El múltiple homicida Carlos Eduardo Robledo Puch generó un revuelo en el penal de máxima seguridad de Sierra Chica, en Olavarría, al desaparecer de la vista de los guardiacárceles por un par de horas, según se supo por diversas fuentes, aunque el Servicio Penitenciario bonaerense indicó que se trató "a lo sumo de diez o quince minutos" el tiempo que no fue visto.
La versión oficial indica que Robledo Puch, que realiza tareas en el taller de sastrería del penal donde cumple cadena perpetua, al terminar su turno no fue encontrado por el guardia que acudió en busca de ayuda ante el temor de fuga, pero al regresar lo encontraron en el lugar.
Según explicaron voceros penitenciarios, se había escondido detrás de una puerta, por lo que fue sancionado con dos horas de castigo en el pabellón de "separación".
En tanto, el sitio olavarriense Infoeme revela que los carceleros "se dieron cuenta que no estaba después del control de rutina en el pabellón 10, destinado a personas homosexuales; la situación se tornó absurda, utilizaron perros adiestrados y todo el personal fue abocado a la búsqueda del interno bonaerense más antiguo, siempre dentro de la cárcel".
"Pasaron más de tres horas hasta que Robledo Puch fue descubierto y terminó el juego. El hombre que en su juventud consumó el espeluznante récord de once muertes en un año, sólo se había escondido", señala el portal que calificó como "una diablura" la desaparición que revolucionó a todo el personal del penal de Sierra Chica.
Robledo Puch (58) está sindicado como el delincuente más peligroso de la historia criminal argentina, a quien la justicia encontró culpable de la lista de delitos más larga atribuida a una sola persona. Entre mayo de 1971 y el día de su detención en 1972, cometió diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, 17 robos, una violación, un abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos.
DYN