Casi 48 horas después de la polémica entrevista concedida por el príncipe Harry y Meghan Markle a Oprah Winfrey, y emitida la noche del domingo en el canal estadounidense CBS, la reina Isabel II se pronunció.
La soberana pretende terminar con las especulaciones que se han levantado, especialmente aquella que tiene que ver con el racismo.
Casi 48 horas después de la polémica entrevista concedida por el príncipe Harry y Meghan Markle a Oprah Winfrey, y emitida la noche del domingo en el canal estadounidense CBS, la reina Isabel II se pronunció.
La tarde de este martes, exactamente a las 18:30 horas de la tarde (hora británica), Buckingham Palace envió un comunicado en nombre de la soberana de Reino Unido.
"Toda la familia está entristecida al conocer el alcance total de cuán desafiantes han sido los últimos años para Harry y Meghan. Las cuestiones planteadas, especialmente la racial, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia".
Con este comunicado, la reina pretende terminar con todas las especulaciones que se han levantado tras la entrevista, especialmente aquella que tiene que ver con el racismo. Y es que, según contó el príncipe Harry, un miembro de la familia le llegó a preguntar si sus futuros hijos con Meghan Markle serían muy oscuros de piel.
Aunque el príncipe se negó a decir quién había sido, para no dañar más a la monarquía, ya hay especulaciones sobre quién pudo pronunciar dichas palabras. La propia Oprah Winfrey contó un día después que Harry le había confesado en privado, tras la grabación del programa, que no habían sido ni Isabel II ni el duque de Edimburgo, por lo que ahora la sombra se pone sobre el príncipe Carlos o el príncipe Guillermo, aunque no se descartan a los tíos paternos del príncipe, Andrés y Eduardo. Una auténtica caza de brujas para conocer quién está detrás de ese comentario racista.
El comunicado