Y en ese casi medio año premundialista, hoy por hoy, la selección capitaneada por Messi no tiene concretado ningún compromiso preparatorio, ya que todos los que se vienen manejando como probables, incluyendo el pendiente de Eliminatorias Sudamericana ante Brasil, siguen en veremos.
Todas esas "probabilidades" de partidos sin estar cerrado ninguno, salvo el del miércoles 1 de junio frente a los italianos, en un encuentro que además será frente a un seleccionado que no se clasificó para el Mundial de Qatar y que lo afrontará con más tono celebratorio por la Eurocopa obtenida hace 10 meses que como un compromisos de preparación, abren un compás de espera que puede resultar nocivo para el equipo nacional. De hecho en ese encuentro el capitán, Giorgio Chellini, ya anunció que "aprovechará" para retirarse de la selección de Italia, porque quiere hacerlo "en Wembley, el mismo lugar donde se ganó la Eurocopa contra Inglaterra (por penales)".
Después de eso vienen todas estas "especulaciones": el 6 de junio frente a Israel; el 11 de junio un amistoso ante Brasil en Australia, que anunciaron los organizadores e inclusive pusieron en venta las entradas, sin que AFA reconociera la validez de ese compromiso.
Y tres meses después, en la última ventana de fecha FIFA antes del Mundial, para el 22 la Conmebol "ordenó" que se juegue el partido pendiente de hace un año atrás por Eliminatorias Sudamericanas ante Brasil, que debe disputarse fuera de ese país por las irregularidades que se dieron al momento de su suspensión a los 4 minutos del primer tiempo, cuando autoridades sanitarias locales interrumpieron el desarrollo del cotejo. Esto derivó inclusive en sanciones de dos fechas de suspensión para los cuatro jugadores que habían viajado desde Inglaterra en un contexto de prohibiciones por la pandemia de coronavirus (ya las cumplieron), el arquero Emiliano Martínez, Emiliano Buendía, Cristian Romero y Giovani Lo Celso.
El 22 de septiembre es la fecha asignada para ese encuentro, pero en la AFA quieren ir hasta las últimas consecuencias, vale decir el TAS, con tal de no jugarlo, porque considera que la responsabilidad fue de los brasileños y los puntos de los argentinos.
Ese mismo mes de septiembre, en el que sería el último encuentro antes del Mundial, ya caído México, dirigido por el exentrenador albiceleste, Gerardo Martino, porque compartirá el Grupo C con Argentina en Qatar, desde AFA intentarán concretar un amistoso con otro representativo de la Concacaf, ya que hasta el propio Messi vertió su opinión sobre la inconveniencia de seguir enfrentando a rivales de la Conmebol.
Esto último marca aun más, por si hiciera falta, lo focalizado que está el rosarino en "su" selección, algo que no se hace extensivo al PSG, fundamentalmente después de la eliminación en octavos de final de la Liga de Campeones a manos de Real Madrid, y máxime cuando el día de la consagración en la Ligue 1 con un golazo suyo, buena parte de la propia hinchada de su equipo le dio la espalda retirándose 15 minutos antes.
Eso ya se observó en su pálida actuación de este sábado frente a Estrasburgo (3 a 3) y todo apunta a seguir así, con una "inactividad" emocionalmente deportiva antes del 1 de junio, vacaciones después de esa fecha cuando normalmente en el mes próximo se tendría que haber jugado el Mundial, y "volver a empezar" luego con un PSG que en su lista de afectos está a años luz de su amado Barcelona.
Por eso será casi imprescindible "conseguirle" más partidos a Messi y la selección antes del Mundial, desde lo futbolístico y desde lo sentimental casi en dosis similares, para que el Mundial hoy lejano parezca más cercano.
Porque hoy Messi empezó a transitar su "mayo francés", obviamente muy alejado de aquel de 1968 en que obreros y estudiantes se manifestaron por derechos reivindicatorios y cambios socio-políticos, pero muy vinculado a la tristeza por la lejanía espiritual y de contacto que hoy tiene con su seleccionado, en un lugar donde por primera vez los cuestionamientos se le manifiestan con tanta crudeza. Porque ni siquiera en los malos viejos tiempos de la selección, cuando se lo criticaba acá porque no hacía lo que hacía allá, en "su" Barcelona, "Lío" sufrió tanto el desarraigo afectivo como el que ahora padece en París. Y ahora su "refugio" dejó de tener color "blaugrana" y se volvió definitivamente "albiceleste".