“Prevemos que el reequilibramiento de China sea positivo para la región, aunque el impacto será distinto para los países exportadores de materias primas (excepto la soja) y los países exportadores de otros productos”.
Un informe del FMI sugiere que el gigante oriental afectará a exportadores de materias primas, pero abrirá oportunidades fabriles por su corrimiento hacia la producción de alta tecnología.
“Prevemos que el reequilibramiento de China sea positivo para la región, aunque el impacto será distinto para los países exportadores de materias primas (excepto la soja) y los países exportadores de otros productos”.
Ding Ding y Rui Mano, economistas del FMI para América Latina y el Caribe, analizaron el impacto que tendrá en la región una nueva etapa en la economía el gigante oriental, que demandará menos materias primas y afectará “por ejemplo, en Bolivia, Suriname y Venezuela”, a los que podría caerles 1% su PBI “como resultado del impacto sobre el sector extractivo”.
“Por el otro lado, los países exportadores de otros productos podrían salir beneficiados”, señalan los economistas. “El movimiento de China hacia las manufacturas de alta tecnología abre la puerta a que México, Argentina, Uruguay y los países de América Central -que actualmente tienen cierta ventaja comparativa en sectores de producción de bienes como los electrónicos, químicos y textiles- llenen el hueco dejado por la retirada de China de los mercados de productos”.
Con condiciones
Los economistas del FMI advierten sin embargo que “es fundamental contar con un entorno macroeconómico estable, perspectivas de crecimiento favorables y marcos institucionales sólidos” para aprovechar los huecos que se abren en el “reequilibrio” del gigante asiático. Y de hecho eso es algo que no se verifica en el país, y que incluso viene generando problemas.
“Para fortalecer la competitividad de la región en las cadenas de valor mundiales, los países deben invertir en infraestructuras, mejorar la gobernanza, aumentar la integración regional (entre otras cosas, mediante la disminución de las barreras comerciales) y producir productos de mayor calidad.
“Las exportaciones de servicios a China, en particular, el turismo, el transporte y las comunicaciones, suponen oportunidades adicionales”, señalan los autores, aunque advierten que allí la “competencia” de Turquía, Malasia, Vietnam o Polonia”, dicen los especialistas.
“La fuerza motriz en alza más notable es India, que podría convertirse en un importante competidor para la región; es ya el segundo competidor de Brasil y Colombia, y el tercero de Chile y Perú”, subrayan.
Síntomas de deterioro
La relación de la Argentina con China es relevante, pero viene mostrando síntomas de deterioro. Entre ellos la indefinición respecto de preacuerdos por la construcción de una central nuclear china en el país, la postergación de las represas de Santa Cruz (los orientales invirtieron U$ S 1500 millones y buscan retirarse) o la salida de Sinopec (la petrolera vendió activos en la Argentina a Eurnekian).
Se suman el cepo a las exportaciones de carne vacuna o la postergación del proyecto para la instalación en el país de granjas de cerdo financiadas desde China. Son evidencias de los severos problemas macroeconómicos argentinos, que contrastan con la condición que plantean los economistas del FMI.
Los chinos observan además con recelo dos procesos de estatización argentina: de ferrocarriles, donde vienen realizaron grandes inversiones, y de la HIdrovía, para la que postulan a la firma Shanghai Dredging Company.
A eso se suman las presiones de Estados Unidos. Jake Sullivan, el Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca que pasó días atrás por la Argentina y Brasil, vino -la agenda oficial no se conoce, la política de Washington sí- con sus intenciones en contra de las inversiones de Huawei para el 5G, pero también de la instalación de una “base logística” china en Tierra del Fuego.
Inversiones diversas
Los especialistas destacan que la inversión china fuera de su territorio, paso en América Latina de 12% en 2014 a más del 21% sólo tres años después, concentrándose en los combustibles fósiles, los metales y la agricultura hacia las manufacturas y los servicios, “tales como los suministros básicos, el transporte, los servicios financieros y las telecomunicaciones”.
“Debido al reequilibramiento de China y a que sus inversiones nacionales empiezan a llegar a su punto máximo, las empresas chinas se están expandiendo en el exterior, sobre todo en sectores en los que se ha acumulado exceso de capacidad nacional tras años de sobreinversión. Estos suelen ser los sectores en los que las empresas chinas son más competitivas en los mercados mundiales”, señalan los economistas del FMI.