Con la muerte del Papa Francisco, el cardenal Kevin Farrell asumió un rol crucial como camarlengo de la Iglesia Católica. Su tarea es administrar temporalmente la Santa Sede y preparar el camino hacia la elección del próximo pontífice.
Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el cardenal irlandés Kevin Farrell asumió el rol de camarlengo y quedó a cargo del Vaticano durante el período de sede vacante. Su trayectoria, funciones y el camino hacia la elección del próximo pontífice.
Con la muerte del Papa Francisco, el cardenal Kevin Farrell asumió un rol crucial como camarlengo de la Iglesia Católica. Su tarea es administrar temporalmente la Santa Sede y preparar el camino hacia la elección del próximo pontífice.
El lunes 21 de abril falleció el Papa Francisco, a los 88 años. La noticia fue confirmada desde la residencia papal en la Casa Santa Marta por el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell. A partir de ese momento, comenzó oficialmente el período de "sede vacante", una etapa en la que la Iglesia Católica queda sin un Papa y debe iniciar el proceso para elegir a su sucesor.
Durante esta transición, el camarlengo se convierte en la figura clave para la administración del Vaticano. Farrell, de 77 años, fue designado para ese cargo en 2019 por el propio Francisco, y ahora le toca liderar la Iglesia en uno de sus momentos más delicados.
Nacido en Dublín, Irlanda, en 1947, Farrell fue ordenado sacerdote en 1978. Desarrolló su carrera pastoral en Estados Unidos, donde fue obispo auxiliar en Washington D.C. y luego obispo de Dallas. En 2016, el Papa Francisco lo eligió prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, una de las oficinas más importantes de la Curia Romana.
Además de su cercanía con Francisco, Farrell es conocido por su perfil diplomático y su habilidad para la gestión. Su experiencia administrativa fue determinante para su nombramiento como camarlengo, rol que ahora lo convirtió en el máximo responsable del Vaticano hasta la elección del nuevo pontífice.
El camarlengo tiene una serie de responsabilidades clave durante la sede vacante:
Farrell ya ha comenzado a cumplir estas funciones, anunciando públicamente la muerte del Papa y activando el protocolo que establece el derecho canónico.
Fiel a su estilo sobrio, el Papa Francisco dejó instrucciones específicas para su funeral. No habrá ceremonias fastuosas ni múltiples ataúdes. Su cuerpo será velado durante tres días en la Basílica de San Pedro y será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de las tradicionales Grutas Vaticanas, donde descansan otros pontífices.
El cónclave para elegir al sucesor de Francisco comenzará en las próximas semanas. Participarán 136 cardenales con derecho a voto, quienes se reunirán en la Capilla Sixtina para deliberar en secreto hasta alcanzar los dos tercios necesarios para la elección del nuevo pontífice.
Mientras tanto, Kevin Farrell continuará liderando el Vaticano, garantizando la continuidad institucional y organizando los preparativos para una de las decisiones más trascendentales del mundo católico.
En un momento histórico para la Iglesia, Kevin Farrell se convierte en una figura central. Su perfil moderado, su experiencia en la Curia y su cercanía con el difunto Papa lo posicionan como un actor clave para guiar el Vaticano durante este proceso de transición.
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