Quienes en los últimos días recorrieron las playas del lago de Salto Grande vieron el grado de avance que tuvo el fenómeno de la población de algas, popularmente conocido como verdín.
La multiplicación de la floración algal tiñe las aguas y afecta a todo el ecosistema. El lago no puede ser disfrutado por bañistas y los animales del lugar sufren consecuencias. No hay respuesta oficial del gobierno de Rogelio Frigerio. Turismo en Entre Ríos: todos los verdes.
Quienes en los últimos días recorrieron las playas del lago de Salto Grande vieron el grado de avance que tuvo el fenómeno de la población de algas, popularmente conocido como verdín.
Sin que hasta el momento haya una respuesta de algún organismo oficial del Gobierno de Entre Ríos de Rogelio Frigerio al respecto, algunos sectores del embalse formado por Salto Grande quedaron directamente “inutilizables” por parte de los bañistas, debido al aumento histórico de las cionabacterias, un fenómeno que está afectando a toda la cuenca del río Uruguay, pero que se concentra de manera alarmante en el lago aguas arriba de la represa.
Las imágenes que se ven en el lugar grafican el estado que presenta el agua del embalse. Las fotos permiten ver cómo incluso las algas dejan sus marcas con las variaciones en el nivel.
Sin embargo, una de las postales más impactantes es la foto en la que se ve a varios de los carpinchos -que viven en las inmediaciones de Puerto Luis- cubiertos por una capa de algas en todo su pelaje.
Si bien en este verano no hay información oficial puntual sobre lo que sucede específicamente en el lago de Salto Grande, en años anteriores expertos explicaron que la presencia de algas en el río Uruguay se produce cuando hay condiciones ambientales específicas, como altas temperaturas, bajos caudales y estancamiento del agua. E incluso se advertía que pueden causar reacciones alérgicas, problemas gastrointestinales, irritación de la piel y los ojos.
Según se sabe, los nutrientes de las cianobacterias aparecen por aportes de ciclos naturales, y por actividades humanas que contribuyen con el volcado de desechos ricos en nitrógeno y fósforo.
El crecimiento de las poblaciones urbanas, la intensificación del uso de fertilizantes en la agricultura, el aumento del volumen de efluentes domiciliarios e industriales, con carga de nitrógeno y fósforo, y el cambio climático, están acelerando estos procesos en todo el mundo.
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