La universidad se prepara para un cambio importante: llegan los créditos académicos
Cada CRE equivaldrá a entre 25 y 30 horas de dedicación a una materia. Se considerará, además de las horas de clases, su trabajo autónomo: estudio, preparación de exámenes, resolución de actividades, elaboración de trabajos.
Cada crédito académico equivaldrá a entre 25 y 30 horas de dedicación, también fuera del tiempo de clases. Crédito: Manuel Fabatía
A partir del 1° de enero de 2027, todas las nuevas carreras universitarias de grado y pregrado que busquen reconocimiento oficial en Argentina deberán organizar los planes de estudio según el Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (Sacau).
A diferencia del modelo actual basado en horas de clases, esta nueva unidad de medida -el Crédito de Referencia del Estudiante (CRE)- considera también el tiempo autónomo que los alumnos le dedican a las materias.
El Sacau, que ya se publicó en el Boletín Oficial nacional, redefine los parámetros de avance en la trayectoria de los estudiantes de educación superior en el país. El proyecto aprobado por la Secretaría de Educación, que depende del Ministerio de Capital Humano, no es nuevo: lleva años en discusión dentro del sistema universitario y fue fruto de un consenso entre universidades públicas y privadas.
"Esta propuesta se aprueba en noviembre de 2023, al final de la gestión de Jaime Perczyk, y refleja un trabajo que venía discutiéndose desde 2021 en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), tras la salida de la pandemia", explicó a El Litoral, Daniel Comba, secretario Académico y de Innovación Educativa de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
El nuevo sistema plantea un cambio importante respecto del modelo tradicional, centrado en la cantidad de horas de clase. El CRE contempla el tiempo total de dedicación del estudiante, incluyendo no solo las horas de cursado (sean presenciales o virtuales), sino también el llamado "trabajo autónomo del estudiante", es decir, la preparación de exámenes, la resolución de trabajos prácticos, investigaciones, entre otros. Cada crédito equivaldrá a entre 25 y 30 horas totales.
"Lo que hay es un cambio de mirada en la forma de pensar los planes de estudio o el currículum universitario. El estudiante va a tener mayor claridad de cuánto le llevaría cumplir con una materia o seminario, porque el crédito contempla no solo las horas de clase sino también lo que hace fuera del aula", detalló Comba. Y añadió que "es un modelo similar al sistema europeo, aunque no es idéntico".
El esquema busca, asimismo, facilitar la movilidad estudiantil entre instituciones y carreras, dentro y fuera del país. "La mejor funcionalidad del sistema de créditos es que permite llevar parte del cursado de una universidad a otra, porque hay un reconocimiento automático sobre los créditos y no ya sobre los contenidos específicos de los planes de estudio", selaló el funcionario de la UNL.
El esquema busca facilitar la movilidad estudiantil. Crédito: Manuel Fabatía
Planes de estudio más "flexibles"
Desde el Ministerio de Capital Humano, el cambio fue presentado como una apuesta por la libertad educativa, la flexibilidad curricular y la modernización de la universidad.
"La adopción del CRE permite una transformación en la cultura pedagógica. La libertad educativa deja de ser un ideal abstracto para consolidarse como principio estructurador del diseño curricular basado en el estudiante", destacó la cartera en su comunicado oficial.
"Los planes -explica-, deberán organizarse con un promedio de 60 créditos anuales, lo que favorecerá trayectorias más ordenadas y una mejor articulación entre la duración teórica y real de las carreras, que en algunas ocasiones puede permitir la eventual reducción de los tiempos de graduación".
Al respecto, Comba indicó que el primer proyecto de 2023 ponía en vigencia el sistema ya a partir de este año, por lo cual en 2024 se revisó lo que se había aprobado tanto en el CIN como el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (Crup). "Entre ambos organismos llegaron a un acuerdo de plantarle a la Secretaría de Educación de que posponga la entrada en vigencia para el 2027, y que se flexibilice lo que se había planteado", destacó.
"Antes el proyecto proponía un crédito académico de 25 horas, y ahora se dejó un margen de maniobra a las universidades para fijarlo entre 25 y 30 horas. También se planteaba que las carreras tenían que tener una duración de 240 créditos, divididos de manera equitativa en 60 fijos por año, y lo que se pidió es que esa cantidad de créditos se pueda distribuir a lo largo de los años. Por ejemplo, que en un año puedas tener 50 y en el otro 70. Eso fue, en definitiva, lo que terminó aprobando ahora la Secretaría de Educación", detalló.
La readecuación de las carreras existentes será gradual.
Proceso gradual
La modificación será obligatoria a partir de 2027 para todas las nuevas carreras. En tanto, las ya existentes deberán adaptarse de manera progresiva a partir de esa fecha, aunque las instituciones podrán optar por incorporar voluntariamente el sistema antes de ese año. Lo cierto es que en algún momento todas las carreras existentes deberán readecuarse.
Algunas universidades ya vienen trabajando en readaptar su oferta a los créditos académicos. "Desde la UNL lo empezamos a ver el año pasado con capacitaciones y especialistas. Ahora que hay una resolución firme, estamos definiendo un cronograma para avanzar en la adecuación de las carreras", indicó Comba.
La institución cuenta con alrededor de 120 carreras de grado que deberán revisar su currículum bajo estos nuevos parámetros, lo cual requerirá de un proceso paulatino. Una de las claves será el trabajo conjunto entre áreas académicas de cada facultad, docentes y estudiantes. "Es un ejercicio gradual que requiere definir cómo vamos a abordar las transformaciones: si por áreas temáticas, por facultades, o por grupos de carreras", subrayó el secretario.
Áreas de mayor desafío
No obstante, el secretario académico advirtió que algunas áreas dentro de la UNL podrían enfrentar mayores desafíos. "Las carreras que hoy no acreditan regularmente ante la Coneau, como aquellas que no están bajo el artículo 43 de la Ley de Educación Superior -que se denominan de "interés público"-, van a tener más dificultades, porque no existe el hábito de fijar estándares comunes entre instituciones. Ahí va a ser un poco más complejo establecer criterios comunes entre carreras similares de distintas universidades", explicó, ante la consulta de El Litoral.
En paralelo, dijo que también se están discutiendo criterios específicos para la aplicación del sistema en carreras de posgrado, donde el impacto sería diferente. "En posgrado se evaluó que si se aplicaba el mismo criterio que en las de grado, las carreras se extenderían en lugar de acortarse. Por eso, se está discutiendo cómo definir la unidad de crédito en ese nivel", precisó Comba.
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