La basura de Rosario: en qué quedó la discusión del nuevo servicio de higiene y recolección
Fue hace casi un año cuando el Palacio Vasallo habilitó que el contrato celebrado con la empresa Limpar Rosario SA y con LIME Rosario Sa, correspondiente a la zona Norte y Sur de la ciudad, respectivamente, se mantuvieran en idénticas condiciones hasta 2024.
Otro punto que generó una polémica nació a partir de que el gremio de los recolectores de basura propuso incinerar los residuos. Esto desencadenó un fuerte malestar por parte de los ambientalistas que inmediatamente salieron al cruce y desecharon esa posibilidad y ofrecieron otra salida.
Foto: Archivo
La basura en Rosario sigue siendo un problema. Resulta que el servicio de recolección de residuos, que fue prorrogado –nuevamente- por dos años (hasta julio del año que viene) sigue sin ser discutido en el Concejo, pese a que ya se envió el nuevo pliego para tratar.
Fue hace casi un año cuando el Palacio Vasallo habilitó que el contrato celebrado con la empresa Limpar Rosario SA y con LIME Rosario Sa, correspondiente a la zona Norte y Sur de la ciudad, respectivamente, se mantuvieran en idénticas condiciones hasta, por lo menos, 2024.
Tras insistencia por parte de ediles como de ambientalistas, ante un retraso en el envío oficial de un nuevo pliego para tratar mejoras en el servicio de higiene, el municipio finalmente envió una propuesta al mismo tiempo que licitó la compra de ocho nuevos camiones recolectores para el Ente Autárquico Servicio Urbano de Mantenimiento Ambiental Rosario (SUMAR) por un monto de 809.633.000 pesos.
Sobre cómo viene el tratamiento de esta nueva propuesta, desde la ONG Taller Ecologista señalan que “no hay novedades” y que es “probable” que no se vuelva a discutir en tiempo y forma, dado que cuentan con el antecedente del 2010 en el que estuvieron “dos años debatiendo” el contrato vigente, expresó a El Litoral Mirko Moskat.
Al tratarse de un año electoral, el tema pareciera quedar pospuesto para las próximas autoridades que asuman o renueven sus puestos. Este es el presentimiento de los ambientalistas que vienen siguiendo con atención el tema.
El tema reviste de alta importancia para Rosario al tratarse del contrato más caro que tiene la ciudad. En mayo del año pasado, cuando se prorrogaba el contrato por 14 meses más, las cifras superaban los 3.500 millones de pesos divididos entre las firmas Lime y Limpar y más de 500 millones para la estatal Sumar, lo cual podría ser aún mayor ante una inflación anual de tres dígitos.
Lo que se busca
La idea es poder hacer un nuevo llamado a licitación para armar contratos con exigencias actualizadas. Entre ellas, incorporar una nueva ordenanza de Basura Cero, algo que primero debe aprobar el Palacio Vasallo, para poder incorporarla en los convenios con las compañías que se hagan cargo de la recolección de residuos.
Como el municipio debía entregar los nuevos pliegos para analizarlos en noviembre del 2021 y recién llegaron a mitad del 2022, tanto referentes de la oposición como ambientalistas detectaron suspicacias. La que más resonaba era la que hacía referencia a una intencionalidad de extender por un año más la prórroga de los contratos llevando a que la licitación sea tratada en un período electoral. La realidad es que se postergó aún más allá, recién en 2024.
Ante la decepción que provocó la ordenanza vigente de Basura Cero, que lejos de disminuir se duplicaron los volúmenes de residuos que se entierran en el relleno sanitario en la localidad de Ricardone, así como los que llegan a la planta de compostaje en Bella Vista, la intención es aprobar un nuevo proyecto con objetivos "cumplibles" y que se incorporen nuevas obligaciones a los contratos de las firmas de recolección.
La propuesta
Según explicó el secretario de Ambiente y Espacio Público de la Municipalidad, Nicolás Mijich, en el Concejo en la presentación del nuevo plan, indicó como avances que la actual concesión es de ocho años más un año de prórroga, en tanto el que está en tratamiento será de siete años, más uno de prórroga.
También, detalló que en este pliego que presentaron está prevista la inclusión de contenedores, gestión iniciada desde el Palacio de los Leones en 2001 con los primeros dispositivos de plástico y que en 2003 llegaron a tres mil; en tanto en 2011 fueron siete mil, año en el que se licitó el actual sistema con las empresas Impar y Lime. En 2007 se incluyeron Barrios Verdes (con servicio puerta a puerta), un 70% de las cuadras contenerizadas y un total de nueve mil contenedores metálicos en la actualidad.
“La prórroga que se propone es de 24 meses porque es el tiempo que se necesita en el proceso licitatorio iniciado en enero”, apuntó el funcionario, en el momento de exponer el proyecto actual que deberá debatir el cuerpo.
A su vez, el nuevo pliego incluye cinco millones de pesos de inversiones. Y al referirse a las variables económicas afirmó que en agosto de 2011 el dólar oficial valía 4,17 pesos, siendo que hasta la fecha aumentó 30 veces, mientras que el dólar blue se incrementó 53 veces, y el euro 22 veces.
En el actual sistema, “se mantendrán las zonas de recolección domiciliaria e higiene con Limpar, Lime, mientras que Sumar –surgida en 2009 y expandida desde el microcentro hacia otros sectores como Fonavis– se encargará solo de recolección, con la representación de un esquema de casi tres tercios”.
Dentro de las premisas se incluye “la obligatoriedad en la separación de residuos en los sectores que cuenten con servicios disponibles; generación de un plan para eliminar los plásticos de un solo uso; profundización de la recolección diferenciada por corrientes (reciclables, orgánicos y restos) y ampliación de los servicios; separación obligatoria en tres fracciones (orgánicos, reciclables y restos) para todos los grandes generadores; planificación de estrategias para propiciar la sustentabilidad económica del tratamiento y reciclaje de residuos, con inclusión social”.
Mijich también hizo una evaluación de las gestiones sucesivas y planteó que en el actual servicio se incluye perspectiva de género en la contratación, modernización de equipamiento, incorporación de energías alternativas, monitoreo por sistema GPS. Con respecto al control de los incumplimientos, señaló: “Hoy validamos el 100% de los reclamos de los vecinos, y se descuentan (a las empresas) los servicios que no son prestados”, indicó en el Concejo.
Dentro del equipamiento que se incorporará en el nuevo pliego, detalló “camiones almejas y minipalas” y otros recursos que permitirán mantener la higiene de los “puntos de arrojo crónicos”, en los que se generan minibasurales. Según el esquema de servicios la zona norte incluirá 5.600 cuadras, la zona de Sumar 2.550 cuadras, y zona sur 6.100.
Con respecto al programa de separación de residuos de los 295 mil habitantes que se incluyen en la fracción se reciclables se pasará a 600 mil de la población servida, según las metas.
Las polémicas
Sin embargo, el malestar de algunos ediles se dio al saber que no se incluye a los recuperadores y recuperadoras informales al nuevo servicio de recolección urbana. Mijich recordó que “la integración se está dando en el tratamiento y recuperación de materiales, y que hay 300 personas incorporadas a esas tareas a través de cooperativas, pero admitió que “en el nuevo pliego no están contemplados para la recolección”.
Al respecto, Juan Monteverde de Ciudad Futura cuestionó esta ausencia en el pliego. “Se trata de una gestión pública” y si bien “Rosario está muy bien en términos de higiene urbana, en términos climáticos y sociales tenemos una crisis muy fuerte”, por eso “es importante acelerar el proceso y para eso hay que tener decisión política”, apuntó.
Otro punto que generó una polémica nació a partir de que el gremio de los recolectores de basura propuso incinerar los residuos. Esto desencadenó un fuerte malestar por parte de los ambientalistas que inmediatamente salieron al cruce y desecharon esa posibilidad y ofrecieron otra salida.
La idea del sindicato radicaba básicamente en incorporar la incineración, algo que ya se practica en diversas ciudades de Europa, por ejemplo, según indicaron.
Se trata de una técnica de tratamiento de residuos que permite reducir su volumen, su peso y modificar su composición. Consiste en someter los residuos a un proceso de oxidación a elevada temperatura. Funciona a través del calor, los componentes orgánicos de los desechos reaccionan con el oxígeno del aire y se transforman en dióxido de carbono y agua.
Desde la ONG Taller Ecologista, que vienen siguiendo e insistiendo con un servicio de recolección de residuos sustentable, expresaron su total rechazo a la iniciativa del gremio y señalaron algunos puntos en los que exponen sus propuestas de cara al nuevo pliego que se comienza a debatir en el Concejo.
“Consideramos que la incineración de residuos es una propuesta inadecuada para el siglo XXI. Destruir recursos en vez de conservarlos no es una opción. La incineración nunca podrá ser sustentable. Lo que necesitamos es disminuir la cantidad de residuos que producimos, transformar nuestros modos de producción y consumo, compostar y reciclar cada vez más. La incineración perpetúa una lógica insustentable y bloquea el camino a las verdaderas soluciones”, había señalado a El Litoral, Cecilia Bianco.
La activista detalló que aproximadamente “un 25% del peso de los residuos incinerados se convierten en cenizas tóxicas” que requieren una disposición en un relleno de seguridad. Al quemar un material “perdemos la energía que se utilizó para producirlo”, por lo que en definitiva los incineradores lo que hacen es “derrochar energía, no generarla, como a veces se promociona”.
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