Los sectores que mejoran no son los que generan empleos masivos
Asoma en la Argentina el riesgo de la "enfermedad holandesa": el peso revaluado por el ingreso de dólares agobia las posibilidades competitivas de las economías internas de menores escalas.
"Los sectores con alta capacidad para generar divisas (agro, energía, minería e industria del conocimiento) generan relativamente poco empleo: apenas 1 de cada 10 empleos asalariados formales". Luis Caputo reconoce que las reservas están negativas en unos US$4 mil millones; la estabilización basada en el ajuste tiene un alto costo social.
Mientras el gobierno "se anticipa" a las buenas noticias con heterogéneos datos de recuperación económica, la oposición responde que los beneficios macroeconómicos no llegan a los sectores medios y bajos de la economía. En medio de esta disputa de "créditos o deméritos" por la marcha de la gestión libertaria, un revelador informe de Idesa expone reconocimientos a unos. Y también a otros.
"La muy alta competitividad de sectores como el agro, la energía, la minería y la industria del conocimiento generan un tipo de cambio bajo que descoloca a los sectores que más empleo crean", expone un informe del Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina.
La agroindustria es hasta aquí el tradicional aportante de dólares a la economía nacional. Gracias al Rigi, se sumarán las mineras y se recuperarán petróleo y gas. Los emprendedores por su parte son los que generan -economía del conocimiento mediante- más dólares genuinos sin necesidad de importar insumos, como en el caso de las automotrices.
Conformación del empleo asalariado privado registrado.
"Cuando un país tiene sectores con alta capacidad para exportar se genera una abundancia de dólares que abarata el tipo de cambio. Esto impacta en el resto de los sectores económicos a quienes les cuesta producir y crear empleos debido a que importar se vuelve más barato". Este fenómeno, en la literatura económica, se denomina 'enfermedad holandesa'.
Esa enfermedad -explica Idesa- "alude a una fuerte apreciación que se produjo del florín holandés en la década de 1960 cuando se descubrió una gran reserva de hidrocarburos en el Mar del Norte".
Atraso cambiario y empleo
"El gobierno implementó el blanqueo que produjo un masivo ingreso de dólares al circuito formal de la economía. Existe la expectativa de que, aprovechando los beneficios previstos en el RIGI, se expanda la producción de la minería y la energía lo que aumentará las exportaciones y evitará importaciones", dice Idesa al analizar el riesgo del país de contraer la "enfermedad holandesa".
Imagen ilustrativa.
"A esto se suma la muy alta competitividad del sector agropecuario. El tipo de cambio multilateral (es decir, el que considera las monedas de los principales países con los que comercia el país) ya refleja que el dólar esta bajo en la Argentina y es probable que el fenómeno se profundice en el futuro próximo", advierte en análisis.
Añade que "los sectores altamente competitivos generan demanda al resto de la economía, pero su impacto es limitado. El grueso del empleo urbano depende de sectores con menos capacidad competitiva y, por lo tanto, el atraso en el tipo de cambio no solo reduce su producción sino, lo más decisivo, tiene impactos negativos sobre el empleo".
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