Contra viento y marea, María Elena Walsh sigue siendo una figura central en la cultura latinoamericana. Con una carrera que abarcó más de 50 años, sus trabajos siguen, sorprendentemente, integrando la “playlist” de la infancia hispanoparlante.
A más de 14 años de su fallecimiento, sus obras resisten el paso del tiempo. Un análisis sobre su vigencia y la edición definitiva de la biografía de Sergio Pujol que la redescubre.
Contra viento y marea, María Elena Walsh sigue siendo una figura central en la cultura latinoamericana. Con una carrera que abarcó más de 50 años, sus trabajos siguen, sorprendentemente, integrando la “playlist” de la infancia hispanoparlante.
La pregunta se cae de madura ¿Por qué sus creaciones son tan especiales, al punto que siguen interpelando y conmoviendo a una generación que está casi colonizada por la tecnología y los estímulos visuales?
Hay una certeza: Walsh cambió radicalmente la forma de interacción de los niños con la poesía y la música. Sus canciones, como "Manuelita la tortuga", "El brujito de Gulubú", "El Twist del Mono Liso" y la "Chacarera de los gatos" son himnos de la infancia argentina.
Son obras en verdad notables: entretienen (al fin y al cabo, se trata de chicos) pero también fomentan la imaginación, el juego con las palabras, tan necesario para esa etapa. Y el reconocimiento de ritmos populares.
"Manuelita la tortuga" es un ejemplo perfecto de cómo Walsh sabía apelar a la sencillez y el ritmo para atraer a los niños. Esta canción, junto con otras como “El reino del revés”, son un puente intergeneracional.
Las creaciones de Walsh tienen un condimento particular: toman temas universales (amistad, amor, curiosidad). Pero logran cercanía porque sus personajes y situaciones son auténticos y cercanos.
Además, la música y la poesía de Walsh tienen un ritmo y una melodía que son inolvidables: evocan emociones y crean recuerdos compartidos. Algo que la tecnología, por más avanzada que sea, no puede replicar.
A lo cual se agrega el componente educativo: sus canciones suelen incluir rimas y juegos de palabras que ayudan a los niños a desarrollar su vocabulario y su comprensión lingüística.
María Teresa Andruetto, Isol Misenta, Laura Devetach, Graciela Montes, Ema Wolf, Ricardo Mariño, Luis Pescetti, Hugo Midón y hasta el grupo santafesino Canticuénticos son, en algún punto, continuadores de la obra de Walsh.
Estos días se produjo una novedad en torno a Walsh: apareció la edición definitiva de "Como la cigarra. Biografía de María Elena Walsh" de Sergio Pujol, que se había publicado en los ‘90 y luego en 2011.
Presentada como "una biografía definitiva sobre la voz que marcó generaciones", ofrece una visión profunda de la vida de la artista. Pero demuestra a su vez el interés que sigue concitando su figura, a más de 14 años de su muerte.
A través de conversaciones con Walsh y años de investigación, Pujol presenta el retrato de una figura marcó la infancia, pero que no detuvo su labor allí, sino que también fue defensora de los derechos de la mujer y la libertad de expresión.
Cabe recordar sus versos: “tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo, estoy aquí, resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal, porque me mató tan mal. Y seguí cantando, cantando al sol como la cigarra, después de un año bajo la tierra”.
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