“Se ha presentado en la Cámara de Diputados de la Nación un Proyecto de Ley de Marco regulatorio de Biocombustibles, que implica un franco retroceso en la política ambiental argentina”. Así define la Conferencia Episcopal Argentina al proyecto de ley del kirchnerismo en la Cámara de Diputados de la Nación.
La entidad que preside monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro, se pronunció a través de la Comisión Nacional de Justicia y Paz. El documento Cita el compromiso argentino con el Acuerdo de París para reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Pero advierte que sin embargo, el proyecto del Frente de Todos (los obispos se cuidan de no mencionar a los autores) “reduce el porcentaje de biocombustible en la mezcla de los combustibles en surtidor; se contradice y formula afirmaciones poco claras respecto de los costos asociados; deja a la transición energética a criterio del mercado cuando es una política pública obligatoria; establece como Autoridad de Aplicación a la Secretaría de Energía, cuando debiera ser tripartita, integrando Energía, Ambiente y Desarrollo Sustentable y Producción Agropecuaria, dada la trascendencia de las cuestiones involucradas”.
Señala que “la reducción del porcentaje de biocombustibles, contradice el Principio de Progresividad que establece la Ley General del Ambiente 25675 y del Acuerdo de París, ratificado por ley 27270 y por ende de jerarquía superior a las leyes nacionales (CN, art. 75, inc.22)”.
El informe aclara que los biocombustibles “no compiten” con la producción de alimentos para animales, y que “la producción de maíz, ayuda a equilibrar la rotación de cultivos”, al competirle espacios a la soja y su amenaza de monocultivo.
El cuidado de la “casa común”
Citando Laudato Si, la encíclica de Francisco sobre el cuidado de la Casa Común, los obispos argentinos recuerdan en palabra del Papa: “sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas– necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora” (Francisco, Laudato Si’, 165).
“La transición a la energía accesible y limpia es una responsabilidad que tenemos con millones de nuestros hermanos y hermanas en el mundo, con los países pobres y con las generaciones venideras”, dijo el Pontífice en su discurso a los participantes de la conferencia "Transición energética y cuidado de nuestra casa común" en el Vaticano, el 9 de junio de 2018.
“La grave crisis ambiental que estamos atravesando es consecuencia de nuestro accionar como humanidad. El cambio climático nos reclama actuar con urgencia, respondiendo al grito de la Tierra. Y también al grito de los pobres porque, como recuerda Francisco, mil millones de personas en el mundo aún no tienen acceso a la electricidad”, reseña el documento de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.
Cita la comisión de la CEA un informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, según el cual en Argentina, “en 2019, el sector transporte representó el 33% de la demanda energética del país…Este consumo se abasteció en 2019 con un 39% de gasoil, un 36% de nafta, un 12% de gas natural, un 9% de biocombustibles y un 4% de otros combustibles”. Advierten que “la Energía -incluyendo el transporte- es una de las actividades que genera más emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI)”.