En la actualidad es bastante habitual escuchar o leer que tal o cual jugador de alguno de los clubes de la ciudad se va a probar suerte al rugby profesional, o semi. En definitiva, a tener una experiencia distinta en el deporte que le apasiona.
"Cani", uno de los referentes de la categoría '81 de Universitario, se fue a Europa en 2007. Al poco tiempo se asentó en la emblemática ciudad italiana, donde primero jugó y, con el correr de los años, fue sumando actividades y responsabilidades en el club. Hoy entrena a los Menores de 19.
En la actualidad es bastante habitual escuchar o leer que tal o cual jugador de alguno de los clubes de la ciudad se va a probar suerte al rugby profesional, o semi. En definitiva, a tener una experiencia distinta en el deporte que le apasiona.
Esto que es bastante común en esta época, años atrás no se daba mucho. Y tampoco es muy común que aquel que se iba, luego quedara "enganchado" con su nueva vida, renovando experiencias y sumando años, y algunas canas también.
Juan Ignacio Merlo tiene 41 años y nació rugbísticamente en Universitario. Con los "Cuervos" hizo la de "librito": todas las inferiores y las juveniles hasta llegar al Plantel Superior. De grande también estuvo jugando junto a su hermano Federico en la "U" de Córdoba, entre 2004 y 2007, año en que ambos volvieron. Y esa misma, fue la temporada en la cual "Cani" decide viajar al "Viejo Continente".
-¿Por qué tomaste la decisión de irte?
-Ese año se me abrió una puerta para ir a hacer una prueba en Madrid. Así que ahí nomás preparé valijas, bolsos, mucha incertidumbre y a viajar, a "cruzar el charco". Con 26 años, venía de buenas temporadas con Universitario y tenía muchas ganas de probar nuevas experiencias. En Madrid no me pude quedar porque no logré hacerme la ciudadanía, entonces me crucé a Italia, que es donde empiezo a hacer un camino bastante motivador.
-Te consolidaste en Milán, donde seguís trabajando, pero ¿Cómo fue la etapa previa?
-La más dura y difícil, la de la adaptación. Llegás, te encontrás con todo nuevo, sin conocer a nadie, tenes que mostrarte, hacerte ver, no solo como jugador, sino también como persona que es la parte que más vale estando afuera, y después bancar lo que venga. Estando lejos tenes que ir viendo qué pasos hacer para que sean seguros...
-¿Cómo siguió la historia?
-De Madrid me fui al sur de Italia, a Benevento, donde pude hacer mi ciudadanía en 15 días. Jugando en un club que tenía el mismo nombre de la ciudad, en una serie A1, que en aquel entonces era una segunda categoría de Italia, bastante importante y fuerte. Compartí en el Benevento plantel con neocelandeses, australianos, galeses, otros chicos de acá de Argentina. Una hermosa experiencia.
-¿Cómo eran las pruebas para que te acepten?
-Tenés tres entrenamientos y ahí hay que demostrar lo que cada uno puede dar. Una parte física, una de contacto y otra de equipo. Yo venía bastante entrenado y motivado también, que esa fue la diferencia que pude hacer. El argentino tiene "hambre" por lograr cosas y eso te abre muchas puertas. Más allá de la persona, que es clave. Ahí estás dependiendo de un club. En mi caso, como semi profesional, y los que manejan el club, quieren respuestas.
-Más allá de haber pasado las pruebas, no se concretó lo del Benevento…
-Exacto, y ahí es donde se abrió la posibilidad de ir a Milán, donde vuelvo a hacer una prueba, decido estabilizarme. Me sentí cómodo desde un primer momento, con el grupo, en la ciudad. Se me abrieron allí posibilidades, no solo de jugar, sino también de ayudar en el club, el AS Rugby Milano. Trabajar en proyectos sociales, enseñaba rugby en las escuelas primarias y secundarias, un lindo camino dedicado al rugby. Muchos chicos a los cuales les enseñé rugby en las escuelas, hoy continúan jugando al rugby.
-¿Cómo fue la experiencia que tuviste con algunos All Blacks?
-En una época estaba como responsable de la cárcel de menores de edad en Milán. Y en una gira de los All Blacks por Italia y, por intermedio de la firma que los vestía y también a nosotros en el club, Liam Messam, Jerome Kaino y Neemia Tialata, vinieron a la cárcel de menores a hacer un partido con los chicos. Después cada uno contaba su experiencia. Estuvo muy buena, incluso Tialata comentó que el también había estado preso cuando era chico y que el rugby lo ayudó a elegir el camino para salir adelante.
-¿Qué estás haciendo en la actualidad?
-Volví a Italia hace un año y medio después de estar un tiempo acá. Esta vez también para llevar adelante un emprendimiento, además de estar entrenando a los Menores de 19 años en Milán, ser responsable de una categoría hermosa como esa. Y sigo aprendiendo, el club confía mucho en mí y me apoya, me hace crecer tal vez para el día de mañana seguir avanzando. Pero esta es una muy linda categoría, un gran desafío porque de la juvenil pasan al plantel superior y motiva mucho poder transmitir las experiencias que cada uno tuvimos.
-También deben prepararse como entrenadores.
-Estudiamos permanentemente. Hacemos cursos todo el tiempo, sino no podés ejercer. Hoy tengo un curso de segundo nivel que me habilita a entrenar juveniles, pero seguiré con las capacitaciones para continuar creciendo y aprendiendo.
-¿Qué buscás como entrenador?
-Lo que más trato de transmitir a los chicos es que hagan ese paso de ser juveniles al plantel superior de la manera más prolija. Que sean buenos atletas, darle las herramientas a los chicos para que sigan creciendo. No solo para que vayan a jugar el rugby por pasión, sino empezar a construirse como verdaderos deportistas. Que agarren hábitos saludables para la vida cotidiana. Y la pasión que tengo, creo que es uno de los principales aportes que hago. El sentido de pertenencia es una parte fundamental y es difícil de trabajar, o hay muchos que no saben cómo hacerlo. Al club hay que construirlo, poner tu tiempo y disposición para el crecimiento. Eso hace crear un sentido de pertenencia, entre otras cosas. En Italia hay muchos chicos que se van cambiando de clubes por conveniencia, algo muy distinto a lo que ocurre acá.
-¿Cómo vive el italiano que le gusta el rugby este presente del seleccionado?
-El público de rugby italiano es muy apasionado, como nosotros. Siguen mucho al equipo. Lamentablemente hace muchos años que se suceden períodos negativos, no le encuentran la vuelta, muchos cambios de entrenadores, no dejan terminar procesos, entonces la gente está bastante ofuscada en ese sentido.
-¿Y por qué pasa eso?
-La FIR (Federación Italiana de Rugby) cambia todo el tiempo las normas, las leyes, los torneos, los cupos de extranjeros, etc. Modificaciones que no lo llevaron a ningún lado, no tienen un plan a largo plazo. Y todo eso desemboca a la realidad que vive hoy el seleccionado de Italia, con esas dudas que se plantean, por ejemplo, de si tiene que salir o no del Seis Naciones. Hay cada vez menos academias, porque están centralizando todo en las ciudades grandes como Roma, Milán o Parma. En las más chicas, están desapareciendo algunos clubes porque no hay chicos, porque se van por estudio o trabajo.
Luego de cinco intensos años de jugar y trabajar en Italia, en 2013 Merlo se volvió a Santa Fe, donde trabajó un año en la cervecería. Pero eso, no era lo suyo.
"Entonces hago un contacto con un amigo italiano que estaba en Brasil, y era el presidente de un club, el 'Balneario Camboriú Rugby'. Estaba en una segunda categoría de Brasil, en Santa Catarina donde el rugby es bastante interesante. Hago este primer contacto con ellos y me ofrecen dedicarme como jugador y entrenador, y tratar de desarrollar el deporte en la zona. Justo fue la época previa a la vuelta del rugby a los Juegos Olímpicos. Entonces me pareció una linda oportunidad porque pensé que los brasileños querían acelerar el crecimiento del rugby en su país".
Al vecino país, Juan Ignacio Merlo fue con otro "Cuervo": Bruno Gutiérrez, quien llegó a jugar para el Seleccionado de Brasil
"Llegué, me dieron alojamiento y empecé como jugador y entrenador del primer equipo; entrenador del equipo femenino y de las juveniles. Así que estaba todo el día metido con el rugby. Otra hermosa experiencia trabajar con el rugby femenino, donde ahí lo principal era el desarrollo. Muy poca gente jugaba en Camboriú. Hacíamos movidas para promover el deporte. Íbamos a la playa con las pelotas, invitábamos gente para jugar; hicimos un evento en una plaza, todo para publicitar el rugby y atraer gente", explicó "Cani".
Pero fundamentalmente lo que más destaca de su experiencia en Brasil fue "que era lo que necesitaba en ese momento: una dosis de energía positiva, tirar para adelante, después de cinco años muy intensos de trabajo en Italia. Esos cinco años los viví en invierno. Porque los dos meses que me quedaban libres, eran cuando arrancaba el verano en Europa, y yo me venía para Santa Fe. Así que Brasil me dio ese respiro que necesitaba".
* "Con el idioma al principio fue un poco complicado, pero me comunicaba en inglés. No obstante el italiano no es difícil, así que más o menos en tres meses, con voluntad y un poco de tonada la vas llevando"
** "Siempre traté de capitalizar todas las experiencias nuevas que se me iban presentando, por eso en algún momento también hice algunas publicidades".
*** "Soy de la categoría '81, y un recuerdo que nos unió y nos marcó fue cuando fuimos al Veco Villegas juntos con la '80. Fue un antes y un después ese viaje cómo nos unió, y es lo que trato de transmitir a los chicos. En mi caso pude jugar con mi hermano y amigos de toda la vida".