Malena Guinzburg llega a Santa Fe con "Querido diario"
En su tercera temporada, girando por Argentina y el exterior, la comediante sigue mostrando su espectáculo donde repasa con humor diarios y cartas que escribió desde la adolescencia. De la mano de El Litoral, la artista comentó la química de este cruce entre la impronta biográfica y la dinámica del stand up.
“Las cosas que saqué no fueron ni siquiera porque no funcionaban, era porque el show tenía que durar un determinado tiempo. Para mí cuanto más vergonzoso, más divertido”, se sincera Malena. Foto: Gentileza producción
Tras dos temporadas de éxito ininterrumpido, Malena Guinzburg volvió a los escenarios con su unipersonal “Querido diario” en su tercera temporada. El 2025 llegó con fechas programadas en Buenos Aires, España, Uruguay y diversos destinos de Argentina y el exterior, y Santa Fe no será la excepción.
En “Querido diario”, con la ironía y humor que la caracterizan, Malena reflexiona sobre las cuestiones de la vida cotidiana y repasa momentos de su propia vida para reírse junto a los espectadores. La parada santafesina será el domingo 13 de abril desde las, 21 en el Teatro Luz y Fuerza (Junín 2957). Las entradas pueden adquirirse en la boletería del Teatro y a través de Ticketway (puntos de venta online y físicos).
En diálogo con El Litoral, la comediante contó cómo es reírse de ella misma a partir de abrir su intimidad al público, en un ejercicio de complicidad.
Repaso de vida
-“Querido diario” ya va por la tercera temporada, y fue un éxito en diferentes ciudades. ¿Cómo estás viviendo este recorrido, y qué sensaciones te deja llevar el espectáculo a distintos lugares, incluso afuera de la Argentina?
-Yo feliz: es un show que realmente amo. Veo que a la gente (por suerte) le gusta mucho, por eso voy por la tercera temporada. Es un placer hacer algo que vos disfrutás y que la gente disfruta: se da una combinación hermosa, que siempre pasa.
-En este show compartís fragmentos de lo que era tu diario íntimo, y cartas que decís que nunca deberías haber escrito. ¿Qué te llevó a tomar también esa decisión de exponer estos materiales tan personales y llevarlos a escena?
-Me pasó que cuando los releí, me reencontré con eso, la verdad que me di cuenta de que eran muy divertidos: me reí mucho. Me acuerdo que los empecé a mostrar un poco por Instagram al principio, y lo que generó en la gente fue muy espectacular: había algo de mucha risa, de mucha identificación, de la gente compartiendo conmigo todas esas cosas. Y dije: “Bueno, acá hay algo”; lo que sentí en este momento fue que había algo. Por suerte no me equivoqué, y a partir de eso surgió este show.
-¿Cómo fue el proceso de transformar todo eso que era recuerdos, vivencias en un espectáculo de humor? ¿Hubo algo que hubieras dudado en contar y que terminó quedando?
-Mirá, de hecho me da pena no tener más diarios, más años míos. Las cosas que saqué no fueron ni siquiera porque no funcionaban, era porque el show tenía que durar un determinado tiempo. Creo que puedo seguir ahondando y tengo un montón de material. Para mí cuanto más vergonzoso, más divertido.
-Hay una identificación que se genera con el público. Abordás cuestiones como amor, desamor, redes, dieta, sexo, boliches. ¿Qué temas te das cuenta que generan más identificación o más reacción en el público?
-Por suerte todo. Todo lo que es el tema de amor, dietas, son temas que generan mucha identificación. ¿Quién no tuvo un amor no correspondido? ¿Quién no tuvo algún complejo con su cuerpo? Son cosas que me parece que todos, lamentablemente, hemos vivido.
-Todos fuimos adolescentes, todos nos enamoramos alguna vez, todos alguna vez tuvimos que hacer una dieta.
-Y sí. Todos alguna vez tuvimos algún desamor, pensando que era lo peor que te iba a pasar en la vida; y después te volviste a enamorar y volviste a sufrir. Eso es lo que más me divierte de esta cosa adolescente: darme cuenta de que todos pensamos que era lo peor que te podía pasar, que era para siempre, que nunca te ibas a recuperar; y al mes siguiente te gustaba otro.
-El recorrido empieza en la infancia, llega hasta la Malena del presente. ¿Qué momentos disfrutás más de revivir en escena, o con que etapa de tu vida conectás más en particular?
-Por suerte todo. Siento que hay un par de momentos que en general no fallan, que el público explota, y que genera algo muy divertido; que yo sé que viene ese momento y me divierte mucho, lo disfruto. Obviamente no voy a decir cuál es, porque no voy a spoilearlo; pero hay un momento en donde yo sé que pasa algo hermoso con la gente; y lo espero con ganas.
“Me gusta el stand up, me gusta la cosa directa con la gente; no tener la cuarta pared, y de pronto poder improvisar o poder charlar un poco con la gente”, afirma Guinzburg. Foto: Gentileza producción
Dinámica escénica
-¿Cómo sentís que evolucionó el espectáculo desde la primera temporada hasta ahora? ¿Hubo algún cambio en el contenido o en la forma de contarlo?
-Creo que un poco todo: estos shows suelen estar muy vivos. Tal vez cosas que al principio yo hacía, en un momento o me aburrieron o siento que ya no me pasaba tanto; entonces eso cambió. Así como fui agregando cosas, y te adaptás también a veces a los lugares a donde vas. Me gusta más ahora charlar un poco con la gente al principio; a veces vas a lugares más chicos y están todos tímidos, hasta que en un momento se empiezan a soltar y surgen las cosas más graciosas.
Por suerte está muy vivo: nunca sabés qué va a pasar. Que ese también es un laburo: uno lo tiene que estar manteniendo vivo. Porque también podría ir y hacer el texto de memoria, de una, y listo; y estaría bien, porque el texto está bien. Pero creo que me hubiese aburrido a los dos meses.
-Ese estilo personal tuyo se caracteriza por la ironía, pero también por esta cercanía con el público. ¿Cómo manejás el equilibrio entre la risa y la emoción, cuando contás cosas tan personales?
-Podemos decir que la risa es una emoción también. Yo busco la risa: cuando uno hace un show de stand up busca más que nada la risa, y por suerte se da, es constante. Son muy pocos los momentos en que no hay risa, tal vez porque estoy diciendo una cosa; pero al toque ya viene otra risa. Eso es para mí lo más importante.
Después lo que pasa es que me esperan a la salida y me dicen: “Esto me conectó con mi hija, que es adolescente”, etc. Me encanta y me parece muy espectacular. Pero yo busco la risa.
-Además del stand up hiciste radio y televisión; incluso hiciste propuestas que tenían que ver con el stand up, pero con otros compañeros. ¿Qué tiene de especial este formato tan unipersonal?
-Este es un show de stand up; tiene la particularidad esa de que cuento mi diario, parte de esa premisa. Pero la verdad es que es un show de stand up. Y lo digo con todo el orgullo de que eso sea no desmereciéndolo, al contrario.
-No por tener ese contenido deja de tener la estructura de un show de stand up.
-No, por supuesto. Y me parece que es lo que busqué también, no es que yo quería hacer otra cosa. El stand up es un estilo de teatro; entonces voy por ahí. Me gusta el stand up, me gusta la cosa directa con la gente; no tener la cuarta pared, y de pronto poder improvisar o poder charlar un poco con la gente. Disfruto eso y creo que hoy ya no hay ni que explicar qué es el stand up: la gente va a ver algo con lo que ya conectaron, ya saben qué es, y por suerte les gusta.
La esencia de la risa
-El humor va cambiando y se va adaptando con el tiempo. ¿Sentís que hay temas que hoy abordás diferente a cuando empezaste?
-Sí, creo que uno por suerte va madurando. Siempre me gusta reírme de mí, pero cuando empecé tal vez lo hacía de una manera un poquito más drástica, más dura; y hoy me trato con más amor. Y eso para mí está buenísimo.
-Una pregunta por la que todo comediante pasa: ¿Qué te hace reír a vos? ¿De qué te reís vos hoy?
-Por suerte me río de muchas cosas, tengo risa fácil. Y sobre todo la gente con la que laburo, en general, o mis amigos, a mí me hacen reír, mi pareja me hace reír. De los comediantes siento que siempre por suerte me rodeé de los que a mí más me hacen reír, y eso es impagable.
Después me hace reír lo cotidiano... no sé, por suerte todo. Gracias a Dios, ¿no? Porque si no sería aburrida la vida. Mis propias torpezas también me hacen reír, me río mucho de mí.
-Si pudieras darle un consejo a la Malena que escribía aquel diario íntimo en la adolescencia, ¿qué le dirías?
-Escribí muchos más diarios, que vas a tener más shows.
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