Redacción de El Litoral
La escritora visitó nuevamente su ciudad natal para hablar de “Venado” en una entrevista abierta coordinada por Cecilia Moscovich. Fue la conferencia de cierre del evento dedicado a la literatura.
Redacción de El Litoral
Una nueva edición de la Feria del Libro, la vigésimo cuarta, llegó a su fin con la conferencia de cierre, a cargo de Liliana Bodoc. El encuentro, con formato de entrevista abierta, comenzó a las 20.15 del domingo en el escenario principal ubicado en la Estación Belgrano, y fue presentado por el Lic. Paulo Ricci. El Secretario de Desarrollos Culturales de la Provincia expresó el honor y la alegría de haber conformado una “programación que enorgullece” en un espacio “abrumador que se fue haciendo cálido” por las distintas actividades que se llevaron a cabo desde el lunes 11, entre ellas, la participación de la autora de “Elisa. La rosa inesperada”.
Luego de la breve introducción del funcionario, Cecilia Moscovich, escritora y licenciada en Historia, presentó a Bodoc como “la fundadora de la literatura fantástica latinoamericana”, género que dialoga con las raíces y tradiciones de nuestro continente más que con las de Europa. Además, recordó que siendo alumna de un taller dictado por Liliana, se encontró con una persona hospitalaria, generosa y prolífica. Minutos después, comenzó el intercambio de preguntas y respuestas que culminó, como se estila, con las consultas de los asistentes al evento
Grietas
El primer disparador de la charla fue lo más reciente, el libro-álbum “Venado”, autoeditado por Liliana Bodoc y el artista plástico Gonzalo Kenny. El proyecto, nacido años atrás como puesta artístico-literaria online, recoge textos inéditos que se ubican “en los intersticios de La saga de los confines”. O, como se diría en estos tiempos, en las grietas.
La conversación, curada por Moscovich, continuó durante treinta minutos, apoyada en el eje “Venado”, y en la idea de “volver al origen” pero, en el sentido de Castaneda, desde otro lugar. Volver, no con la frente marchita, sino revisitar “un territorio muy familiar”, que el tiempo y las lecturas fueron modificando. La idea de editarlo sin mediaciones surgió porque es “un libro muy trabajado” que “no queríamos someter a los números de las editoriales”.
El texto escrito se cruza con las ilustraciones de Kenny —“tiene una ventanita a mi cabeza”- en un diálogo entre lenguajes que coloca al ilustrador como autor, como trabajador. “Es un derecho que se va ganando con el tiempo”, dijo Bodoc. Además, destacó la importancia de pensar al artista como trabajador porque si no, desde la soledad, el escritor está “a merced de las editoriales” desde lo económico y lo creativo.
Vivir de la literatura
La entrevista hizo una segunda escala en la obra cumbre de Liliana Bodoc, “La saga de los confines”. La autora radicada en El Trapiche, San Luis, confesó que no había pensado escribirlo como literatura juvenil, ni pensó en un género en particular, y remató: “Los libros se ríen de las etiquetas”.
En cuanto a la llamada literatura fantástica, afirmó que “todos son otros”, extraños, distintos, pero, a la vez, son personajes entrañables. Por su parte, “los lectores de sagas son militantes”, están dispuestos a tolerar la incertidumbre, a esperar que la trama se despliega a lo largo de los capítulos. La épica fantástica, lugar en el que la crítica ubicó a Bodoc, tiene que ver, según la escritora, con que “el verosímil del realismo me cuesta”, porque tiene que haber “un gramo de distorsión que ayude a brillar al realismo”.
Después de transitar el terreno de lo fantástico, Moscovich trasladó una pregunta siempre difícil de responder: “¿A cuál de tus libros le tenés más cariño?”. Liliana no dudó y marcó dos: “Sucedió en colores” —que la remonta a un juego de la infancia junto a su padre- y “Presagio de carnaval” —“quiero a Sabino Colque”-. Finalmente, Bodoc profundizó en el concepto de “escritora full time” y se mostró agradecida por tener la posibilidad de vivir de la literatura. Aclaró que “estamos lejos de tener una sociedad en la que se valore el arte como trabajo” y dejó flotando una frase que luego recuperó uno de los asistentes: “La escritura me empoderó como mujer”.
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Ronda
A las 20.45 se dio por finalizada la entrevista, y se incorporó de forma activa al público. La ronda de preguntas paseó por distintos temas, entre ellos, la cuestión del género y el compromiso del escritor con su tiempo. El lenguaje literario, destacó, es estético, y el compromiso se genera desde ahí, “desde la forma”, más que desde lo que se cuenta.
De esa manera, “todo luce más”, incluso el dolor. “Nuestra construcción del escritor ideal es patriarcal”: es un tipo que fuma, trasnocha y no lava la ropa. El arte, como creación de la humanidad, tiene que ser cuestionada.