Mel Gibson: tan famoso como controvertido, en el cine como en la vida, regresa a la dirección después de casi una década con “Amenaza en el aire”, que llega a los cines argentinos este jueves 6 de febrero.
A casi una década de su último trabajo tras las cámaras, el director regresa con una historia de acción y dilemas morales. Su nuevo rol en el gobierno de Donald Trump.
Mel Gibson: tan famoso como controvertido, en el cine como en la vida, regresa a la dirección después de casi una década con “Amenaza en el aire”, que llega a los cines argentinos este jueves 6 de febrero.
Este thriller se centra en un vuelo comercial donde una funcionaria debe proteger a un testigo clave para un juicio contra un poderoso cartel de la mafia. A medida que el avión surca las Montañas Rocosas, la tensión se incrementa y los pasajeros se convierten en rehenes de una situación desesperada.
Gibson es conocido por crear atmósferas intensas. Basta recordar pasajes de “Corazón valiente” y de “La pasión de Cristo” para comprenderlo. La interacción entre los personajes es fundamental, ya que cada decisión puede tener consecuencias fatales. Esta decisión narrativa logra que el público entre en un juego de lealtades y traiciones, en el cual no todo es lo que parece.
La carrera de Gibson como director es variada. Cuando decidió comenzar a crear sus propias películas, era ya un actor de renombre: había participado en varias entregas de “Arma mortal” y compuesto a su personaje icónico “Mad Max”.
Su debut tras las cámaras se produjo en 1993 con “El hombre sin rostro", una conmovedora historia sobre la amistad entre un profesor desfigurado y un joven que atraviesa problemas familiares.
En 1995, Gibson alcanzó la fama mundial a través de “Corazón valiente”, una épica historia sobre la lucha por la libertad escocesa. Esta obra le valió dos premios Oscar y consolidó su estatus como director. La película es emblemática por su representación del sacrificio y la lucha contra la opresión, temas recurrentes en la filmografía de Gibson.
Su siguiente éxito fue “La pasión de Cristo” (2004), una representación visceral de las últimas horas de Jesús. Esta película generó controversia por su temática, que muchos tildaron de antisemita, y su excesiva violencia. Pero también logró un gran éxito de taquilla.
En 2006, dirigió "Apocalypto", una película ambientada en la civilización maya que se caracteriza por su realismo. Gibson decidió rodar toda la película en lengua yucateca, lo que provocó admiración y críticas. Otra vez aparece acá su obsesión por retratar la violencia de modo crudo y auténtico.
Más recientemente, “Hasta el último hombre” (2016) volvió a poner a Gibson en el centro de atención. Esta película narra la historia real de Desmond Doss, el primer objetor de conciencia en recibir la Medalla de Honor del Congreso tras participar en la Batalla de Okinawa sin usar armas.
A lo largo de su carrera, Gibson analizó diversas temáticas que sintetizan sus preocupaciones. La violencia, el sacrificio y la redención son elementos constantes. Su estilo visual incluye tomas largas y un abordaje realista: a veces es difícil seguir mirando las escenas, como en “La pasión”.
Gibson también tiene una obsesión por la condición humana. Sus personajes suelen estar ante dilemas morales complejos y situaciones extremas que ponen a prueba sus límites físicos y emocionales. A través de sus obras, medita sobre los aspectos más oscuros del ser humano y las decisiones difíciles que deben tomarse en momentos críticos.
En la nueva era de Donald Trump en la Casa Blanca, que arrancó hace pocos días en Estados Unidos, Gibson fue reclutado para integrar un grupo de embajadores culturales, que tienen como objetivo promover una agenda conservadora en Hollywood.
Esto generó apoyos y críticas, especialmente considerando su historial personal y profesional. Sin embargo, su experiencia en el cine y su nuevo rol político lo colocan en una posición privilegiada para influir tanto en la industria del entretenimiento como en el discurso cultural actual.
Por lo pronto, habrá que estar atentos a su labor: para 2026, están previstas dos nuevas películas de su autoría. La primera, una nueva entrega de “Arma mortal”, la segunda, una secuela de “La Pasión de Cristo”, centrada en los tres días entre la muerte y la resurrección de Jesús.
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