Si bien resta la formalidad de la votación, se descuentan que el resultado será positivo ya que el staff técnico elevó al Board la evaluación de las metas correspondientes al primer trimestre con el visto bueno del Director Gerente para el Hemisferio Occidental, Ilan Goldfaj.
Cuando los miembros del Directorio levanten la mano, inmediatamente llegarán a Buenos Aires unos 3.000 DEGs – la moneda del FMI- que se transformarán en dólares y mantendrán el nivel de reservas por encima de los $ 40.000 millones.
Este dinero cubrirá el bache que dejó el pago de US$ 2.700 millones que el país le hizo al organismo el martes, que hundió las reservas hasta la zona de los $ 38.000 millones.
Pero esta será sólo una parte de la discusión dentro de la cúpula del organismo que encabeza Kristalina Georgieva ya que también se pondrá en evaluación una flexibilización de las metas para el segundo trimestre.
Según fuentes del Ministerio de Economía durante las últimas reuniones con los técnicos del FMI se habría llegado a un acuerdo en ese sentido.
En principio se modificarían las metas a junio –cuya revisión se iniciaría en pocas semanas- pero se mantendrían sin cambios las anuales: déficit de 2,5%, acumulación de US$ 5.800 millones de reservas, y emisión hasta un tope de 1% del PIB.
Los datos oficiales conocidos hoy sobre la evolución de la economía crecimiento de 6% interanual en el primer trimestre- sostienen la idea de un crecimiento de 4% de la economía en 2022 y dejan margen para que sea superado. En ese caso las variables atadas a la evolución del PIB tendrían un perfil más relajado.
Si bien son optimistas, en el Palacio de Hacienda no quieren adelantar ningún número hasta tanto se expida el FMI.
Cerca de Guzmán dicen que los técnicos del FMI que están encargados del caso argentino comparten la visión de que es necesaria la modificación debido a que la guerra entre Rusia y Ucrania modificó la estacionalidad de la economía argentina.
El conflicto bélico adelantó las necesidades de dólares para el pago de energía que se sumó a la suba de precios. A eso debe sumarse cierto retraso en la liquidación de los productores de cereales formándose una coyuntura que le impidió al Banco Central comprar divisas al ritmo previsto al firmarse el acuerdo.
Además, la suma de los commodities y su impacto inflacionario, obligó al Gobierno a aumentar la ayuda social elevando el nivel de gasto y por ende de déficit previsto para este período.
Con esta argumentación el FMI aprobaría cambios en las metas y se garantizarían los próximos desembolsos. Sólo resta determinar si será a través de un waiver (perdón) o algún otro mecanismo.