Israel continuará el bloqueo del acceso de ayuda humanitaria al territorio gazatí
Así lo confirmó en las últimas horas el ministro israelí de Defensa. "Bloquear esta ayuda es una de las principales palancas de presión para evitar que Hamás la use como una herramienta contra la población", dijo el funcionario.
Los limitados suministros se han agotado y hay riesgo de hambruna a la población gazatí.
"La política de Israel es clara: en Gaza no entrará ninguna ayuda humanitaria. Bloquear esta ayuda es una de las principales palancas de presión para evitar que Hamás la use como una herramienta contra la población", afirmó el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, en su cuenta de X.
El funcionario de Israel hizo esta aclaración luego de haber declarado que "la política de Israel en Gaza, dirigida por el mando de las FDI con el respaldo de la cúpula política incluye detener la ayuda humanitaria que socava el control de Hamás sobre la población y crear una infraestructura para su distribución a través de la sociedad civil en el futuro".
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz.
Si bien el titular de Defensa habló del "futuro" sin especificar cuándo pondrían en marcha esta iniciativa, el ministro de Seguridad Nacional, el radical Itamar Ben Gvir, no tardó en mostrar su rechazo a esta propuesta en su cuenta de X, como si se tratara de una intención inmediata.
"Mientras nuestros rehenes languidezcan en los túneles, no hay razón para que entre en Gaza ni un solo gramo de alimento ni ninguna ayuda (de parte de Israel). Detener la ayuda es una de las principales palancas de presión sobre Hamás y restablecerla antes de que Hamás se ponga de rodillas y libere a todos nuestros rehenes, sería un error histórico", escribió.
Finalmente, advirtió que hará todo lo que esté a su alcance para evitar que la ayuda humanitaria vuelva a entrar en Gaza. Ben Gvir pidió a Katz y al propio primer ministro, Benjamín Netanyahu, que "no tomen esta medida insensata".
Riesgo de hambruna
Desde que Israel cerró los cruces fronterizos el pasado 2 de marzo, dos días después del final de la primera fase del alto el fuego, la entrada de alimentos, medicinas y combustible ha sido restringida, lo que está agravando la crisis humanitaria en el enclave palestino.
El jefe de la Unrwa, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, advirtió el martes que los "limitados suministros entregados durante el alto el fuego temporal" se han agotado ya, lo que pone en riesgo de hambruna a la población gazatí.
Las fuerzas israelíes han tomado más de la mitad de Gaza en una renovada campaña para presionar a Hamás para que libere a los rehenes aún cautivos, luego de que Israel pusiera fin al fin del alto al fuego el mes pasado.
Israel también se ha negado a retirarse de algunas áreas del Líbano luego de un alto el fuego con el grupo militante Hezbolá el año pasado, y se apoderó de una zona de amortiguación en el sur de Siria después de que los rebeldes derrocaron al presidente Bashar Assad en diciembre.
"A diferencia del pasado, el Ejército israelí no está evacuando áreas que han sido despejadas y ocupadas", dijo este miércoles Katz en un comunicado. Los militares "permanecerán en las zonas de seguridad como una barrera entre el enemigo y las comunidades israelíes en cualquier situación temporal o permanente en Gaza, como en Líbano y Siria".
Sin alto al fuego a la vista
Los palestinos y ambos países vecinos consideran la presencia de tropas israelíes como una ocupación militar que viola el derecho internacional. Hamás -considera una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea- ha dicho que no liberará a las docenas de rehenes restantes sin una completa retirada israelí de Gaza y un alto al fuego duradero.
Israel dice que debe mantener el control de dichos territorios para evitar que se repita el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, en el que miles de militantes irrumpieron en el sur de Israel desde Gaza, matando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a 251.
La ofensiva de Israel ha matado a más de 51.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, que no dice cuántos eran civiles o combatientes, pero dice que las mujeres y los niños representan más de la mitad de los muertos. Israel, por su parte, afirma haber matado a unos 20.000 militantes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Los bombardeos y las operaciones terrestres de Israel han dejado inhabitables vastas zonas del territorio y han desplazado a alrededor del 90% de la población de aproximadamente 2 millones de palestinos.
El primer ministro Netanyahu ha prometido "aniquilar a Hamás" y devolver a los 59 rehenes que aún se encuentran en Gaza, 24 de los cuales se cree que están vivos. Además, ha dicho que Israel implementará entonces la propuesta del presidente estadounidense Donald Trump de reasentar a gran parte de la población de Gaza en otros países a través de lo que llama "emigración voluntaria".
"Gaza se convirtió en una fosa común"
"Asistimos en tiempo real a la destrucción y el desplazamiento forzado de toda la población de Gaza", declaró Amande Bazerolle, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el enclave gazatí, para quien la respuesta humanitaria se ve "gravemente obstaculizada por la constante inseguridad y la escasez crítica".
"Gaza se convirtió en una fosa común para los palestinos y para quienes acuden en su ayuda", denunció gráficamente MSF. Los últimos ataques israelíes demuestran "un flagrante desprecio por la seguridad de los trabajadores humanitarios y médicos en Gaza", añadió la organización, que perdió once colaboradores desde el inicio de la guerra en el estrecho territorio palestino.
"Pedimos a las autoridades israelíes que levanten inmediatamente el asedio inhumano y mortal impuesto a Gaza, que protejan las vidas de los palestinos así como las del personal humanitario y médico, y que trabajen, junto con todas las partes, para restablecer y mantener un alto el fuego", prosiguió MSF.
Israel reanudó sus bombardeos y su ofensiva terrestre el 18 de marzo, tras dos meses de tregua con el movimiento islamista palestino Hamás, que gobierna el territorio desde 2007 y es catalogado como organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Israel impide la entrada de cualquier ayuda humanitaria al territorio y, según MSF, las reservas de alimentos, combustible y medicamentos están agotadas. "No se trata de un fracaso humanitario, sino de una elección política y de un ataque deliberado contra un pueblo, llevado a cabo con total impunidad", completó Bazerolle.
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