El rugby argentino ante sí mismo y ante la crisis global
Los desafíos del deporte en el contexto actual para el desarrollo íntegro de la persona, tanto a nivel deportivo como social.
La formación integral de los niños desde edades tempranas es sumamente importante. Guillermo Di Salvatore.
Miércoles 18.12.2024
3:00
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El rugby argentino es una disciplina de combate grupal, que se ha desarrollado históricamente bajo la forma institucional del club, cuyo objetivo esencial es la formación integral -cuerpo, mente y espíritu- de la persona, a través del juego. Dentro del respeto por el objetivo máximo de promover dicha armonía en la persona, la familia y la comunidad, se tiende a una lógica búsqueda de resultados competitivos con sentido práctico y evolutivo. Esta cadena no produce ángeles, sino hombres encarnados con fortalezas y aspectos susceptibles de mejora. En este tránsito, como en la misma sociedad, no toda innovación representa un progreso y siempre habrá apresurados y retardatarios.
Matías Dalla Fontana es psicólogo, ex Puma y fundador del Proyecto Deporte Solidario.
El rugby argentino se encuentra en tensión con las principales corrientes de la globalización, la cual presiona sobre la naturaleza de los clubes en el cumplimiento de su misión, toda vez que se proponen objetivos economicistas, cuya máxima expresión hoy en día es la patología social de las apuestas. Este flagelo inficionado en el mundo del deporte es un extremo resultante de una serie complementaria de situaciones intermedias, afincadas en la reducción del componente lúdico al "resultado" aritmético y de la persona como animal político en sentido clásico a un producto para el mercado. Otro síntoma cabal de dicha tensión lo evidencia el influjo ejercido por los objetivos propios de la cultura del deporte espectáculo que, accionando obviamente desde la fluidez de las redes, desde muy temprana edad por el mal uso de tecnología en la niñez, presiona lesivamente sobre la mentalidad de los deportistas. Estas corrientes, entre otras, son ni más ni menos que la expresión en el campo del rugby, de vectores epidémicos de salud mental que ya afectan a la civilización, centralmente a los países más desarrollados: depresión adolescente, adicciones, ansiedad, crisis de sentido vital, afectación de la necesaria tasa de natalidad de los países.
La búsqueda frenética, a veces frívola, por innovar a cualquier costo, no debe llevarnos a posiciones maniqueas que nos deriven, como en otros órdenes, en grietas estériles y pendularidades. Evolucionar nos exige apreciación filosófica, pedagógica, sociológica, sanitaria inclusive, para discernir e incorporar las mejores herramientas en el movimiento general del juego y los sistema formativos, sin olvidar lo esencial. Lo mejor que tiene para oponerle el rugby argentino a las patologías crecientes de la globalización es, ni más ni menos, que su tradición viva: sus costumbres comunitarias, la función formativa y estabilizadora de sus ritos, su institucionalidad de club situada en un justo medio, que no es ni estatista, ni empresarial.
Una infiltración ansiosa de la falsa oposición entre actualización y tradición, lleva a menudo a descuidar aspectos que hacen a la integralidad de la formación del jugador y terminan perjudicando el rendimiento del mismo. Mencionemos por caso, la integración de la realidad de la familia en la misma planificación institucional, como ambiente irremplazable de cuidados nutricionales tempranos y de descanso para el desarrollo psicofísico de un deportista apto para un eventual futuro de combate psicofísico de alto nivel. Un atleta comienza su formación desde el momento mismo de su concepción.
El scrum no solamente es un factor clave de suma vigencia en las conquistas de las potencias rugbísticas mundiales. Además, su forma y dinámica, en tanto condensa la solidaridad, dirigiéndola de manera coordinada al punto y el momento exacto donde se produce la decisión, es metáfora para el funcionamiento comunitario ordenado. Resulta en una auténtica figuración estética de la interdependencia de hombres que, ordenados, no aspiran al sálvese quién pueda ni caen en la anomia global.
Otra realidad indiscutiblemente positiva en la búsqueda de rendimientos es la mística, comunicada en ritos sostenidos en un deporte de combate amateur, factor que opera eficazmente como plus a favor del alto rendimiento. Sus ventajas diferenciales se manifiestan observablemente de manera muy específica en situaciones de máxima exigencia, cuando hay paridad física y técnica: un factor obrante emerge de otro orden y equipos que ya no pueden correr más, siguen corriendo. Un ejemplo para el caso argentino, es la cultura del scrum o de los esfuerzos físicos límites. Dichos elementos, en tanto son ritos, se erigen en elemento "puente" entre aspectos técnicos y tácticos situacionales de cada confrontación particular, con el factor estratégico más general que representa para el club la forja de un carácter sólido y solidario ante adversidades del juego y de la vida.
Comprender científicamente el desarrollo del hombre en su integralidad obliga a mayor interdisciplina para comprender el rugby como sistema dinámico, logrando una respuesta superior a la limitación que suponen las corrientes excesivamente analíticas que, elevando elementos parciales a verdades absolutas o priorizando extremadamente una arista por sobre otras -el economicismo, el tecnicismo, la aceleración tecnológica, o cual sea- descontextualizan el fenómeno humano real.
Otro elemento diferencial que podemos ubicar en la misma línea de razonamiento es sin dudas el tercer tiempo, clave en la cimentación de una cultura del encuentro, justamente en una globalización en guerra que, tal cual denuncia el Papa Francisco, "descarta" personas.
Como consecuencia de desaguisados lamentables protagonizados en la escena social por parte de individuos ligados a este amado deporte, el mismo ha sido objeto de críticas necesarias, simultáneas con denostaciones injustificadas y sesgadas. Pero lo cierto es que el club es aún una esfera de la comunidad en la cual existe el respeto a la autoridad y el cultivo de reglas básicas: disciplina, orden, higiene, apego a la educación y, sobre todo en infantiles, no discriminación de ningún jugador sea cual sea su habilidad o potencial. Y son cada vez más, a lo largo de estos últimos años, las familias de trabajadores y no de élites, las que están optando por colocar a sus hijos a educarse en el rugby.
Asumir creativamente desde el club el conflicto que supone un mundo inestable, fortaleciendo la conciencia de sí mismo, es la gran tarea de todos los tiempos. Cumplir la misión de proveer al niño de salud mental es donarle una pertenencia a una identidad, frente a las opciones externas al club que se erigen en una contracultura del anti-rugby: individualismo, compulsión, materialismo, fugacidad, desarraigo. El futuro está abierto para la Argentina, trabajemos desde cada modesto rincón del club para que sean eternos los laureles que supimos conseguir.
La agenda de Los Pumas 2025
El seleccionado argentino de rugby cerró un gran 2024, entre ventanas internacionales y el Rugby Championship, y ya empieza a palpitar el futuro cercano. El equipo conducido por Felipe Contepomi ya conoce que Inglaterra será uno de los rivales de elite que enfrentará en 2025, en Argentina, después de casi ocho años de la última visita a nuestro país.
Foto: Gentileza
La Rugby Football Union, federación que nuclea el rugby inglés, anunció este viernes que el seleccionado dirigido por Steve Borthwick jugará en julio dos Test Matches contra Los Pumas y uno ante Estados Unidos. Aunque la RFU no confirmó las fechas de ambos encuentros, la prensa inglesa señaló que podrían ser el 5 y 12 de dicho mes y que la decisión se sabrá la próxima semana.Esos partidos llegarán después del debut del 2025 para el seleccionado argentino, que será el 20 de junio, ante British & Irish Lions, en Dublin, Irlanda. Como el combinado integrado por británicos e irlandeses estará en julio en plena gira por Australia, "La Rosa" visitará a Argentina sin algunas de sus principales figuras, sin embargo, por su amplia estructura, no le faltarán opciones de peso y experiencia.
La última vez que Inglaterra enfrentó a Los Pumas en suelo argentino fue en 2017: el primero, disputado en San Juan, fue victoria inglesa por 38-34, mientras que el restante, en Santa Fe, también quedó del lado británico por 35-25. Por otro lado, los últimos choques entre ambos se dieron en el Mundial de Francia 2023, con triunfos para Inglaterra 27-10, en la fase de grupos, y 26-23 por el tercer puesto.
En agosto, después de un breve receso y descanso para los jugadores, llegará el turno del Rugby Championship. Probablemente, la edición 2025 sea la última como se la conoce hasta el momento, ya que los All Blacks y Sudáfrica abandonarían el torneo por la finalización del contrato de televisación y acordarían, entre ellos, un nuevo y jugoso pacto a partir del 2026.
El calendario de Los Pumas para 2025
Los Pumas vs. British & Irish Lions: 20 de junio (Dublin, Irlanda).
Los Pumas vs. Inglaterra: 5 de julio (fecha y sede a confirmar).
Los Pumas vs. Inglaterra: 12 de julio (fecha y sede a confirmar).
Los Pumas vs. Chile: 20 de julio (fecha y sede a confirmar).
Rugby Championship
Los Pumas vs. All Blacks: 16 de agosto (fecha y sede a confirmar).
Los Pumas vs. All Blacks: 23 de agosto (fecha y sede a confirmar).
Los Pumas vs. Australia: 6 de septiembre (Townsville).
Los Pumas vs. Australia: 13 de septiembre (Sydney).
Los Pumas vs. Sudáfrica: 27 de septiembre (Sudáfrica).
Los Pumas vs. Sudáfrica: 4 de octubre (Londres).
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