“María Delfina, la obra”, llegará el sábado desde Entre Ríos hasta el escenario del Centro Cultural Provincial. Se trata de una evocación de María Delfina Menchaca, la mujer por la cual se sacrificó el caudillo Francisco Ramírez en 1821.
Gentileza Bombín producciones La apuesta, desde lo estético, es minimalista, con escasa escenografía. Todo está sostenido por la actuación y por otros recursos escénicos, como la iluminación, apuntó el director.
La Delfina fue la compañera de Francisco Ramírez, el “Supremo Entrerriano”, durante los tiempos de guerra. Lo acompañó a sol y sombra. En 1821, en un enfrentamiento, quedó a merced de sus enemigos y el caudillo peleó para salvarla hasta el punto de sacrificar su propia vida. Se trata de una historia conocida de ribetes dramáticos y épicos, que atrajo a historiadores, novelistas y poetas, que a lo largo de las décadas intentaron evocar los hechos a través de sus respectivas disciplinas. El teatro no estuvo ajeno, tal como demuestra “María Delfina, la obra”, una propuesta escénica de Gualeguaychú, que este sábado a las 21 tendrá una función en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457).
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Foto: Gentileza Bombín producciones
Se trata de un trabajo gestado a través de Bombín Teatro producciones (un grupo Iberoamericano para el intercambio del teatro entre Latinoamérica y España con sedes en Gualeguaychú y Buenos Aires) cuyos propios realizadores describen como “un conmovedor homenaje a Delfina y Pancho Ramírez”. Escrita y dirigida por Joaquín Gómez, y protagonizada por Irene Castel, Joaquín Gómez, María del Valle Strada y Gustavo Lencina, evoca la trágica muerte de Ramírez, quien tras salvar a su amada recibe una descarga de balas en el pecho. Pero profundiza sobre todo en los años posteriores en los cuales Delfina se ve acosada por el dolor y la culpa, que se adueñan de sus pesadillas. En una entrevista concedida a este medio, Gómez repasó detalles del proceso creativo que derivó en la generación de la obra.
Regional y universal
La relación con la historia de Pancho y Delfina arrancó, según el director, por la trasmisión de generación en generación. “La mayoría de los entrerrianos tenemos una fascinación, una curiosidad por esa mujer que no se sabe muy bien de donde vino, más allá de las muchas teorías, ni como llega al lado de Ramírez ni cual es su final. Porque incluso, se supone que está enterrada en ese monolito en Concepción del Uruguay, pero tampoco es una certeza. De alguna manera, ese halo poético y mítico siempre me llamó la atención”, contó.
Gómez, quien no se considera dramaturgo sino un actor que escribe, comenzó a esbozar la posibilidad de que esa historia tan arraigada en el litoral argentino pueda ser parte de una obra de teatro. Para eso, bebió de fuentes como “Delfina”, la novela histórica de Leocio Gianello y “Romances del Río Seco”, poemario de Leopoldo Lugones. Luego el proyecto quedó relegado hasta que, mientras estudiaba dramaturgia con el prestigioso Ricardo Monti en Buenos Aires, reapareció.
“Ricardo me dio tranquilidad. Yo estaba algo obsesionado con el tema y al leer tanta historia sin ser historiador, me sentí perdido y trabado. Tenía miedo de escribir algo y que después algún historiador me señale los errores. Ricardo me dijo algo que fue liberador. Me preguntó: ¿sos historiador o dramaturgo? Le contesté que me inclinaba por la dramaturgia y afirmó: ‘entonces escribí lo que quieras, no estás escribiendo historia ni estás haciendo revisionismo histórico’. Ahí la obra se empezó a liberar. Me fui a vivir a España y terminé allá. Fue muy loco escribir sobre el caudillo entrerriano en Madrid, aunque en realidad se trata de algo universal”.
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El peso del deber
Una vez que “María Delfina, la obra” tomó cuerpo, cuando Joaquín regresó a Gualeguaychú y decidió finalmente llevarla a a escena, apareció con nitidez la influencia de “Antígona”, que en la obra de Sófocles desafía un decreto, a pesar de las consecuencias que puede tener, para honrar a su difunto hermano. “En realidad, siempre estuvo en el germen de la obra. En el sentido de la necesidad de enterrar un ser amado. Para mí el disparador era la culpa. Apareció así la necesidad de trabajar sobre esa mujer que peleaba a la par de su amado, que murió por ella y lo sobrevivió por 18 años. La imaginé en una especie de locura y de culpa”.
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Resonancias
La puesta final de “María Delfina, la obra”, se puede abordar desde diversos lugares. Se relaciona con la figura de la mujer que, en distintas épocas, está al lado de un poderoso y cuando este muere, queda completamente relegada. “De alguna manera el contexto histórico me dio fuerza, en el sentido de que son personajes que vivieron situaciones extremas, que hoy en día en la distancia resultan difíciles de entender. Cada vez que viajo por la provincia de Entre Ríos y veo los campos, los arbustos, los espinillos y los arroyos pienso en esa gente luchaba, a veces por la noche, en la oscuridad, en esos lugares inhóspitos”, consideró Gómez.
Aunque se trata de una historia ambientada hace más de dos siglos, dialoga constantemente con el presente. “Por ejemplo, hay un eslogan que tiene la obra que dice: ¿Qué harías si no te permiten velar a un ser querido?. Surgió antes de la pandemia, en 2019. Pero a partir de esa situación, cobró actualidad. Creo que la obra tiene un montón de condimentos que llaman la atención y que interesan”.