El Gobierno de China anunció este sábado que impondrá aranceles a productos canadienses como el aceite de colza y la carne de cerdo, en respuesta a los gravámenes de Canadá sobre los autos eléctricos chinos.
Pekín denuncia que la decisión canadiense afecta “el orden normal del comercio”. El Ministerio de Comercio del gigante asiático indicó que aplicaría un arancel de 100 por ciento al aceite de colza, las tortas de aceite y guisantes procedentes del país norteamericano.
El Gobierno de China anunció este sábado que impondrá aranceles a productos canadienses como el aceite de colza y la carne de cerdo, en respuesta a los gravámenes de Canadá sobre los autos eléctricos chinos.
El Ministerio de Comercio del gigante asiático indicó que aplicaría un arancel de 100 por ciento al aceite de colza, las tortas de aceite y guisantes procedentes del país norteamericano.
Los productos marinos y el cerdo, en tanto, enfrentarían gravámenes de 25 por ciento, todos los cuales entrarán en vigor a partir del 20 de marzo.
Esta decisión llega en un momento en que tanto Canadá como China se enfrentan a tensiones comerciales cada vez más profundas con Estados Unidos, que bajo la presidencia de Donald Trump ha lanzado varias medidas arancelarias en su contra.
Una investigación del Ministerio de Comercio chino determinó que las políticas canadienses afectan "el orden normal del comercio y dañan los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas".
"China urge a Canadá corregir inmediatamente sus malas prácticas, levantar sus medidas restrictivas y eliminar sus efectos negativos", declaró un portavoz del ministerio.
Los gravámenes se producen después de que Ottawa anunciase el pasado agosto aranceles del 100% a la importación de vehículos eléctricos chinos, así como otro del 25% al acero y aluminio procedentes del gigante asiático, una decisión que el Ministerio de Comercio de China calificó este sábado de "típica práctica proteccionista" y de "discriminatoria".
La medida canadiense es similar a la adoptada por Estados Unidos para contener la entrada de vehículos chinos a América del Norte.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, justificó en su momento la medida señalando que China subvenciona a sus empresas en detrimento de sus competidores occidentales, un razonamiento similar al esgrimido por otros actores como la Unión Europea.
Poco después de la entrada en vigor de dichas tasas, China presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y acusó a Canadá de "insistir en seguir a ciertos países para tomar medidas unilaterales de contención contra China”, en referencia a Estados Unidos.
Brasil y Estados Unidos iniciaron un diálogo sobre los aranceles a las importaciones anunciados por el presidente Donald Trump, a pocos días de que entren en vigor.
Las relaciones comerciales entre Brasilia y Washington se tensaron tras el anuncio del mandatario republicano, que fijó aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio.
Está previsto que las nuevas políticas aduaneras se apliquen desde el 12 de marzo. Los gravámenes afectarán fuertemente a Brasil, segundo proveedor de acero de Estados Unidos.
En una conversación telefónica el viernes, el ministro de Exteriores brasileño, Mauro Vieira, y el nuevo representante de Comercio estadounidense, Jamieson Greer, acordaron crear "un grupo de trabajo (...) para tratar de temas arancelarios", dijo la cancillería en su cuenta de X.
El grupo técnico prevé una posible reunión virtual para la próxima semana, según el ministerio.
Vieira resaltó el superávit comercial favorable a Estados Unidos y el papel estratégico de Brasil como proveedor de insumos para la industria estadounidense.
La conversación se produjo un día después de que el vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin, sostuviera una videoconferencia con Greer y con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick.
Durante el encuentro, Alckmin destacó que la balanza comercial bilateral asciende a unos 80.000 millones de dólares, con un superávit de 200 millones favorable a Estados Unidos.
Además, subrayó que ocho de los diez principales productos que Brasil importa de Estados Unidos están libres de aranceles.
Ambos acordaron mantener nuevas reuniones bilaterales "en los próximos días", según un comunicado del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio.
Tras el anuncio de Trump, Lula advirtió que su país responderá con "reciprocidad" si Washington concreta las medidas.
"Si gravan el acero brasileño, reaccionaremos comercialmente, denunciaremos ante la Organización Mundial de Comercio o impondremos aranceles a los productos que importamos de ellos", afirmó el mandatario izquierdista en una entrevista con una radio brasileña.
Brasil es el segundo mayor proveedor de acero de Estados Unidos después de Canadá, con 4,08 millones de toneladas de acero exportadas a Estados Unidos en 2024.
Durante su primer mandato entre 2017 y 2021, Trump ya impuso aranceles del 25% sobre el acero, que luego desmontó parcialmente.
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