El líder del nuevo poder sirio afirmó este miércoles que los funcionarios del régimen de Bashar al-Assad implicados en asesinatos y torturas a presos en Siria serán perseguidos y no recibirán amnistía. Abu Mohamed al-Jolani, que ahora emplea su verdadero nombre Ahmed al Sharaa, hizo estos comentarios mientras numerosas familias siguen buscando a sus parientes en las cárceles, de donde fueron liberados miles de presos.
"No perdonaremos a implicados en tortura y eliminación de presos, los perseguiremos en Siria y pedimos a los países que entreguen a los que huyeron para que podamos lograr justicia", dijo en una declaración publicada en el canal de Telegram de la televisora estatal siria.
El mundo está observando atentamente para ver si los nuevos gobernantes pueden estabilizar Siria y evitar desatar una violenta venganza, después de que una guerra civil de trece años, de líneas sectarias y étnicas, destruyera el país.
"No los perdonaremos", aseguró al Jolani, líder de la formación islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), antigua rama siria de Al Qaeda y principal componente de la rebelión que el domingo tomó Damasco y expulsó del gobierno a Bashar al-Assad, en el poder desde hacía veinticuatro años, tras haber heredado el poder de parte de su padre.
Mirá tambiénSensaciones, expectativas y dudas en un contexto de guerraSiria dirigió uno de los Estados policiales más opresivos de Medio Oriente durante cinco décadas de gobierno de la familia Assad. Al Jolani debe equilibrar las demandas de justicia de las víctimas con la necesidad de prevenir represalias violentas y asegurar la ayuda internacional.
"Financieramente estamos muy mal"
Mohamad al-Bashir, el hombre instalado por los combatientes de al-Jolani para liderar una administración interina, dijo que su objetivo era traer de regreso a millones de refugiados, crear unidad y proporcionar servicios básicos. Pero con poco financiamiento disponible, la reconstrucción se presenta abrumadora.
"En las arcas sólo hay libras sirias que valen poco o nada. Un dólar estadounidense compra 35.000 de nuestras monedas", explicó al-Bashir en una entrevista publicada este miércoles por el periódico italiano Il Corriere della Sera.
"No tenemos divisas y en cuanto a préstamos y bonos todavía estamos recopilando datos. Entonces sí, financieramente estamos muy mal", lamentó al-Bashir, que anteriormente dirigió una pequeña administración liderada por los rebeldes en una zona del noroeste de Siria. En la entrevista, al-Bashir instó a los sirios en el extranjero a regresar para "reconstruir" y hacer "florecer" el país, donde sunitas, alauitas, cristianos y kurdos cohabitan con dificultad.
Mosaico de grupos étnicos y religiosos
La población de Siria, compuesta por diversos grupos étnicos y religiosos, hace del país uno de los más diversos y complejos de la región. Justamente, el texto de uno de los cánticos que más entonan estos momentos los sirios, en su país y en la diáspora, puede traducirse como "Uno, uno, uno, el pueblo sirio es uno".
Tras el colapso del régimen de Bashar al-Assad, surgen esperanzas de que la paz y la estabilidad lleguen al dividido país.
Resulta imposible obtener datos precisos y actuales sobre la variada población de Siria, debido a la guerra que duró más de una década y que se espera haya llegado a su fin con la toma de Damasco por la milicia islamista HTS. Las cifras difieren mucho según la fuente. De acuerdo con la Oficina Central de Estadística de Siria, el 10 de diciembre de 2019 vivían en el país 29,2 millones de personas.
El World Factbook elaborado por la CIA, el servicio de inteligencia de Estados Unidos, estima que la población de ascendía en julio de 2021 a cerca de 20,4 millones de personas. Por su parte, el Banco Mundial cifra el número de habitantes en unos 23 millones en 2023. Otras estimaciones se acercan más a los 25 millones.
Cabe suponer que la cifra real se encuentra en algún punto intermedio. Las grandes diferencias entre los datos también ponen de relieve el impacto de la devastadora guerra civil que ha dejado el país enormemente fracturado.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que el conflicto ha dejado alrededor de 600.000 muertos. Además, unos 6 millones de sirios habrían huido del país y cerca de 7 millones serían desplazados internos.
Sunitas y chiítas alauitas
A pesar de la falta de datos demográficos fiables, las estimaciones sobre las minorías religiosas y étnicas en Siria parecen bastante similares. La población siria está compuesta en un 70 por ciento por musulmanes sunitas que viven en todo el territorio sirio. Creen que el fundador del islam, el profeta Mahoma, no proclamó explícitamente un sucesor.
Mirá tambiénIsrael niega que sus tanques avancen hacia DamascoLos musulmanes chiítas, que constituyen el 13 por ciento de la población siria, creen que Mahoma designó a su primo y yerno Ali ibn Abi Talib como su sucesor, y que fue el primero de una línea hereditaria de imanes.
La mayoría de los musulmanes chiítas de Siria, incluido el depuesto Bashar al-Assad, son alauitas, una rama minoritaria del Islam. Muchos miembros de esta minoría viven en la región costera occidental de Siria, sobre todo en las ciudades de Homs y Hama.
Aparte de los distintos grupos musulmanes, Siria también alberga minorías religiosas como la cristiana, de diversas confesiones: la griego-ortodoxa, la ortodoxa siríaca, la maronita, la católica siria, la católica romana y la católica griega. Hay, igualmente, muchas minorías étnicas en Siria: drusos, palestinos, iraquíes, armenios, griegos, asirios, circasianos, mandeos y turcomanos. Por lo general, viven en Damasco y sus alrededores.
Administración autónoma kurda
La Administración Autónoma Kurda del Norte y el Este de Siria, también conocida como Rojava, acoge a la minoría más numerosa de Siria: unos 2,5 millones de kurdos. También hay kurdos que viven en Damasco y sus inmediaciones.
Una minoría dentro de los kurdos son los yazidíes, que viven principalmente en la región de Aleppo. Siria también alberga doce campos de refugiados, en los que viven actualmente unos 438.000 palestinos, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).
Una parte considerable de los musulmanes sunitas de Siria vive en la región de Idlib, que en los últimos cinco años fue el último bastión de la oposición en un país devastado por la guerra. Bajo el control del HTS, se convirtió en el hogar temporal de unos 4 millones de desplazados sunitas, cristianos y drusos.
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