En 1931, el empresario y productor santafesino, Leopoldo Samper, fue el encargado de contratar a una banda cubana de jazz para que tocara en vivo en el Teatro Moderno, hoy conocido por todos como Centro Cultural Provincial.
En 1931, el empresario y productor santafesino, Leopoldo Samper, fue el encargado de contratar a una banda cubana de jazz para que tocara en vivo en el Teatro Moderno, hoy conocido por todos como Centro Cultural Provincial.
Por esos años El Litoral compartía con sus lectores: “Hace tiempo no podemos escuchar una jazz band, a menos que sea por radio, verdaderamente buena. Samper ha comprendido que hacía falta en la ciudad un poco de música yankee y la ha traído. Hoy llegaron “Los Negros Cubanos” y mañana se presentan en el Moderno. Fundamentalmente creemos que tendrán una sala llena”.
Con la llegada a Argentina de los primeros músicos negros de jazz a partir de la segunda década del siglo XX, Santa Fe se convierte en testigo privilegiado del desembarco musical del jazz en estas costas del litoral. La llegada de la banda “Los negros Cubanos” nos señala la expectativa del público que por aquellos años existía alrededor de este ritmo caracterizado por una gran improvisación en vivo. Además, el rol de la radio en cuanto a la difusión de géneros musicales y un gran abanico de propuestas culturales que asociados a las salas de cine y teatro construyen un circuito cultural en la ciudad que luego tomara el nombre de “cultura de masas”.
A fines de la primera guerra mundial, los músicos argentinos comienzan a escuchar y ejecutar jazz en estas tierras, la dificultad de conseguir partituras originales hacía que los directores y sus bandas tocasen “arriba” de los discos. El jazz y el tango son primos hermanos y la difusión de ambos corre de la mano por aquellos años.
En 1927 la visita a Buenos Aires de la orquesta de Sam Wooding representó una especie de bisagra para los músicos porteños, se pudo apreciar de cerca a una banda de reconocimiento internacional y disfrutar de sus sonidos y experiencias.
En 1933, el jazz se hace presente en una de las primeras películas argentinas: “Los tres berretines” de Enrique Susini, en donde aparece como banda de sonido de la apertura para caracterizar a la metrópoli de Buenos Aires como “caótica y ultramoderna”.
Por otro lado, la Argentina participó originalmente de un “circuito cultural atlántico” que tiene como espacio privilegiado a las ciudades portuarias como Buenos Aires y Montevideo conectadas con el resto del mundo. En este sentido, es interesante marcar aquello que el sociólogo Gilroy conceptualiza como el “atlántico negro”, es decir, formas culturales transnacionales originadas con la esclavización de africanos, que presentan características rizomórficas y transcultural, y que luego se reconvirtieron y resignificaron con la expansión global de las industrias culturales en el siglo XX, en donde el jazz cumplió un rol crucial.