El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha sido procesado por corrupción en la jornada más dramática de su dilatada carrera política iniciada como joven diputado en 1988.
El veterano líder del Likud no logró convencer al fiscal general en la audiencia de octubre y deberá ir a juicio por soborno, fraude y abuso de confianza si no logra la inmunidad parlamentaria.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha sido procesado por corrupción en la jornada más dramática de su dilatada carrera política iniciada como joven diputado en 1988.
Tras tres años de investigaciones y la audiencia celebrada en octubre con los abogados del líder conservador, el fiscal general de Israel Avijai Mandelblit ha decidido llevarle a juicio por fraude, soborno y abuso de confianza. Una bomba de relojería jurídica y política activada en tres casos relacionados con la recepción de regalos de amigos multimillonarios y las maniobras ante un influyente empresario para recibir una cobertura informativa favorable.
Si no hay un acuerdo -hoy en día imprevisto- en el campo judicial (con la Fiscalía) y político (Gobierno con Gantz siendo éste primero en la rotación), Netanyahu se convertirá en el primero que se sienta en el banquillo de acusados como primer ministro en Israel. Su antecesor Ehud Olmert fue juzgado y enviado a la cárcel como ex jefe de Gobierno.
La ley establece que puede seguir siendo primer ministro hasta la sentencia definitiva de la Justicia al tiempo que intentará pedir la inmunidad en el Parlamento siempre y cuando el bloqueo político se lo permita. Pero la acusación formal coloca más nubarrones en la Knésset, que abría hoy un periodo de 21 días para evitar las terceras elecciones en un año, ya que Azul y Blanco de Gantz prometió no gobernar bajo el liderazgo de un imputado. El hecho que Mandelblit haya incluido "soborno"-la defensa preveía la imputación pero no incluyendo este cargo- aleja las opciones de un Gobierno de unidad.
Arropado por las bases del Likud y con más vidas que la de los numerosos gatos que caminan en Jerusalén, Netanyahu rechaza rotundamente las acusaciones reiterando su alegato de inocencia en todos los casos especialmente en lo que respecta al de la cobertura informativa positiva.
En las últimas semanas, Mandelblit se encerró con su equipo en su oficina de Jerusalén para blindarse del ruido exterior que le exigía imputación o cierre de ls causas y tomar la decisión más importante de su vida. "Netanyahu tiene muchas capacidades. Tomé la decisión con el corazón pesado pero de todo corazón y de acuerdo a las pruebas. Es un día duro y triste para todos y para mi personalmente. No es un tema de derecha o izquierda sino nuestra obligación como garantes de la Justicia hacia los ciudadanos", ha afirmado Mandelblit aclarando que "el argumento de que no hay soborno sin dinero no tiene fundamento".
"El Estado de Israel contra Netanyahu" tiene tres expedientes. En el "Caso 1000", abuso de confianza y fraude por recibir de forma sistemática cajas de puros y champán del productor de Hollywood, Arnon Milchan y el magnate australiano James Packer. Netanyahu y su esposa Sara replican que es legal recibir regalos de amigos personales negando cualquier contraprestación. Mandeblit asevera que el primer ministro intentó ayudarles en trámites financieros y burocrático a cambio de los regalos valorados en 200.000 euros.
En el "Caso 2000", Netanyahu pidió al magnate de prensa Arnon Mozes que reduzca las críticas de su diario Yediot Ajaronot y a cambio lograría reducir la difusión de su principal competencia, el diario Israel Hayom de su amigo el multimillonario Sheldon Adelson. Netanyahu replica que no eran conversaciones serias y que a fin de cuentas no tuvieron ningún fruto.
La joya de la corona es el "Caso 4000" que aporta el cargo más grave: dar soborno. Mandelblit le acusa de tomar medidas regulatorias favorables a la empresa de telecomunicaciones "Bezek" en su fusión con la plataforma de televisión "Yes". A cambio, su propietario Saúl Elovitch ordenó una cobertura informativa favorable de su popular digital Walla*. Las filtradas conversaciones entre el director general de la web, Ilan Yeshua y el matrimonio Elovitch muestran cómo modificó contenidos para satisfacer a la pareja Netanyahu y su hijo Yair. Netanyahu alega que el medio de su amigo, también acusado de soborno, no cambió su trato desfavorable.