El cuestionario realizado por los militantes del espacio político Juventud Radical Por el Ruso versó sobre siete ejes centrales: ocupación, educación, familia, salud, uso del espacio público, deportes y cultura.
El dato se desprende de una consulta realizada a más de 200 adolescentes. Piden políticas públicas.
El cuestionario realizado por los militantes del espacio político Juventud Radical Por el Ruso versó sobre siete ejes centrales: ocupación, educación, familia, salud, uso del espacio público, deportes y cultura.
“Existe una brecha muy llamativa entre las demandas de las juventudes y las ofertas en el mercado laboral. Asimismo, hay una marcada ausencia del Estado en términos de políticas públicas destinadas a ese segmento social para revertir la situación” adelantaron sus realizadoras.
De los temas centrales, la educación fue uno de los más mencionados por los encuestados. El 91% de los alumnos que terminan el secundario quieren seguir estudiando, sin embargo, por diferentes fenómenos sociales o económicos, sólo el 30% puede continuar su trayectoria académica.
Ese porcentual alto de discontinuidad en materia de estudios, está fuertemente relacionado al fenómeno de la pandemia y los efectos que tuvo en las actividades educativas. Las encuestas reflejaron que el 21,5% de las y los jóvenes se encontraron con dificultades a la hora de cursar sus estudios en la modalidad remota o virtual; que el 15% manifestó tener dificultades en relación a la socialización y la inclusión en general; y que el 14% declaró padecer alguna dificultad económica que coartó la posibilidad de continuar con sus procesos de formación.
Al respecto, Julieta Maglianesi, presidenta de la JR Por el Ruso, expresó: “Estamos ante una situación crítica porque no se está atendiendo la realidad de los jóvenes. Nos parece fundamental que el Estado intervenga de manera activa con iniciativas que motiven a los jóvenes a seguir estudiando o seguir formándose luego de terminar el secundario. Debe existir una oferta de talleres o cursos inmediatos para continuar la capacitación de los jóvenes. Desde nuestro espacio, por ejemplo, brindamos algunos Talleres de armado de Curriculum Vitae para que las y los jóvenes reconozcan sus habilidades, aptitudes y saberes a la hora de insertarse al mundo laboral”.
Por su parte Camila Kozol, integrante de la JR acotó: “Las y los jóvenes estamos motivados y con necesidad de adquirir educación y habilidades para que las dificultades se conviertan en oportunidades. Actualmente es difícil que el mercado laboral pueda absorberlos en su tejido si no tienen las herramientas necesarias para desenvolverse de manera eficiente”.
“Este informe viene a dar estadísticas reales de los temas que las y los jóvenes necesitan que el Estado atienda. Desde nuestro espacio, tomamos la iniciativa porque entendemos que es prioritario conocer qué intereses nos motivan, para luego pensar y diseñar políticas que incluyan y promuevan espacios, proyectos y/o programas por, para y desde las juventudes” concluyó Maglianesi.
Otro de los ejes abordados fue la de la salud y su afectación por el ASPO. En este sentido, el 24% expresó que “sintió efectos un tanto negativos” en su salud mental y física. Sin embargo, el 61% de los encuestados y encuestadas manifestó no poseer obra social. De este dato se desprende que, tanto los integrantes de esa franja de población como sus progenitores, no cuentan con un trabajo formal (en blanco), por lo tanto carecen de cobertura de salud.
En este sentido, Camila Kozol remarcó: “El 29% de los encuestados y encuestadas afirmó que no concurre a los centros de atención primaria de la salud. Del 71% restante, sólo 24 personas lo hacen de forma frecuente. El resto cuando tienen alguna necesidad puntual. De estos datos se desprende que hay un desconocimiento importante de la función que deben cumplir estas instituciones. No lo reconocen como un lugar para hacerse controles anuales de salud, para obtener pastillas, o simplemente para realizar alguna consulta relacionada a la salud mental u cualquier otro tipo de prestación”.
Una de las conclusiones más llamativas del informe se desprende de los datos recolectados respecto a la inclusión en programas sociales. En este sentido, el 67.5% no recibe ninguna ayuda del Estado. Aquellos que si perciben un ingreso otorgado por el gobierno -que corresponde al 35% de la muestra- lo hacen mayoritariamente en programas como “Asignación Universal por Hijo” y “Progresar”.
La utilización del espacio público arrojó que el 81% de los y las jóvenes utiliza el espacio público. Sin embargo, reconocen que existe una gran problemática en torno a la seguridad de los mismos. Advierten que existe un precario mantenimiento de esos entornos, falta de limpieza o, en algunos casos, un completo abandono que trae aparejado vandalismo, situaciones de inseguridad y violencia callejera.
El proceso de recolección de información duró seis meses (diciembre 2021 a mayo 2022) y se tomó como muestra poblacional a jóvenes que desempeñan sus estudios y/o actividades en Escuelas, Clubes Deportivos, Asociaciones Vecinales, entre otras instituciones. El muestreo de casos corresponde al Distrito Suroeste de la Ciudad que comprende los barrios: Centenario, San Lorenzo, Santa Rosa de Lima, Sur, 12 de Octubre, Roma, Alfonso, Centro y Varadero Sarsotti.
“Este recorte territorial se relaciona con dos cuestiones: en primer lugar, la referencia y cercanía que tenemos con las instituciones desde nuestro espacio de trabajo, y en segundo lugar, por la heterogeneidad que este distrito representa, contextos y actores con multiplicidad de realidades” expresaron representantes de la JR Por el Ruso.
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