La erupción del volcán Sangay ha afectado a unas 55.000 hectáreas de cultivos de plátano en las provincias ecuatorianas de Guayas y Los Ríos, en Ecuador. La ceniza expulsada por ese monstruo amenaza dejar a muchos países del mundo sin plátanos.
El daño causado podría generar pérdidas de hasta el 30% de la producción.
La erupción del volcán Sangay ha afectado a unas 55.000 hectáreas de cultivos de plátano en las provincias ecuatorianas de Guayas y Los Ríos, en Ecuador. La ceniza expulsada por ese monstruo amenaza dejar a muchos países del mundo sin plátanos.
Cuatro empresas de Guayas y Los Ríos exportan cada semana la quinta parte de los plátanos que se producen en todo el país. Pero la ceniza de Sangay que entró en erupción el 20 de septiembre amenaza con afectar a casi 1,5 millones de cajas de esta fruta. El daño causado a un territorio tan vasto amenaza con generar pérdidas del 30% en la producción.
Actualmente Ecuador cuenta con cultivos de plátano que cubren 190.381 hectáreas. Las principales provincias que producen esta fruta son Los Ríos, Guayas y El Oro. Sus agricultores exportan sus alimentos principalmente a la UE, Rusia y Oriente Medio. Si bien la escasa producción amenaza con generar un déficit en los respectivos mercados, Richard Salazar, director de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano, advierte que aún es muy pronto para hablar de cuál sería el impacto final de la ceniza sobre las exportaciones, informa el periódico El Comercio.
Juan José Pons, coordinador del clúster bananero de Ecuador, explicó que Naranjito, El Triunfo, Guayas, Mata de Cacao (Babahoyo) y Los Ríos son las jurisdicciones que han salido más afectadas por la erupción. "La caída de ceniza interrumpe el proceso adecuado de maduración del banano, por lo que ahora los trabajadores en campo deberán hacer un trabajo más minucioso para evitar la pérdida de producto", explicó ecuatoriano.
Medidas para paliar el efecto negativo
Enfrentándose a esa emergencia, el Ministerio de Agricultura y Ganadería trazó un par de directrices a seguir por parte de los productores. Ante todo, ellos deben cosechar la fruta de acuerdo al llamado sistema de escalera en los territorios donde ha caído más ceniza. Es decir, necesitan cortar primero el racimo y no tocar ninguna hoja. Además, los agricultores tienen que evitar cortar y quitar los tallos echados a perder a las plantas cosechadas en ese momento. También se recomienda que se abstengan tanto de regar los racimos en día de cosecha y como usar bombas y motobombas para limpiar los cultivos, y que laven bien los aparatos que protegen la fruta.
Dos días después de la erupción, los granjeros de la finca de Manuel Quintuña todavía tenían al menos 24 hectáreas de plantaciones cubiertas con la espesa ceniza. Sus técnicos y trabajadores han empezado a detectar fruta con calidad deteriorada que no puede ser exportada al extranjero. Hasta el 20 de septiembre, esta finca solía perder tan solo el 2% de la fruta, pero con la caída de la ceniza esta cifra aumentó. De las 1.440 cajas semanales que produce, Quintuña no podrá exportar el 10%, calcularon sus agricultores.
Iván Cabrera, vicepresidente de la Corporación Regional de Bananeros de Ecuador (Agroban), explicó que las pérdidas varían en función de la finca. Los agricultores que utilizan fundas protectoras de racimo serán los menos afectados por la ceniza. El resto perderá el 25% de su producción.
A su vez Johnny Cruz, experto de la Asociación Los Chirijos, se quejó de que ahora los agricultores locales experimentan dificultades a la hora de cumplir con las cuotas de la fruta establecidas por las empresas exportadoras. El cupo semanal llega a 4.000 cajas. "Por ahora nos hemos apoyado en diferentes productores para poder llenar los contenedores", aseveró.
La Asociación Los Chirijos incluye a 33 pequeños agricultores de Guayas que exportan plátanos en gran parte a Rusia.