El Litoral
Más de un 60 por ciento de los griegos rechazó las propuestas de los acreedores internacionales en un referéndum. El primer ministro Alexis Tsipras dijo que quiere volver a la mesa de negociaciones para encontrar una solución a la crisis de deuda.
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DPA
Los griegos dijeron hoy "no" a los ajustes al rechazar por más de un 60 por ciento las propuestas de los acreedores internacionales en un referéndum y el gobierno del primer ministro Alexis Tsipras apuntó que quiere volver a la mesa de negociaciones para encontrar una solución a la crisis de deuda.
"Hoy celebramos la victoria de la democracia. Mañana continuaremos nuestro esfuerzo por alcanzar un acuerdo", escribió Tsipras en Twitter. "El pueblo griego tomó una decisión histórica y valiente. Su respuesta modificará el diálogo actual en Europa", apuntó.
Tras el conteo del 95 por ciento de los votos, el "no" obtenía un 61,46 por ciento, mientras el "sí" lograba el 38,54 por ciento, según los datos del Ministerio del Interior. Los datos sorprendieron a todos, después de que las encuestas pronosticaran un resultado ajustado.
"La prioridad es la reapertura de los bancos", señaló Tsipras en un discurso televisado. La votación tuvo lugar después de una semana de cierre de los bancos y de medidas de control de capital, en la que Atenas no pudo hacer frente al pago de unos 1.600 millones de euros (1.800 millones de dólares) al Fondo Monetario Internacional (FMI) y expiró su segundo programa de rescate europeo.
El jefe de gobierno dijo que no hay ganadores ni perdedores de la consulta y señaló que su país sigue dispuesto a emprender reformas, pero advirtió que se necesitan inversiones y una reestructuración de la deuda.
El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, también apuntó que Atenas debe volver a buscar un acuerdo con los acreedores internacionales. "Los llamaremos uno por uno para buscar puntos en común", señaló en una declaración televisada.
"A partir de mañana comenzaremos a sanar nuestras heridas", manifestó el ministro, que había anunciado que renunciaría a su cargo si se imponía el "sí" en la consulta.
Si bien el paquete de rescate al que estaban vinculadas las exigencias de los acreedores venció el 30 de junio, el resultado del referéndum es considerado una pieza clave en la decisión sobre cuál será la solución a tomar por Atenas en la crisis de deuda.
Aunque Tsipras ha repetido incesantemente que una victoria del "no" no significa una salida del euro, hay temores de que finalmente ocurra así, aunque la legislación europea no prevé mecanismos para que un país abandone la moneda común.
Los líderes de los 19 países de la eurozona mantendrán una cumbre de emergencia el martes en Bruselas para analizar el resultado del referéndum, informó hoy el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
El lunes, la canciller alemana, Angela Merkel, viajará a París para hablar sobre la victoria del "no" con el presidente francés, François Hollande. "Ambos están de acuerdo en respetar el voto de los ciudadanos griegos", indicó una breve declaración del gobierno alemán emitida tras una conversación telefónica entre los líderes de las mayores economías de la eurozona.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, tiene previsto debatir el tema mañana en una teleconferencia con el jefe del Consejo Europeo Tusk, el líder del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.
Apenas se conocieron los primeros resultados oficiales estallaron los festejos en el centro de campaña del "no". La televisión mostró cómo cientos de seguidores del rechazo a los ajustes se congregaron en la plaza que se ubica frente al Parlamento en Atenas para celebrar.
"Esto demuestra que el pueblo griego no puede ser presionado, aterrorizado y amenazado. Gana la democracia", escribió en Twitter el ministro de Defensa griego, Panos Kammenos, jefe del partido populista de derecha Griegos Independientes (Anel).
Por su parte, el líder del principal partido opositor griego, Antonis Samaras, anunció hoy su renuncia a la conducción de Nueva Democracia. El político, que abogaba por el "sí", instó a los socios en la Unión Europea a que ayuden al gobierno de Tsipras a encontrar "una solución firme" a la crisis de deuda de Grecia.
La participación en el referéndum fue de más del 50 por ciento, según indicó el ministro del Interior, Nikos Voutsis. Esto permite que su resultado sea jurídicamente válido.
Casi diez millones de griegos con derecho a voto estaban llamados a las urnas en más de 19.000 colegios electorales, después de que Tsipras convocara el referéndum por sorpresa el 27 de junio tras una ruptura de las conversaciones entre Atenas y sus acreedores.
Los acreedores advirtieron que una victoria del "no" podría complicar aún más la situación de Grecia. Juncker dijo el viernes que la posición de Grecia en las negociaciones se "debilitaría dramáticamente" en ese caso. En cambio, Tsipras consideró que el rechazo al plan de ajuste fortalecería la posición negociadora de su país.
El referéndum también era visto como un voto de confianza para el gobierno de Tsipras, que llegó al poder en enero prometiendo combatir las medidas de austeridad. Según los analistas, al líder de izquierda no le quedaba más remedio que dimitir si hoy ganaba el "sí".