Parecía imposible que la muerte lo alcanzara. Es que Gene Hackman era un coloso, de esos que llenan la pantalla con voz firme y fuego inagotable.
El legendario actor estadounidense fue hallado muerto junto a su esposa en Nuevo México. Un repaso por sus mejores creaciones, en una carrera de más de sesenta años.
Parecía imposible que la muerte lo alcanzara. Es que Gene Hackman era un coloso, de esos que llenan la pantalla con voz firme y fuego inagotable.
Grandote, apasionado, como un roble que desafía tormentas. El tiempo parecía incapaz de doblegarlo. Pero hasta los titanes tienen que descansar: el mundo amaneció con la noticia de su partida a los 95 años.
En su larguísima carrera, Hackman demostró una versatilidad pocas veces vista. Encarnó a villanos carismáticos y héroes atormentados.
A continuación, repasamos cinco de sus personajes más icónicos, los que hicieron de él una leyenda del cine.
Hackman ganó su primer Óscar al Mejor Actor por su interpretación de un policía neoyorquino obsesionado con atrapar a un narcotraficante.
El personaje es un antihéroe arquetípico: rudo, volcánico y dispuesto a romper las reglas para hacer justicia.
La película, dirigida por William Friedkin, es recordada por sus escenas de persecución. El triste e irónico final le pertenece por completo a Hackman.
En una de sus transformaciones más impresionantes, Gene Hackman encarnó al villano de DC Comics, Lex Luthor, en la saga protagonizada por Christopher Reeve.
Con ingenio, carisma y megalomanía, Hackman convirtió a Luthor en el enemigo perfecto para Superman.
A diferencia de otras versiones, su Lex Luthor tiene un tono sarcástico y cínico, que lo emparenta con los villanos de la saga de James Bond. Termina vencido, pero al espectador siempre le quedan ganas de que le vaya bien.
En la película de Clint Eastwood, Hackman hace de un sádico sheriff, un personaje que le valió su segundo Óscar como Mejor Actor de Reparto.
Daggett es un villano lleno de matices: un hombre que, bajo la apariencia de un defensor de la ley, es un tirano que se ensaña con sus víctimas.
Hackman le otorgó al personaje una presencia imponente y aterradora, que además le sirve para desmitificar a los comisarios del western como los que interpretaron antes Gary Cooper o Henry Fonda. A diferencia de ellos, Dagget es injusto y cruel.
En este alegato contra el racismo, basado en hechos reales, Hackman se pone en la piel del agente del FBI Rupert Anderson, quien investiga el asesinato de activistas por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos en los años 60.
El personaje es un hombre curtido y pragmático, que usa su experiencia y astucia para enfrentar la corrupción y el racismo.
Debido a sus métodos poco ortodoxos y a su idea de que el fin justifica los medios, choca a menudo con su jefe, un honesto agente interpretado por Willem Dafoe.
En una de sus últimas grandes actuaciones, Hackman interpretó a Royal Tenenbaum, el patriarca de una familia de genios disfuncionales.
Royal, egoísta y manipulador, intenta redimirse con sus hijos después de años de abandono. Hackman le da al personaje una combinación de humor, tristeza y humanidad.
El papel le valió un Globo de Oro, y su interpretación quedó en el recuerdo.
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