“Una comedia sobre las mentiras, las ilusiones y la educación que recibimos desde bien pequeños. Dos familias se encuentran en Laponia para celebrar la noche de Navidad y esperar la llegada del Papá Noel, pero una de las criaturas explica a la otra que este hombre con barba blanca no existe y que es un personaje de mentira que utilizan los padres para chantajear a los hijos. Lo que tenía que ser una velada de fiesta e ilusión se convertirá en una batalla entre hermanas, parejas y cuñados, de donde emergerán mentiras, verdades y secretos inconfesables. Género: Comedia. Idioma Valenciano. Duración 75 min.”. (Crítica reseña española... en Valencia, obvio).
“La obra ‘Laponia’ pone en escena un viaje idílico hasta Finlandia que acabará planteando diferentes situaciones éticas y morales que le podrían pasar a cualquiera. El texto arranca un intenso debate sobre las tradiciones, los valores familiares y aquellos secretos inconfesables. Una comedia aclamada por crítica y público ambientada en Finlandia que podrá verse en el Teatro Maravillas Meléndez del 10 de febrero al 7 de mayo, con funciones de martes a domingos. Madrid”. (Crítica en Madrid, que no es el territorio original, Barcelona).
“Autores: Cristina Clemente y Marc Angelet. Dirección: Nelson Valente. Adaptación: Ignacio Gómez Bustamante. Intérpretes: Jorge Suárez, Laura Oliva, Héctor Díaz y Paula Ransenberg. ‘Laponia’ es una comedia, sí, y bien divertida. Pero es de las que incluyen distintas capas y admiten varias lecturas. Una obra que hace honor al género pero con mensaje, algo poco común en estos tiempos post pandémicos, de risas fáciles”. Gustavo Lladós. La Nación. Argentina, Buenos Aires.
Leyendo las críticas de la obra que se estrenó en Mar del Plata sobre el cierre del año 2022 se advierte ese sentido tan gacetilla de plantear lo que se verá sin tomar partido por lo que se vio. Lladós se juega. Eso vuelve valioso su comentario.
Criado a horcajadas de padres entre anarquistas, militantes y pertenecientes a la grey católica soy partidario de “el niñito Dios” antes que asistente del gordo panzón. Recomiendo leer trozo escogido de Alejo Carpentier sobre el tema en su libro “El Recurso del Método”.
Defenderé la ilusión del pesebre ante el Reno de la Nariz Roja. Pero no va por ahí la cosa. La obra plantea, entre risas, que Argentina es un país de mentiras, de sobreentendidos y de malos entendidos.
Las risas en la platea hablan del acierto de la adaptación. Que después sea necesario bromear sobre el tema, para que no duela tanto, es un recurso teatral. Una anestesia sonriente.
Debajo hay otra capa tanto o más dura que la anterior: qué mentiras se aceptan para seguir viviendo y con cuántos secretos se vive sin estallar. Nuevamente es la forma teatral, Comedia, la que permite salir del paso. Es dura la verdad enumerada como defecto. O al revés, los defectos que son verdades.
Pero tal vez, solo tal vez, todo es posible porque las actuaciones son eso: actos voluntarios de encarnación. Esos personajes se toman como buenos porque están encarnándonos y lo hacen a la perfección.
Trabajos sobresalientes y todos los espectadores en uno u otro momento entienden porque les toca, se ven y se perdonan. Esa es la magia verdadera, la del teatro donde nadie es lo que es y sin embargo se entiende, se comprende y se aplaude... y se perdona.
El grupo logra eso: que seamos parte del juego, se repite, de comedia, cuando dentro del texto hay una piedra, es una dura mirada sobre la vida diaria y lejanísimas costumbres que vienen en los ancestros y, por tanto, ancestrales, viejas, molestas.
Ante tanta cuestión coral, teatro de improvisación, macaneo veraniego y rebusques una obra de texto es un bello sitio donde refugiarse.
De los catalanes Cristina Clemente y Marc Angelet la obra que se presenta en Mar del Plata (muchachos, hagan programas para el verano, están repartiendo los de Buenos Aires) con las actuaciones de Jorge Suárez, Laura Oliva, Héctor Díaz y Paula Ransenberg la obra “Laponia” es tan buen acontecimiento aquí como donde se la monte. Nelson Valente dirigió.
Cuando uno busca referencias las alabanzas son muchas. No hay quejas.
De Laura Oliva recordaba con mucho regocijo “Ni con chicos ni con perros” y esto supera aquello, que era muy bueno.
Advertencia: todavía no estoy asustado de la soledad del paisaje junto al mar donde aparece este espectáculo. Todavía. La temporada recién empieza. De la mejor manera. Con “Laponia” y la ausencia de “el niñito Dios”. Cuestión de generaciones. Para algunos es el anciano panzón y la verdad, la calidad del texto obliga no solo al perdón, también al “muy bien te felicito”.