Victoria Ocampo y el cine: una historia de amor y vanguardias
Desde su crítica a “El hombre de Arán” de Robert Flaherty hasta sus proyectos de producción y su vínculo con cineastas como Vittorio de Sica. Victoria Ocampo mantuvo una relación fluida con el cine, una faceta poco conocida de la escritora.
Entre las muchas iniciativas que tuvo Ocampo, figuran sus reflexiones vinculadas al mundo del cine. Foto: Archivo El Litoral
Hoy, 27 de enero, se conmemora un nuevo aniversario de la muerte de Victoria Ocampo, una mujer que marcó el siglo XX con sus aportes a la cultura argentina. Lo llamativo es que existen muchas Victorias, dado que tuvo muchas facetas diferentes, en las que sobresalió. Una de las menos conocidas, posiblemente por la potencia de las demás, es la de cinéfila. Que, sin embargo, se reflejó en su trabajo como editora, en las páginas de la revista Sur, y en sus intentos de incursionar en la producción cinematográfica.
Ocampo con escritores. Foto: Archivo
A lo largo de su vida, tuvo una relación cercana con el cine, al que reconoció como una de las formas de expresión más poderosas del siglo XX. En la revista Sur ofreció ya en la década de 1930 una reseña sobre el documental “El hombre de Arán” de Robert Flaherty, un documental sobre la vida cotidiana de los habitantes de las islas de Arán, que describe a lucha diaria por la supervivencia y las dificultades del trabajo en el mar. Ocampo fue capaz de resaltar la capacidad del cine para narrar historias conmovedoras y universales.
Gaumont British
A lo largo de los años, la revista Sur se convirtió en una de las principales publicaciones culturales de Iberoamérica y el cine estuvo presente. En 1974, según recuerda José Miguel Onaindia en un artículo publicado en 2019 por Perfil, Ocampo dedicó un número especial al cine, recopilando escritos de figuras como Malraux, Borges, Cortázar, Caillois y el crítico uruguayo Homero Alsina Thevenet.
Portada de la revista Sur. Foto: Secretaría de Cultura de la Nación
Además de ser una crítica apasionada, Ocampo también se dedicó a pensar el cine en términos de impacto social y cultural. Tal como recuerda Onaindia, intentó varias veces que cineastas como Sergei Eisenstein y Vittorio De Sica filmaran en Argentina, lo que revela su interés por incorporar el cine internacional en la cultura nacional.
Victoria Ocampo en una conferencia sobre Lawrence de Arabia que realizó en Santa Fe. Foto: Archivo El Litoral
La película perdida
Victoria también incursionó en la producción cinematográfica. Uno de los proyectos de este tipo fue “Tararira (la bohemia de hoy)”, una película dirigida por el poeta rumano Benjamin Fondane, quien luego sería asesinado en el campo de concentración de Auschwitz por los nazis. El film, considerado el único en suscribir al surrealismo en Argentina, contó con la participaron actores del Cuarteto Aguilar español, Iris Marga y Orestes Caviglia. Fue producido en 1936, pero no se estrenó.
Benjamin Fondane. Foto: Colección B. Fondane
Dana Duma, autora del libro “Benjamín Fondane cineasta”, escribió en un artículo publicado en 2017 por La Gaceta que “al igual que las nuevas y sofisticadas comedias que comenzaban a realizarse en Hollywood, la película tenía un sinfín de personajes secundarios muy pintorescos, entre los cuales había un ministro, bailarines, policías. Las influencias de las comedias de Mack Sennett, las de Chaplin o de los hermanos Marx, pero también de la Commedia dell Arte, se mezclaban en esa película con escenas donde dominaba lo cómico de la destrucción, tipo burlesco, y en el que se ironizaba sobre el conformismo. Un film hecho con una gran apuesta al humor absurdo”.
El impacto del neorrealismo
En la década del ‘40, Victoria fue testigo de cómo el neorrealismo italiano transformaba los códigos del cine clásico. Esta corriente, encabezada por cineastas como Vittorio De Sica, cambió la manera de contar historias en la pantalla, alejándose del cine de estudio y acercándose a una representación más cruda y realista de la sociedad.
Produzioni De Sica (PDS)
Ocampo, siempre atenta a las innovaciones, estableció una correspondencia con el propio De Sica y se interesó por su cine. Eran tiempos en que “Ladrón de bicicletas” provocaba una renovación a través de la historia de un hombre pobre que lucha por recuperar su bicicleta robada, una síntesis de las dificultades sociales y económicas de la posguerra en Italia. El neorrealismo se convirtió en una de las influencias para Victoria y su relación con De Sica mostró la admiración mutua.
El director Vittorio de Sica. Foto: Archivo
Su amor por el séptimo arte se reflejó en sus escritos, en sus proyectos de producción y en su capacidad para anticipar las grandes transformaciones culturales de su tiempo. Su trabajo en Sur permitió que el cine argentino y latinoamericano se abriera al mundo, contribuyendo a la internacionalización del cine argentino y posicionándolo como un referente cultural.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.