Invecanto celebra dos décadas de música latinoamericana
El coro dirigido por Ricardo “Uru” Fischer, festejará sus dos décadas con un concierto aniversario, de la mano del taller Ser Voz y la invitación a todos sus ex integrantes. En diálogo con El Litoral, el director repasó la historia y la identidad de esta agrupación independiente.
La agrupación nació como iniciativa de investigadores y empleados del ex Ceride (hoy Centro Científico Tecnológico Conicet Santa Fe), pero pronto se abrió a la comunidad. Foto: Gentileza Invecanto
-Este viernes 6 a las 20, en la Casa del Maestro (bulevar Gálvez 950), el coro Invecanto celebrará sus 20 años con un concierto especial. En la ocasión, la agrupación dirigida por Ricardo “Uru” Fischer estará acompañada por niños integrantes del taller de canto Ser Voz, a cargo de Lara Broggini (actual preparadora vocal de Invecanto).
El lugar elegido es “la casa” del coro, ya que Amsafe La Capital les presta la sala para sus habituales ensayos. Pero no fue allí donde se gestó, sino en el antiguo Ceride. Así lo cuenta Fischer: “Se creó en el 2004; fue una iniciativa de profesionales e investigadores del ex Ceride (que hoy se llama Centro Científico Tecnológico Conicet Santa Fe). Se creó con la necesidad de algunos científicos: Roberto Pozzo fue uno de los impulsores del coro. Había necesidades artísticas de algunos empleados, de tener posibilidad de cantar. Así que se armó un grupo de canto primero, sencillo y después fue creciendo”.
-¿Quién estaba a cargo?
-La primera directora fue Mara Scardino, estuvo un tiempito; después fue reemplazada por Matías Amicuzzi, también conocido director de coros. Después estuvo Daniel Rozynsky; y desde ya hace 12 años, que estoy yo al mando.
-El coro después se independizó del ex Ceride.
-Estuvo unos años ahí, y cuando cambiaron las autoridades vieron que era un gasto y no les interesó tanto culturalmente hablando eso. Entonces nos tuvimos que ir, y deambulamos en algunos lugares. Hasta que finalmente, ya desde hace unos años, estamos en Amsafe La Capital, pero como coro independiente.
Evolución
-¿Cómo fue creciendo, de un proyecto que era una movida interna de unos empleados, a desarrollarse como coro independiente?
-Primero fue para los empleados; pero cuando vieron que no no avanzaba mucho, porque era poquitos (no todos se enganchaban) lo abrieron a la comunidad. Entonces podía ir cualquiera, aunque no sea científico, aunque no trabajara en el Conicet. Y ahí creció: ese fue el primer momento de crecimiento del coro en cuanto a cantidad de personas.
Después fue evolucionando a través del tiempo; también creo que incidió bastante el tema del repertorio. Hay coros que cantan cosas por ahí un poco más complejas, más tirando a clásicas. En cambio, si bien desde el principio se cantaron cosas populares, cuando llegué nos dedicamos exclusivamente.
Y te diría a un aspecto de la música popular, porque tenés coros que cantan rock, o música pop, o algunos cantan música sacra. Nosotros nos dedicamos exclusivamente a cantar música popular folclórica latinoamericana: puede ser un candombe, un festejo peruano, una chaya, un tango: siempre dentro más o menos de ese estilo de música. Y siempre con alguna temática referida a lo social, o a la naturaleza: siempre tratando de que tengan un contenido interesante.
-Eso es lo que les da identidad a los coros.
-Totalmente. Hay coros que hacen música rock/pop, y lo hacen muy bien; o grupos de música sacra, y lo hacen muy bien. Y tienen una identidad, porque trabajan y se especializan en eso. En nuestro caso, no sé si nos especializamos, pero por lo menos hacemos que la gente disfrute, los que cantan; teniendo en cuenta que ese repertorio le gusta al tipo de persona que se acerca a Invecanto.
-¿Llegaste con la idea de dedicarte a eso, o fue charlado con los coreutas que estaban?
-Fue un poco y un poco, porque si bien me gusta la música clásica, la música contemporánea, mi corazoncito siempre ha estado con la música popular. Y tiene que ver un poco con lo que yo veía de la necesidad de la gente que integraba el coro: a mí me gusta Serú Girán, pero no se me ocurría poner una canción de Serú, salvo en alguna ocasión especial.
El coro también modela el repertorio: hay gente que le gusta determinado tipo de música que a mí no; a veces uno puede abrir el asunto, pero en ese sentido soy estricto conmigo mismo en cuanto a los gustos: a veces no concedo. En el coro jamás cantaría reggaetón, por ejemplo; hay coros que lo hacen, y lo hacen bien porque por ahí lo hacen con humor.
Una postal de hace unos años, en el hall del Centro Cultural Provincial “Paco Urondo”. Foto: Gentileza Invecanto
Continuidad
-¿Cómo se sostienen en el tiempo una actividad que tiene tanto de vocacional y de las ganas?
-Hay varias aristas. Una tiene que ver con el conocimiento de la gente que integra generalmente la tipología de personas que entran a un coro, y a dónde se apunte. Tiene que ver mucho con la calidad humana, con generar buenos ambientes dentro del coro, para que la gente permanezca la mayor cantidad de tiempo posible. Siempre hay gente que va y viene, deambula, pasa de un coro a otro.
La otra cuestión es que Santa Fe, la provincia completa, es una provincia muy coral: hay muchísimos coros, hay una gran tradición coral. Que no hay en otras provincias: por nombrar una, Chaco no tiene una gran tradición coral. Santa Fe sí la tiene, por la cantidad de coros que existen; como La Plata, que tiene una gran tradición coral, es un semillero de coros.
Y eso es muy bueno, porque genera un movimiento y una concientización de lo que significa cantar en coro, y las bondades que genera. Mucha gente se siente muy bien cantando en un coro (te diría la mayor parte de la gente): no sólo por la cuestión musical, que se disfruta muchísimo: cantar sana, cura. Pero también cantar en comunidad y en un ambiente lindo hace que uno disfrute de otras cosas: viajes, encuentros, cumpleaños, asados.
Cantar en un coro no implica sólo ir a un ensayo, abrir la boca y emitir sonido. Significa: "Eh, vamos a juntarnos a comer un asado, para festejar que recibimos a los nuevos y nos vamos de viaje a tal lado". El viaje es una cuestión anecdótica, en el sentido de que uno elige un lugar más o menos para cantar bien; pero en realidad uno sabe que va también a disfrutar, a hacer sociales. El coro engloba todo eso, y eso es lo que sostiene en el tiempo la actividad coral.
Por ejemplo, lo de la pandemia fue muy interesante: hubo coros que desaparecieron (no muchos) porque no se sostuvo eso de alguna manera. Y hubo un montón de coros, como en el caso de Invecanto, donde durante la pandemia se sostuvo la actividad: no nos podíamos juntar, pero hacíamos juntadas por Zoom, todo de forma virtual: charlas, enseñé a leer música a mis coreutas. No todos se prendían: a lo mejor de 20 que somos más o menos la mitad se prendía. Pero aprendían a leer música, les enseñaba cosas generales sobre música, cantábamos en forma individual, hacíamos técnica vocal. Eso hace que el coro se pueda sostener en el tiempo.
Mojones
-¿Qué momentos claves destacarías de la etapa a tu cargo?
-Creo que los viajes marcan mucho; y algunas actuaciones puntuales: cuando fuimos, por ejemplo a Uruguay, a Salto; o cuando participamos en el Sonamos Latinoamérica, porque ahí nos sentíamos observados: somos un coro vocacional, que estaba mostrando lo que hacemos a gente que eran mayormente músicos profesionales, que viven de eso; y algunos muy prestigiosos, de diferentes partes de Latinoamérica. Entonces fue un momento importante: tuvimos la aprobación de mucha gente que vino a decirnos: “Che, sonó lindo el coro; la verdad que no lo conocía”.
También las preparaciones, como nos sucede ahora con los 20 años, cuando se hizo lo mismo para los diez años, para los 15: parece que los números redondos a la sociedad le importa, entonces se hacen cosas especiales para eso.
Cuando entré al coro también fue de una manera muy loca: fue de sopetón, porque el director previo a mí se fue de golpe, y tuve de repente que en una semana actuar sin haber casi ensayado con el coro, y en un viaje. Creo que fue en 2012: entré casi por la ventana al coro, y de repente estaba (a los diez días, en realidad): es muy inusual. Eso también es un mojón en la historia del coro, porque me brindó contención y nos entendimos de entrada. Ya hace 12 años. y no me quieren largar.
El concierto
-¿Qué prepararon para este viernes?
-Algunas canciones viejas (de estos años que han estado básicamente conmigo, no tanto con los otros directores), para que los ex integrantes también se puedan incorporar en alguna canción que se acuerden más o menos. Así que por eso tomamos algunas canciones de las que hacíamos en el repertorio hace unos años atrás; más la nueva que hemos preparado
Lo interesante es que va a haber un grupito de niños que pertenecen a un taller que se llama Ser Voz, que lo dirige Lara Broggini, nuestra preparadora vocal: empezó este año con nosotros; ante teníamos otro preparado vocal, Rodrigo Benavídez, que dirige muchos coros, entonces ya no podía seguir con nosotros. Este años incorporamos a esta docente preparadora vocal: estamos muy muy felices de estar con ella, porque es muy jovencita y le pone mucho conocimiento y muchas ganas.
Ella tiene a su vez este taller de niños, y dijimos: “Bueno, vamos a unir las dos cosas”. Va a ser muy lindo, porque vamos a tener cantando con nosotros, con nuestro coro, a un grupo de niños también disfrutando de la música popular; acoplándose al coro y tocando instrumentitos. Muy lindo, muy agradable para los que vayan a vernos.
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